Capítulo 17

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La lluvia estaba cayendo más fuerte que nunca, era como si ella estuviera buscando una forma de apagar aquel incendio de pasiones que había en aquel instante dentro de la camioneta, como si aquello fuese posible de alguna manera

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La lluvia estaba cayendo más fuerte que nunca, era como si ella estuviera buscando una forma de apagar aquel incendio de pasiones que había en aquel instante dentro de la camioneta, como si aquello fuese posible de alguna manera...

Estaba ebria, eso era muy cierto y la verdad era que se sentía muy bien, de verdad que si, por algún momento llegué realmente a olvidarme de absolutamente todo lo que estaba sucediendo como tal en mi vida, olvidé mi desastroso matrimonio, olvidé la probable infidelidad a la que Jhon me sometía y sobre todo, olvidé que amaba a mi esposo muy por encima de todo aquello, pero volviendo al tema de ebriedad, ni en mis sueños más remotos, ni loca de verdad, llegué a pensar que una noche de tragos me llevaría a una camioneta a solas con Brian, nunca lo imaginé, Brian era un misterio para mí, a hora lo era.

No sé en que estaba pensando cuando lo besé, realmente no sé, o quizás sí, solo quería dejar libre mis deseos y pasiones más secretas y lo besé porque hacia tiempo que deseaba hacerlo, aquello me hacía una pésima esposa, pero no me importaba, en aquel instante estaba decidida a pecar si el pecado capital era Brian.

Esperé todo menos a que él me devolviera el beso, y que beso, yo estaba totalmente inclina sobre él con una de mis manos sobre su pecho tomando un puñado de su camiseta, pero Brian tampoco se quedó atrás, una de sus manos estaba ubicada en mi cuello acercándome incluso más como si aquello fuese posible, quizás la posición era incómoda, pero dentro de toda la pasión que estábamos sintiendo nada importaba, la boca de Brian era hambrienta e incluso sedienta, me besaba de una manera que lograba dejarme realmente sin respiración y con ganas de más, su lengua se burlaba de la mía y acariciaba mi labio inferior ahí en donde él lo había mordido suavemente segundos atrás. Se nos olvidó incluso respirar porque nada era más importante que literalmente comernos la boca del otro, quizás aquel beso no era la cosa más bonita de ver, pero que me condenaran si no era la más caliente.

Brian era un sueño caliente.

No sé cuánto tiempo estuvimos besándonos con total hambre, a los lejos la lluvia seguía cayendo furiosa contra la ciudad, pero en vez de molestarnos, nos daba esa sensación de intimidad más fuerte, en aquel momento todo era perfecto, lo era.

-Joder -Murmuró Brian cuando por fin nos separamos, sus labios estaban hinchados así que probablemente los míos estarían peores, sus ojos grises volvieron a desviarse hacia mi boca y vi el deseo justo ahí.

-Eso fue caliente – Dije riendo un poco, estar ebria me permitía hablar sin ningún tipo de filtro – No, ¿Sabes qué? -Pregunté aún sabiendo que él me estaba mirando con deseo puro – Tú eres el caliente aquí- Aseguré y él trató de ocultar su sonrisa, pero falló en el intento.

-Estás ebria – Dijo algo que era realmente obvio.

- ¿A quién le importa? -Pregunté antes de inclinarme de nuevo sobre él y volver a besarlo.

Todos aquellos años de olvido me pasé preguntado cómo se hubiese sentido un beso de Brian, ese tipo de beso que siempre había deseado darle y que nunca había sucedido, pero ahí estaba yo ahora, devorando su boca y queriendo que entendiera que esta pasión por él no era de ahora, la verdad es que era de siempre.

El Arte De Amarnos. (Amores que curan # 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora