El capitan se sintio como un tonto, se apresuró y ahora había perdido el bote, las provisiones y lo único que lo mantenía cuerdo, veía el amanecer con los labios pálidos a punto de tiritar, había algo peor que estar sólo, afrontar esa nueva vercion del sopor, totalmente sólo. Respiro profundo, creyendo distinguir entre las olas una silueta humana, pero mientras más entrecerraba sus ojos menos percibía, olía a Adrián, y eso le alegro, hasta que la silueta se esfumó y apareció tras el, el dolor en sus oídos volvió de golpe así como perdió nuevamente el conocimiento antes de poder ver que era lo que le envolvía.
El anciano estaba histérico, pocas veces Ahjrem había visto a su amigo así, las podía contar con los dedos.
- Sabias que nos enviaban al matadero y no hiciste nada por advertimos!!!
El rubio sólo agachaba la cabeza mientras veía el piso, los recuerdos aún le dolían y otros le hacían hervir la sangre.
-es cierto y aunque sonará frío, no me arrepiento de nada de lo que eh hecho desde el día que la perdí- levantó la mirada dejando que vea como sus ojos se aguaban ligeramente- ni siquiera de la mirada que me diriges ahora.
Se levantó pesadamente y se encaminó a la puerta, quería retener esos recuerdos como siempre, pero a veces reconocía que poner su típica cara de pusilánime no servía.Había pasado toda la noche reviviendo viejas heridas, pero olvidó estar en guardia, ese momento de debilidad lo tenían en su actual predicamento, amordazado y sin poder usar su atadura.
<<por los dioses- forcejeo hasta poner su cara roja por la presion- de que diablos esta hecha esta cuerda?>>
- de tierra maldita y cicuta- esa respuesta le sobresalto - la cicuta... Es realmente tóxica, paralizaria a cualquier hombre en minutos hasta la muerte- la voz de la mujer paro unos segundos, acercándose a el lentamente- pero sabemos no eres un hombre normal.
<<ni tú, maldita bruja>>
-si tienes razon- la mujer le saco la bolsa de la cabeza- en todo, por eso tiene tierra maldita, paraliza a los benditos.
La luz le deslumbró, solo pudo ver lo que le rodeaba después de unos segundos, se sentía aturdido y agitado. no podía hablar pero por lo visto eso no importaba.
<<vamos, dí rápido que diablos quieres>>
-¿porque, tienes algo mejor que hacer?, descuida guapo, estaremos juntos largo rato, ¿puedo cambiar de idioma? detesto hablar como si tuviera una papa en la boca.
<<y a mi ¿que diablos?>>
- bueno, te liberaría pero... mis chicas detestan ensuciarse- la mujer hablo en su marcado español- ademas acabamos de comer, no tengo ánimos para hacer nada. aunque tampoco me tomaría mucho tiempo.
<<mierda!!, se quienes son, la cosa es ¿como saben de mi?>>
- ah¿si? y según tú ¿quienes somos?
no pudo evitar pensar.
<<Sirenas Roja>>
la mujer soltó una carcajada genuina, mientras se sacaba la ropa.
-de verdad que eres viejo, ese apodo murió hace dos generaciones- ella tomo un pesado manojo de insignias atadas y se las arrojo con fuerza, golpe que dejo al rubio sin aire- eso me tomó cambiar la mierda de apodo que nos dieron, no quieres ser el siguiente Águila Real, eso completaría mi colección.
ronrió de lado mientras comenzaba a sentir su piel fría y sudar a chorro.
<<entonces, doncella, ¿quienes son?, parecen ser ibéricas, pero los españoles no tienen división fantasma>>
-no tenían- respondió con un deje de fastidio y enojo- creí torpemente que las divisiones fantasmas eran de temer, pero solo son un grupo de hombres con ataduras discutiendo por quien tiene las pelotas más grandes, parecen perros persiguiendo sus colas.
<<gracias por eso>>
-ahora dime, ¿donde esta la tumba de Adad?- ella sabia que se le haria imposible esconderle algo- vamos tu la enterraste, o eso dijo mi abuelo.
<<como es eso...yo>>
- si, si mataste a todos, o eso creiste, vamos eran mas de cien hombres, luces tan indolente y dejado, si no hubiera crecido escuchando sobre la matanza en aquella isla diría que no eres mas amenazante que una tonta gaviota- ella atrajo un banco mientras le comenzó a secar con una franela de aspero lino, las gotas que le bajaban por la frente.
<<no tienes ni idea de lo que paso en esa isla- vio disvariando la marca de atadura adornarle el contorno de la mitad izquierda del rostro, siendo mas notorio en su frente y cien- no planeo decirte nada>>
ella respiro profundo mientras meneo su cabeza exasperada , lo miro mientras comenzaba a temblar.
- me cago en la.... mira no soy tu enemiga.
<<mi estado me lo dice>> dijo sarcástico mientra hechaba su cabeza para atras y jadeando mas audiblemente.
- ¿no quieres saber como se enteraron las divisiones de ishtar? los lirios, los dragones, nosotras; esto ya esta en lengua de todas las naciones, muy pronto estas aguas estarán infestadas de naves y todas los bastardos con barcos querrán su parte, yo solo quiero tomar el atajo mas rápido.
<<y piensas que te lo diré? estas bromeando!>>
- oh sí que me lo dirás- agarro un cuchillo y le soltó las amarras- soy la única que te puede llevar con tu hijo.
Aspiro hondo mientras la seguía con la mirada, ella le extendió la mano y aun sabiendi que podría arrepentirse de eso, el le apretó la mano cerrando el trato.
- soy Ilora, capitan de los Toros Escarlata.---
se encontraban en el camarote de aquella extraña mujer, ella sabia mucho acerca de lo que ocurrió durante los últimos días en la isla y sabia lo mas importante.
-que la isla se mueva hace las cosas mas difíciles- oficial que leía los mapas estaba a punto de perder la cabeza.
- eso no lo sabemos- Ilora miro al rubio interrogante- como es que un atado no siente el lugar de su origen? se no haría mas fácil todo.
- si lo supiera no estaría aquí, leeme la mente no surge nada.
- no hace falta solo tienes los mismos tres pensamientos durante todo el día.
- Adad tenia el mapa en su cuerpo, no tiene caso.
- había un mapa?- el rostro se le iluminó.
- siempre hay uno.
la capitana y sus oficiales de miraron.
llevamos todo este tiempo dando círculos y tu recién nos avisas? sostenganle.---
- aun no respira!- todos en la nave estaban aguantaron la respiración mientras el mas joven trataba de sacarle el agua del sistema.
-dejalo ya, quizá tenga muerto largo rato.
El no les hizo caso y siguió con aun mas esmero. Hasta que toció sacando toda el agua de mar que había tragado pero no se reanimo ahí, así que lo dejaron descansar sobre una hamaca bajo cubierta.
- no me gusta ese uniforme-dijo el primer oficial a su barbudo capitan- los uniformes nunca son buenos.
-olvidas que alguna vez llevaste uno?
-por eso lo sé.
el veterano se rasco la quijada mugrienta mientras observaba a lo lejos otras naves igual a la de el.
- eso no me preocupa, todo esta saliendo bien hasta ahora, ver a un naufrago con ese uniforme, solo puede ser algo bueno, Asi que calmate y sigue timonando, el viento no esta mal, quiero bajarme de esta porquería al anochecer.Adrián al fin despertó, sentía cada vez mas irreal cada cosa que le pasaba, ahora contemplaba sin creérselo los viejos y podridos maderos llenos de telarañas sucias, con le dolía la nariz y todo la garganta.
- un poco mas y no lo contaras.
Reconocía esa voz, no pensó volver a escucharla.
- tu me salvaste?
- se puede decir ¿que le paso a ese doncel de la corte? ese bastardo que siempre alzaba la nariz frente el amo, y luego venia a que mi madre lo mime? luces algo salvaje.
Le vio de reojo para reirse luego reirse juntos.
- tu no te ves como un rey pirata, traes mugre en vez de joyas.
- eres un malagradeciodo...aunque detesto estar aquí le doy gracias a los dioses por no haberme bajado en el puerto anterior algo me decía que me aguantara una semana más.
- dame crédito, apuesto que no me nota el mes en una isla- torpemente, se agarro de la maca para acomodarse mejor- donde esta el capitán?
su amigo le dedico una mirada interrogante.
-solo te hallaron a ti, no hay islas en kilómetros.
- imposible, tratamos de escapar de una hace unas horas, tiene que estar cerca.
- ruega por que si, aunque lo dudo, el capitán ha estado recorriendo este cuadrante del mar desde anoche.
el mas joven se levantó y se fue atendiendo el llamado del adusto primer oficial.
luego de una horas de viaje por fin llegaron a puerto, el sol aun pegaba potente y el ambiente estaba seco, con la ayuda de su viejo amigo subió las escaleras, solo para encontrarse en el punto de partida de su viaje.
-mierda, perfecto este condenado puerto otra vez.
creyendo que no podria estar peor estaba ahora, rodeado por decenas de naves de todo tipo, había aprendido a reconocerlas gracias a las descripciones del capitán, y allí pasaba algo grande.
-me cago en la...¿ que ha pasado?
- mira, por fin ha vuelto el viejo Adrián.
el menor le estrujo los hombros mientras trataba de hacer que avanzara.
- maldita suerte.
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El corazón de Ishtar
De TodoEn la época gloriosa de piratas y corsarios Adrian un joven esclavo blanco, prófugo de una familia de renombre española busca regresar al mar y ser el aventurero que tanto imagino tras una vida de lujos, aquí es donde comienzan sus días en alta ma...