Capítulo 7

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Ya habían pasado tres semanas desde que (TN) empezó las clases particulares

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Ya habían pasado tres semanas desde que (TN) empezó las clases particulares. Hacía unos días que habían hecho el primer examen de matemáticas y, en aquel momento, el profesor estaba a punto de repartirlos para que los alumnos vieran las notas. Y, por supuesto, para que observaran los fallos y pudieran mejorarlos.

—Venga, (TN). Seguro que esta vez te ha salido mejor —le animó Sabo, poniendo una mano sobre su hombro. La chica se dio cuenta de que estaba moviendo las piernas sin parar.

—Espero... —murmuró ella.

Su profesor se iba acercando a las mesas para dar a cada uno su examen. La joven se llevó una mano a la cabeza. «Por favor, me conformo con un sesenta. Por favor, por favor...», se repetía una y otra vez. Por fin apareció su examen encima de la mesa. Estaba bocabajo. Acercó sus manos lentamente y le dio la vuelta. ¡Un setenta y nueve! ¡Un setenta y nueve!

—¡Sabo, mira! —exclamó, emocionada, mientras le enseñaba el examen a su compañero de pupitre.

—¡Genial, (TN)! —le felicitó él, alzando la mano en el aire para que la chica le chocará los cinco.

La joven se giró rápidamente para buscar a Law. Mientras todos estaban comentando sus notas y los fallos que habían tenido, él estaba sentado en silencio. Ni si quiera miraba su examen. (TN) se levantó y se acercó a su mesa. Se fijó en que había sacado un cien. Oh, claro, Don Perfecto.

—Law, mira. —Casi le da con la hoja en la cara al acercarle el examen. El pelinegro lo cogió y lo alejó para verlo mejor.

—Enhorabuena, (TN)-ya —le felicitó, mientras se lo devolvía. Ella le miró, arqueando una ceja. ¿Qué clase de felicitación era esa? Con su estúpida cara inexpresiva y ese tono de voz sin ninguna clase de sentimientos—. ¿Pasa algo?

—No —gruñó ella, mientras se daba la vuelta y volvía a su sitio.

El chico le miró algo extrañado mientras volvía a su sitio. Había estado todo el rato pendiente de ella hasta que le habían dado el examen. Sabía que iba a sacar buena nota y quería observar que cara ponía al verla. De hecho, no había podido evitar sonreír de lado al verla tan contenta. ¿Y ahora que le pasaba?

—No tienes remedio —escuchó murmurar a Kid. Ladeó la cabeza para mirar a su compañero—. ¿De verdad te crees que esa es forma de felicitar a alguien?

— Le he dado la enhorabuena —contestó Law—. Más que suficiente.

—Ella ha venido ilusionada a enseñarte la nota y tú has sido tan soso como siempre —intervino Hancock, que se sentaba cerca de ellos—. Serás muy listo pero no tienes ni idea de sentimientos.

El pelinegro chasqueó la lengua y empezó a pasar de la conversación. Por suerte, el profesor ya estaba recogiendo los exámenes y tocaba empezar la explicación.

Durante el resto del día también les fueron dando notas de otros exámenes parciales que habían estado haciendo. En ese caso, las notas de (TN) fueron bastante buenas. Su único problema eran las matemáticas, pero estaba empezando con buen pie gracias a su listo pero desagradable compañero.

Neko Neko Life «Law x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora