Capítulo 65.

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AVISO 👀

Primero, siempre me están preguntando para cuando una novela de Diego, y para los que no saben, la historia del pelinegro ya está disponible entre mis obras, se llama "El arte de amarla" las espero por allá, se reirán mucho y, sobre todo, se enamoraran de él y de Ágatha.

🖤 Segundo: ¡Ya veo el final de esta historia!😭 ¡Así que vamos a hacer una dinámica! Si llegamos a 6000 comentarios antes del martes, le subo el último capítulo y el epílogo juntos👀🔥

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Tercero: No olviden darle mucho amor a este capítulo, su apoyo siempre es de mucha ayuda.

Tercero: No olviden darle mucho amor a este capítulo, su apoyo siempre es de mucha ayuda

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BRIAN.

Debía reconocer sinceramente. —Sin duda alguna—, que la ayuda de Diego si había servido mucho, demasiado. Y en cuestión de semanas... Ya todo estaba listo.

O más o menos.

Yo nunca había sido un hombre inseguro, bajo ninguna circunstancia, pero entonces, cuando estaba cerca de Brenda, no podía evitar sentirme muy inseguro. —Eso no era culpa de ella claramente—, su amor, tiempo y amabilidad siempre habían sido lo mejor para mí, ella era alguna clase de cura para el virus de odio que yo llevaba por dentro, sin embargo, la inseguridad estaba ligada al hecho de que me sentía insuficiente para ella, era como si yo nunca fuese a lograr poder estar a la altura de su perfección y belleza. —Cosa que era estúpida, pues Brenda siempre me decía cuanto me amaba, y sabía que era mucho—.

¿Por qué los seres humanos siempre éramos tan inseguros? ¿Tan débiles? ¿Tan rotos?

Mi hija Camyl, el amor de mi corazón, llevaba casi un año y medio muerta. —Odiaba esa palabra—. Más de un año desde que no la veía y tampoco la escuchaba, debía admitir que seguían existiendo días condenadamente difíciles. ¿Cuándo no? Pero entonces, estaba logrando sobrevivir. —Eso quería pensar—, estaba logrando darle luz a mi vida y todo era gracias a Brenda y Lena. Mi vida entera.

Justo el día que se cumplió el primer aniversario de la muerte de mi pequeña, el mismo día de sus cumpleaños, ese día deseé morir de nuevo, de hecho, lloré tanto si cohibición alguna, que después de unas horas de estar encerrado pasando mi duelo en solitario, me golpeó la peor migraña de la vida. —Aun así, eso no fue todo. — Permití realmente la compañía de Brenda, mi chica, y tal como me lo había pedido mi psicóloga y también me lo había aconsejado Tanía, yo permití que ella estuviera a mi lado mientras iba al cementerio y lloraba la perdida de una hija que jamás volvería y claramente, nunca sería suplantada por nada ni nadie.

Las cosas estaban avanzando tal y como el tiempo y la vida lo indicaban, había días duros y extremadamente difíciles, pero, por otra parte, también había días felices y suaves, días en donde yo reía y amaba sin medición alguna, días maravillosos al lado de mi mujer y mi hija. Por esa razón había tomado la decisión que había tomado, estaba más que listo para dar un paso adelante y dejar atrás todo el dolor que normalmente me perseguía, estaba más que dispuesto a ser feliz y ya, pero para eso, necesitaba hacer que todo fuese más formal.

El Arte De Amarnos. (Amores que curan # 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora