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Siglo XVI

Hanseong, Dinastía Joseon.



El amanecer llegó rápidamente para ambos seres inmortales. El primero en reaccionar fue Namjoon. Se levantó y se fue a dar un baño, para luego de este, vestir sus ropas y observar a Seokjin. Estaba durmiendo tan pacíficamente que no quería molestarle, ni despertarlo, pero era preciso hacerlo.

Debían encontrar una propiedad antes de que volviera a caer la noche.

Al sentir ruido en la habitación, Seokjin despertó, notando al enfocar su mirada, como Namjoon ordenaba las cosas y guardaba la ropa sucia en la pequeña maleta personal que llevaba.

-Namie…-susurró- nos vamos?- preguntó esta vez teniendo la atención del mayor.

-Sí, debemos encontrar un lugar antes del anochecer, así que deberías ir a tomar un baño para que podamos dejar la habitación libre pronto- índico.

Seokjin asintió desperezándose.

-Dormiste bien, Jinie?- preguntó el mayor.

-Sí, contigo a mi lado siempre he podido enfrentar todo Nam. Siempre me das paz, no puedo explicarlo, sólo sé que me has hecho bien, a pesar de todo lo malo- comentó cabizbajo- Y quiero pedirte algo…-dijo serio- No importa cuantos años o siglos pasen, yo esperare a JungSook, se lo prometí.

Namjoon le sonrió y asintió.

-Lo sé. Sólo quiero que la espera sea más llevadera, si puedo ayudarte en ello, lo haré. El tiempo que sea necesario, Seokjin- apoyo al menor, no lo dejaría solo.

-Gracias, por siempre hacerlo. Por siempre cuidar de mi -le sonrió- Iré a tomar ese baño, para que podamos salir.

Y así, Seokjin se levantó y fue por su baño, mientras Nam escogía sus ropas. A veces, Seokjin parecía un verdadero príncipe vestido con Hanbok y eso llamaba la atención tanto de hombres como mujeres. Más aún añadiendo el factor inmortal, podría conseguir a quien quisiera. Dejó el Hanbok para Seok listo y ordeno los futones que utilizaron, aún sabiendo que una vez se fueran los mandarían a lavar y los cambiarían por otros limpios.

Seokjin volvió a la habitación, solo con la primera capa de ropa y el cabello húmedo. Namjoon le miró y sonrió.

-Está todo listo, quieres que te espere abajo o…

-Quédate, no tengo nada que no conozcas Nam, no vamos a ser pudorosos ahora- contestó.

-Bien- fue lo que dijo y se sentó en el suelo, tomando uno de los manuscritos que había empacado.

Si algo caracterizaba a Kim Namjoon era su inteligencia. Seokjin aún no sabía que tan antiguo era Nam, pero le había enseñado demasiadas cosas, las cuales le fueron y le serán de mucha ayuda y a medida que los años pasen aún más. No sabía cuanto tiempo debía esperar para reencontrarse con JungSook, pero se convertiría en una mejor criatura por ella y para ella, y también para sobrevivir con la humanidad el tiempo que sea necesario.

Una vez estuvo listo y vestido, ambos salieron de la habitación y caminaron hacia la recepción, agradeciendo a la dueña de la posada su hospitalidad. El Gat que ambos llevaban en sus cabezas, les tapaba un poco el sol del rostro, pero no era suficiente. Ambos debían alimentarse o se desmayarían en plena calle.

A medida que caminaban, habían más pasajes estrechos entre las casas. Ambos iban atentos a cualquier “presa” que pudiera aparecer, ya que era imperativo el beber sangre en aquel momento.

-Déjame!!!- se escuchó un fuerte grito.
Namjoon se puso alerta y camino hacia el lugar de donde provenía. Un olor delicioso casi lo hizo volver loco, si no fuera porque Seokjin lo tomó de la muñeca, impidiéndole avanzar.

DAMN LOVER (JinKook- KookJin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora