(TN) siempre había tenido una vida normal, sin contar que sus padres debían viajar mucho por su trabajo y le toca pasar largas temporadas con su tío. Sin embargo, a sus diez años, una mañana se despertó con orejas y cola de gato. ¡Incluso sus colmil...
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Al parecer, aquel infame científico conocido como Caesar Clown, había estado obsesionado con los híbridos humano-animales. Su obsesión había llegado hasta tal punto de realizar experimentos con niños. En caso de que saliera bien, deseaba que esos híbridos fueran lo más jóvenes posible, para poder seguir experimentando con ellos en un futuro. Había utilizado métodos muy bajos para poder conseguir esos sujetos con los que experimentar. Desde pagar a gente que estaba en una mala situación económica hasta mandar acabar con personas para poder quitarles a los niños.
En cuanto la policía tuvo conocimiento sobre todos estos hechos, comenzaron las investigaciones. Consiguieron atrapar a varios ayudantes y encontrar a algunos de los jóvenes que habían sufrido aquellos tratamientos. Corazón, que era el policía más novato, fue el que se encargó de los jóvenes que se iban encontrando. Debía intentar que no cayeran en manos de Caesar. El paradero de aquel científico era desconocido, pero la policía sabía que estaba buscando a sus experimentos. Corazón y el resto de jóvenes iban moviéndose de una ciudad para otra. El resto de miembros encargados de la investigación atrapaban a los secuaces de Caesar en cuanto daban un paso en falso. A pesar de todos sus esfuerzos, todavía no habían conseguido dar con él.
El problema era que todavía quedaban tres sujetos por encontrar. Tres jóvenes que debían estar solas y desamparadas. O también podrían haber caído en manos de los científicos. Incluso podrían estar comerciando con ellas. Así fue como encontraron a Hancock. Era esclava de una familia adinerada. La habían comprado en un mercado ilegal, el cual ya había sido totalmente disuelto por la policía. Sin embargo, la trata de humanos seguía en pie en las sombras. Nadie podía asegurar que no se estuviera repitiendo esa misma situación.
—Vaya... —murmuró (TN), después de haber escuchado esa historia por parte del tutor de sus compañeros. No sé podría creer la suerte que ella había tenido. A pesar de ser sometida al experimento, ella había podido contar con sus padres y continuar su vida con normalidad. Bueno, con la máxima normalidad posible.
—Mis compañeros están investigando tu caso. Cuando me informaron de tu existencia enseguida mande los datos para que comenzaran a descubrir qué había pasado contigo —continuó explicando el mayor—. En cuanto sepamos algo, no dudes de que serás informada. Puedes comunicárselo también a tus padres para que estén al tanto. Estoy seguro de que ellos también querrán descubrir qué hay detrás de todo esto.
—Sí, claro. Muchísimas gracias por todo —dijo (TN), regalando una sonrisa a Corazón.
—(TN), ¿quieres quedarte a dormir esta noche? —preguntó Hancock, emocionada—. Podrías dormir en mi habitación.
—¡Eso! Tenemos un montón de videojuegos para jugar —añadió Luffy, sonriente.
—Es verdad, será más divertido con otra persona más. Además, así nos vamos conociendo mejor. Al fin y al cabo, eres de los nuestros —comentó Ace.
