(TN) siempre había tenido una vida normal, sin contar que sus padres debían viajar mucho por su trabajo y le toca pasar largas temporadas con su tío. Sin embargo, a sus diez años, una mañana se despertó con orejas y cola de gato. ¡Incluso sus colmil...
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—¡No hemos estado haciendo nada! —exclamaron los dos, prácticamente a la vez, algo avergonzados. El griterío hizo que el resto fuera apareciendo poco a poco.
—Vaya, ¿Law ha experimentado por primera vez lo que es sentirse atraído por una mujer? —se burló Kid, mientras caminaba hacia ellos.
El pelinegro solo chasqueó la lengua. Era cierto que nunca se había interesado en las chicas de esa manera. Tenía otras cosas de las que preocuparse. Se metió rápidamente en el baño. Las malditas hormonas le estaban revolucionando.
—Vale. Entonces alguien tiene que acompañar a (TN) a casa. Alguien que no sea Law, por supuesto —comentó Corazón, una vez hubo recuperado la calma.
—No hace falta... —murmuró ella.
—Yo me ofrezco a acompañarte, querida (TN)-chwan. Puedes abrazarte a mí todo el viaje si así lo deseas —intervino Sanji, con corazones en los ojos y moviéndose de manera extraña cerca de la chica. Está lo miró, arqueando una ceja.
—Él no —sentenció el tutor.
—A mí no me importa ofrecerte una de mis piernas si necesitas calmar tus ansías. Jamás me sentiría atraído por un pequeño y maloliente gatito —intervino Kid.
—¡Tú eres el único maloliente! —gruñó ella.
—Kid descartado... —murmuró Corazón. Se fijó en Luffy, que observaba la situación sin acabar de entender lo que estaba pasando. No era el indicado—. ¿Dónde está Hancock?
—Está durmiendo todavía —contestó el pecoso.
—Bien. Entonces tú la acompañarás —decidió el mayor. Definitivamente, Ace era el más sensato y agradable. La mejor elección.
—¿Yo? Eh, bueno. Sí, claro —dijo Ace, tardando unos segundos en reaccionar—. Voy a vestirme. Enseguida salgo.
—Ven, (TN). Esperaremos en la entrada. ¿Quieres comer algo? ¿Unas galletas? ¿Magdalenas? —preguntó el mayor, mientras ponía un brazo en el hombro de la joven y le empujaba para que caminara.
Antes de ir al recibidor, se acercaron a la cocina y ella cogió un par de magdalenas. Después de eso, esperaron al chico en la entrada mientras ella devoraba su desayuno. Enseguida apareció Ace, con unos vaqueros y una camiseta blanca. Todavía tenía cara de dormido.
—Vale, estoy listo. ¿Vamos al autobús? —preguntó a la chica, mientras le hacía una señal.
Ella asintió y empezó a caminar junto a él. Se giró y se despidió de Corazón agitando la mano en el aire. La parada no estaba muy lejos de allí. Estuvieron en silencio mientras esperaban al autobús. (TN) miraba de reojo al pecoso de vez en cuando. Ace olía bien y parecía simpático. Los gatos y los tigres compartían algunas características. Estaba claro que eso tenía algo que ver. Sin embargo, no notaba nada parecido a lo que había sentido hace un rato en el baño al estar cerca de Law. Había sido como si un impulso incontrolable dominara su cerebro y su cuerpo. Sacudió la cabeza. A la próxima se llevaría la pastilla. Jamás permitiría que pasara algo así de nuevo.