¿Confiaban el uno en el otro?
Sí.
¿Solo se tenían el uno al otro?
Correcto.
¿Se amaban?
Por supuesto.
¿Entonces...?
¿Porqué se olvidaron?
***
Las cosas nunca han marchado bien, no para ambos.
Brian y Brenda, dos niños huérfanos que se vieron obligad...
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BRIAN.
No podía creer realmente que Albaie me estuviese chantajeando después de tantos años y mucho menos que estuviera dispuesta a sacrificar la felicidad de Brenda solo porque ella era una perra engreída que gozaba solo dando órdenes.
-Quiero que te vayas de mi casa Albaie – Dije rápidamente bajando de la camioneta, yo era al menos tres cabezas más alto que la mujer pero aún así no se dejó intimidar por mi altura, de hecho, sonrió divertida - ¿Qué está mal contigo? -Le pregunté furioso no pudiendo controlar mi temperamento.
-Conmigo no esta absolutamente nada mal, lastima no poder decir lo mismo sobre ti– Dijo sin alejar esa repugnante sonrisa de su boca y no pude evitar preguntarme como Brenda amaba a aquella mujer – Quiero que me escuches porque como tú, tampoco poseo una gran paciencia – Demandó fríamente ahora – Quiero que te alejes de mi hija y te vayas muy lejos, no me importa donde, Solo quiero que sepas que no voy a permitir que destruyas la vida de mi hija.
-Brenda no es tu hija – Dije irracionalmente sintiéndome asqueado.
- ¿No lo es? - Se rió fuertemente ante mis palabras necias – La tengo desde joven, yo la terminé de criar y le enseñé todo lo que sabe – Anunció – Mi hija es idéntica a mí.
Negué totalmente esas palabras, no era cierto, Brenda jamás sería como ella...
-Ella es amable, bondadosa, leal y respetuosa – Dije ferozmente – Tú solo eres una perra.
Al parecer mis palabras la sacaron de quicio pero no logró importarme ni un poco, era verdad, Brenda jamás se parecería a ella.
- ¿Leal? -Albaie sonrió un poco - ¿Ya olvidaste que te dejó apenas le ofrecimos un hogar? -Preguntó venenosamente – Tenían una amistad, pero mi Brenda te dejó atrás sin importar nada ¿A eso le llamas ser leal? -Se burló en mi cara si piedad alguna.
-Ella me dejó porque estaba furiosa conmigo y ustedes se aprovecharon de su debilidad – Dije dando un paso más cerca de ella – No te atrevas a meter cizaña, no lograras alejarme de ella, no esta vez.
Albaie abrió la boca para decir algo, pero la volvió a cerrar molesta, una vez más, no le iba a dar gusto, ya no, ahora que había logrado acercarme a Brenda estaba seguro de que no podía dar un paso atrás, no cuando estaba tan desesperado por estar cerca de ella... Esta vez, merecía una oportunidad sin duda alguna.
Yo había pasado por muchas cosas oscuras en mi adolescencia y casi adultez, justo después de haber sido expulsado del orfanato. Aguanté hambre, frío e incluso dolores, pero siempre en mi mente tuve la idea de volver con Brenda y pedirle o mejor dicho rogarle perdón, porque en aquél entonces, a pesar de las drogas y malas decisiones, seguía pensando que no podía vivir sin Brenda, pero me equivoqué, si podía vivir sin ella, pero aun así, el proceso fue doloroso y no quería repetirlo.
