Últimamente las persecuciones entre Izaya y Shizuo ya no eran tan frecuentes, de laguna manera el rubio sabía que la apestosa pulga se paseaba menos por Ikebukuro, lo cual le alegraba en cierta manera pero también le ponía de mal humor, seguramente tramaba algo, obviamente era así pero no era nada malo; Izaya estaba enamorado y a penas y se había dado cuenta a pesar de que habían pasado tantos años juntos, persiguiéndose y odiándose mutuamente para el azabache no había sido fácil ser descubierto, menos por la persona que más le conocía en el mundo; su madre. La hermosa mujer había aparecido frente a su puerta después de muchos años trabajando en el extranjero. Él le temía, era una mujer malvada según el azabache, todo lo que salía de sus labios era verdad todo lo que decía era absoluto y nadie le podía contradecir. Ella no se parecía mucho a su hijo, cabello rubio corto hasta los hombros, ojos negros, delgada y muy alta, el mas bien se parecía a su padre de quien no sabía hace mucho, el solo era un hombre de trabajo al igual que su madre y debido a eso jamás estuvo presente en el crecimiento de su hijo y también a que este simplemente se negaba a ser visto como el niño malcriado, él quería ser maduro e independiente cuando apenas tenía 4 años.
La llegada de la mujer significaba para Izaya que se quedaría junto a el hasta que fuese feliz y dejara los caminos tan turbios que había seguido. Esa era una de las razones porque Izaya se sentía cohibido, saber que su madre pudo adivinar con solo verlo.
-seguramente debe ser un chico estupendo
Esas palabras retumbaban en su mente, no sabía que debía hacer, si ella se enteraba de quien era seguramente iría a hablar con él y eso era algo que jamás se permitiría.
Durante una de las cenas que Izaya y su madre compartían. La señora le dijo que tenía muchos regalos para el en su departamento y que pediría que los trajeran al día siguiente, esa noche dormiría con él. Izaya simplemente cambio sabanas y alisto el lugar para que ella durmiese cómoda, para ella era algo innecesario ya que mientras Izaya durmiese con ella sería feliz.
-madre ya estoy grande para dormir contigo
-eres muy frio! Soy tu madre Izaya cuando eras pequeño no me dejaste consentirte lo suficiente.
-porque soy una persona independiente
-bien, haz lo que quieras pero… le diré al chico rubio, Heiwajima Shizuo que estás enamorado de el
-como!? De donde sacaste eso?
-primero trátame con respeto, soy tu madre y segundo obviamente revise tu celular, tienes muchas fotos de su rostro, es increíble que te metas a su habitación para tomarle fotos dormido.
-e-eso no..no es así
-vamos, ponte pijama y ven a dormir
-s-si madre
Al dia siguiente Izaya fue despertado por el olor acomida, tenia hambre asi que se fue a la ducha, cepillo sus dientes y luego se vistió con ropa que estaba lista en el sofá a los pies de su cama.
-esto, no es para nada mi estilo
Escucho que su madre le grito desde la cocina que se lo pusiera así que solo obedeció. Un pantalón plomo ajustado, una camiseta de mangas largas negra y polo de color blanco con gorro.
-me veo mal….
Una vez decidió irse a la cocina, su madre le obligo a sonreír para tomarle una fotografía.
-a quien se la envías?
-a mis amigas, ellas querían conocerte, tal vez vengan en algún momento, además tu padre ha estado ansioso por verte, aunque estando en su estado actual no pudo venir esta vez.
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Cortos Shizuo x Izaya
FanficPequeñas historias del hombre más fuerte de Ikebukuro, Heiwajima Shizuo y el informante más temido, Orihara Izaya