Para Shinra hacer experimentos era algo sorprendente, más cuando tenía un amigo que le pudiese servir de conejillo de indias. Eran cerca de las 5 de la tarde e Izaya iba rumbo a casa de Shinra, quien le había invitado a comer pastel de chocolate, el favorito del peli negro y como no tenía nada que hacer simplemente fue.
Una vez estuvo allí, Shinra le sirvió un poco de te extranjero según él. Estuvieron mucho tiempo hablando, en algún momento Izaya comenzó a sentirse raro así que solo se marchó sin decirle nada a Shinra. De camino a casa se encontró con algunas personas conocidas, sus hermanas que de por si lo encontraron extraño, parecía menos irritable y estaba demasiado calmado par ser Izaya mas cuando sonreía tan tontamente. Cuando estaba por llegar a casa sintió que sus rodillas cedían, se sentó en las escaleras de un puente y se dio cuenta de que algo le estaba creciendo en la espalda baja llevo sus manos atrás y sintió una especie de cola creciendo allí, la jalo un poco para que saliera de su pantalón y vio que era justo como la cola de un demonio, una especie de corazón en la punta y era de color negro y rojo, se llevó la manos a la cabeza y pudo palpar dos cuernitos pequeños pegados a su cabeza, se asustó así que se arrodillo frente al estanque y vio su cara, debajo de la línea de los ojos tenía otra pequeña línea de color rojo, sus pupilas estaban dilatadas y sentía como su cuerpo se excitaba lentamente, se quitó su abrigo y lo dejo tirado, siguió afirmándose hasta llegar a un par de cuadras de lo que era su casa, allí en la estrada estaba Shizuo esperándole al parecer, sin embargo corrió en otra dirección no quería que le vieran así, sin embargo Shizuo estaba corriendo aun más rápido, al mirar hacia atrás para ver cuán cerca estaba no se percató de que frente a él había un estanque así que callo quedando empapado.
-oí pulga
-Shizuo-san
-eh? Porque carajos me llamas así?
Verlo así tan indefenso y tan lindo, se acercó para llevarlo con Shinra, Izaya parecía muy obediente y tranquilo pero estaba muy caliente, su cuerpo parecía lava ardiente.
-que fue lo que te hizo Shinra?
Una vez estuvieron en el departamento de Shinra este llevo a Izaya para darle una ducha y luego ponerle ropa seca y calientita. Cuando estuvo listo Izaya se lanzó a los brazos de Shizuo que estaba sentado en el sofá en el living.
-parece que le gustas a Izaya
-no digas eso, solo haz que sea normal otra vez
-pero así es más lindo y más tranquilo, además no te molestaría más y tampoco se metería en problemas
-lo sé, pero ya sabes no me gusta que estés haciendo experimentos con la gente Shinra
-ok ok veré que puedo hacer, pero debes encargarte de el mientras busco un antídoto.
-esta bien, me lo llevare a casa
-solo no lo golpees ok, trátalo con cariño
-si si lo que digas.
Durante el trayecto a casa Shizuo se topó con Kadota y su pandilla obviamente Erika estaba que lanzaba fuego por los ojos, ver a Shizuo con un Izaya tan lindo pegado a su espalda mordisqueando su pelo y haciendo ruiditos obscenos demasiado lindos era como una fantasía así que comenzó a tomarles fotos. Una vez se libraron de ella se fueron a casa, Shizuo preparo la comida para alimentar a Izaya que estaba sentado tranquilamente sobre el sofá. Estaba tranquilo para ser la pulga, comieron tranquilamente aunque Izaya era un desastre comiendo así que Shizuo con toda la calma del mundo lo alimento y le dio un baño después, tocar el cuerpo de un hombre no era para nada su gusto aunque no se quejaba Izaya era demasiado lindo para no hacerlo, le puso una de sus camisetas para que durmiese. Durante las siguientes horas Izaya estuvo inquieto, se subía sobre Shizuo, se metía debajo de su camiseta, jalaba sus pantalones, se sentaba en su cara. El rubio no sabía lo que quería hasta que rozo la entrepierna del peli negro que estaba muy dura, demasiado seguramente le dolía.
-oye, deberías encargarte de eso en el baño
Pero Izaya no tenía idea de que estaba hablando, el solo sentía calor y quería ser tocado.
-quieres que te ayude?
Izaya comprendió eso así que solo se levantó la playera y dejo que el rubio lo tocara, mientras este frotaba su pequeño y delgado miembro, Izaya soltaba gemidos y hacia ruiditos. El rubio decidió sentarlo en sus piernas y así tener mas acceso a la entrepierna de Izaya y aunque Shizuo creyera que era algo pervertido aprovecharse del vulnerable Izaya, continuo, el también comenzaba a sentirse caliente, humedeció dos de sus dedos y los llevo a la entrada de Izaya que se retorcía en sus piernas y no dejaba de gemir, era glorioso sentir el cuerpo del más pequeño sus pequeños cuernitos le pinchaban el cuello de vez en cuando y su colita estaba de punta a veces se relajaba y se enrollaba al brazo de Shizuo, sentía todos sus pelitos erizarse cuando el mayor tocaba su punto sensible.
-puedo seguir?
Pero Izaya no respondía, sin embargo le quedó muy claro cuando Izaya se hecho hacia delante enseñándole su bonito trasero todo húmedo, al parecer quería seguir. La invitación tan erótica no debía de ser rechazada así que Shizuo bajo su pantalón masajeando su dura polla, tomo un poco de lubricante de la mesita de noche y froto su hombría luego tomo las caderas del menor para comenzar a introducirse dentro de él. Fue gentil con sus embestidas pero Izaya al parecer no quería que fuesen gentil con él, así que subió el ritmo y la intensidad para darle todo el placer que el pequeño quería.
-eres muy sucio Izaya
Los gemidos que hacia eran bajitos y demasiado lindos para el tipo de escenario que ambos habían formado.
A la mañana siguiente Izaya despertó normal, ya no tenía nada de cuernitos ni colita.
-estas bien Izaya?
-s-si
-al parecer el efecto no duro tanto como dijo Shinra
Muy avergonzado Izaya se cubrió la cabeza y dejo que Shizuo entrara a la ducha primero, pero las intenciones del blondo eran ducharse juntos y hacer alguna que otra cosilla. Obviamente lo hicieron y a pesar de que Izaya estaba tan avergonzado dejo que Shizuo jugara con su cuerpo como a él le pareciera.
Durante los días siguientes Izaya fue frecuentado por el rubio, quien al parecer estaba demasiado atraído hacia él, así que donde lo encontrara lo raptaba y lo llenaba de besos y algunas que otras locuras que se le ocurriesen.
Para Izaya no era molesto, pero se había vuelto un completo sumiso, si Shizuo le decía quítate todo él lo hacía, si el rubio decía hagamos esto él lo hacía. Durante un par de días estuvo escondido, no quería que Shizuo le buscara por ahora, pero pronto el deseo lo volvió a convertir en un diablito calenturiento que quería ser tocado por el rubio, así que se echó a correr hacia donde el rubio debía de estar.
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Cortos Shizuo x Izaya
Fiksi PenggemarPequeñas historias del hombre más fuerte de Ikebukuro, Heiwajima Shizuo y el informante más temido, Orihara Izaya