Sopor.

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Era peligroso, la forma en la que las manos del mayor lo tocaban, cada vez más abajo, más osado, arañando su piel con más fuerza con antojo contrastante a la actitud que muestra siempre, mordiendo con una pasión embriagantes su cuello y hombros, se vio arrinconado contra la fría madera de la pared húmeda jadeando y rogando por más, estremeciendose se dejó hacer y deshacer durante esos minutos, quizá el hecho de no haberse tocado desde hace algunos meses le estaba cobrando palabra.
Sintió como el mayor con un rudo movimiento junto sus partes inferiores ahora desnudas, y colocó su necesitado miembro entre sus muslos, mientras que se ocupaba también de su parte delantera totalmente húmeda, le encendía ver esta parte del capitán se veía siempre tan correcto y estricto pero en ese instante parecía otro; sentía que poco a poco lo estaba devorando, un gemido salió de su boca mientras el mayor marcaba la velocidad de sus embestidas con la de su mano, haciendo que todo  temblaba bajo el peli castaño este no se detenía por nada  ni al sentir como las uñas de Adrián se clavaban en su cuello al correrse, lanzando un estridente gemido que resonó en toda la estancia, las sensaciones se agolparon en la base de su pene y en dos embestidas violentas se corrió manchando la entrepierna del más joven, se abrazo a este por la espalda mientras disfrutaba sentir en sus manos sus fluidos juntos, esparciendo todo en el cuerpo del menor como si marcará su propiedad, aquella necesidad animal de gritarle al resto que era suyo, recorrió todo ese pálido pecho hasta el cuello y sujetando con fuerza su mandíbula busco sus labios y durante los siguientes minutos se dedicó a devorarlos.

Ese día evito a como dé lugar salir a cubierta, y aunque el no fue el que inició esto, no quería enfrentar al mayor, en ese momento nada más importaba y así fue hasta que luego de esa sesión de besos apasionantes,  el estoico Capitán callo de lleno inconsciente contra el piso, y el en cambio se quedó de piedra al ver esto, y encima el pequeño lujo que se estaba dando no había servido de nada, están completamente embarrado de sus fluidos.

Se maldijo por lo bajo y con sus músculos debilitados arrastro al capitán hasta la pared seca de la salida, y sin más remedio repitió su rutina de limpieza está vez dejando menos de medio balde para sus compañeros, era en extremo difícil limpiar esos fluidos, parecían pegarse en la piel y el característico olor sólo aumentaba la desesperación de Adrián.
Mientras que tallaba su piel y profería una serie de maldiciones a su suerte, el sonido de la puerta lo alarmó.
- Abra la puerta, se quien está ahí, y apreciaría que lo haga justo ahora.

Era el primer oficial, si, sólo eso faltaba, se dijo, alterado mientras pasaba sus manos con desesperación por su rostro y cabellos, el miedo le impidió razonar y sin más abrió la puerta mientras se mordía las uñas.
El primer oficial acompañado del segundo entraron, el primer oficial parecía ser incluso más joven que Adrián y justo en ese momento reconoció a los dos oficiales como los otros atados.
- Hueles a sexo- dijo descaro el segundo oficial perturbado la poca paz mental del rubio- está vez no se pudo controlar, me burlare en su cara cuando despierte.
- La segunda noche fue su límite eh?- dijo el otro mientras acomodaba sus lentes- tu no duraste ni una hora en tu primer día no tienes derecho a burlarte, cambiando de tema, era de esperarse, por favor cámbiate y sigue con tus actividades iré a tu puesto a medio día.
Dicho esto se fue, mientras en un movimiento limpio el segundo oficial su lanzaba al hombro al capitán, como si fuese un muñeco de paja, siguiendo el mismo camino.
Adrián cerro la puerta y mecánicamente siguió en lo suyo, mientras su mente no procesaba todo eso.
Unos minutos después entraron sus compañeros, mientras se ponía los pantalones.
- que diablos le pasó a tu piel Blau?- pregunto el más corpulento de su grupo mientras le pellizcaba las mordidas, que gracias a la poca luz no se notaron tanto.
- ayer se me Cayeron unos toneles encima, bueno regreso a mi puesto- dijo nervioso, y ante la mirada extrañada de todos salió corriendo, azotando la puerta, aunque después de dar unos pasos se dio cuenta de que no traía sus pantalones, e interrumpiendo a todos entro por ellos y como un rayo salió.

Así fue como toda la mañana pasó deseando que no llegará el medio día. Pensaba que recibirá algún castigo pero sólo bajo el primer oficial, sin decir una sola palabra. miro a los ojos a su subordinado largo rato. Adrián sólo permanecía firme sin hacer mucho contacto visual.
- El capitán Ayers está bien, sólo fue el sopor de la luna, aguanto toda la noche encerrado en el camarote.
-Perdón?- no entendía que decía el contrario pero se calló rápidamente, al recordar que no debía interrumpir.
- El aún no se muestra, su atadura es muy problemática, aún sufre de los efectos colaterales aunque ya ha pasado un mes. Si esto se repite los siguientes meses creo que será propio de su maldición, pero la verdad no es que ustedes sufran mucho con esto.

Quería que la madera se habrá y lo dejé hundirse en el fondo del océano.

- Es cierto que viste a Korol'?- pregunto mientras se arrimaba contra la pared, sacando su flequillo alborotado con un movimiento de cabeza- cuéntame lo que pasó esa noche.

-Si señor- respondió ante la orden.
-Descansa, y por ahora háblame como si no fuera nadie, necesito que me digas todo.
Le tomó la palabra aun un poco incómodo y dejo su arma a un lado.
- Ví al dragón, dos veces, pero la segunda, jah! eso fue aterrador, cuando se convirtió en esa mujer... Y toda esta locura empezó creí que alucinaba-era la primera vez que le decía a alguien lo que sintió en ese momento, no vio a Ahjrem  desde que se embarcó junto con Ayers -aún a veces pienso que lo que vi fue cosa mía, como no pensarlo?... Es decir, por amor al cielo!!! Se esfumó! como humo!!! Al principio pensé, ohhh estoy descubriendo algo interesante aquí, pero esperaba mmm no sé, soldados superiores entrenados y una organización secreta, pero poderes? Atados? Reliquias, y ahora para rematar desde ese día también soy un águila, y ustedes, se hacen agua o que rayos?

El menor había escuchado atentamente todo sin interrumpir y entendía, sólo tuvo, tres días para digerir un mundo que a él le había tomado casi 10 años, y hasta ahora nunca había escuchado de los atados hasta que se convirtió en uno, se apiado del peli cenizo y trato de explicarle.

-Es algo más complejo que eso, para que entiendas, tomamos las bendiciones y maldiciones que vivían en las reliquias después de que las victimas originales murieron, pasaron a vivir en objetos quedando atados a la deidad que los condenó, funciona en nosotros por que aceptamos todo voluntariamente. Me di cuenta en estas semanas de que las ataduras también cambiaron nuestras personalidades, yo me hice mas directo y centrado comparado con mi antigua personalidad pusilánime fue una mejora, por otro lado Gadel empeoró, en la organización era el más organizado y atento pero gracias a la maldición ahora no conoce la prudencia y ni hablar del autocontrol, por otro lado Bastian sólo ha empeorado, y sufre de episodios brucos de comportamiento.
- De lo poco que conozco al capitán, a mi parecer siempre nos topamos en sus momentos ''bruscos''.
- Aún más que esos, lo que hicieron ustedes fue, nuevo, en casi todo el mes había estado tenso, con insomnio y aumentado su obsesión con el orden, pero su camarote estuvo hecho un desastre desde el inicio del sopor, y extrañamente tu lo calmaste.
Adrián enrojecido otra vez y queriendo sentarse en un tonel cercano para esquivar la situación, hizo caer su arma, en un movimiento torpe y nervioso evito que tocara al piso. Ante la mirada del menor que ahora alzaba un ceja.
- No, no entiendo como...es decir siento que no me soporta, lo tiene pintado en la cara cada vez que me ve.
- Entonces deberías reconsiderar lo que de verdad pasa entre ustedes, su parte animal no hizo más que buscarte.
Luego de esto el pelirrojo se fue, dejando a Adrián en sus pensamientos de confusión.

Se dijo que el toque, su voz, no le era desagradable, más bien el recordar, hacia que le nacieran unas ganas de revivir esos minutos, pero se dijo que sólo era eso, aún no podía discernir nada más allá. 

-Espere- hizo una mueca de confusión-...¿su parte animal?

El corazón de IshtarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora