copias.

20 0 0
                                    

- tu padre te busco como loco luego de eso- Alrick se había tomado la molestia de atender a Adrián aún con la gran cantidad de trabajo que tenía- pero poco después desapareció, Benedict dijo que discutieron, y luego que salió a desahogarse.
- en resumen, el también se voló.
-solo que no sabemos si fue a buscarte u algo peor.
Adrián respiró profundo en su puesto, había puesto sus esperanzas en el rubio.
- ¿No te parece muy arriesgado lanzarte a buscar a Ayers? Tú mismo dijiste que se separaron por la fuerza de la corriente, a ti te llevo hasta los piratas, el capitan, tendriamos suerte de hallar su cuerpo, lo más probable...
- entonces no harás nada- le interrumpió antes de escuchar lo que no quería ni imaginarse.
-¿que quieres que haga?, tengo a los Lirios varados en este puerto medio mes, y Benedict regresó son su flota a Londres, estamos esperando que el Márquez mande a buscarnos, o nos diga si la búsqueda sigue en pie- el pelirrojo se apreto el tabique con los dedos, completamente cansado- de cualquier forma el ya no está en nuestros planes, nadie lo esta realmente, así son las divisiones, pero ¿que sabrás tu? no entiendes nuestra forma de actuar.
Por supuesto estaba indignado, furioso pero sabia que volverse loco frente a un atado no le vendría nada bien. Bajo la cabeza con el ceño fruncido.
Gadel entró como siempre, como un ruidoso tifón.
- El puerto esta hasta más no poder, habrá mínimo 30 barcos casi todos de piratas, los otros reinos ya enviaron sus divisiones.
- ¿que demonios dices?- Alrick
- eso, ellos saben que estamos aquí.
- sólo existe un mapa.
Gadel se sacó un trozo de cuero del pantalón y lo abrió sobre la mesa.
- pues ahora hay cientos, los dan en las tabernas por unas cuantas monedas, cuesta lo mismo que una cerveza.
El pelirrojo lo agarro, tratando de leerlo, pero se le hizo imposible.
- a Ayers le tomo meses saber que significaba- comentó Gadel mientras se escabullia hasta la puerta después de escuchar el llamado del acompañante que le esperaba fuera- no creo que sea un problema.
Alrick se molesto y antes de que el otro tocara la puerta alzó su mano izquierda, con un simple movimiento esta se fundió con la pared convirtiéndose en piedra.
- deja de follarte a cuanto trasero se te atraviese, enfocate, si las otras naciones arribaron eso significa que no somos los únicos atados en el puerto, alguno sabrá leerlo, si eso sucede quiero ser el primero en enterarse.
Gadel que estaba arrimado contra la pared, le miro cabreado a los ojos que ahora habían cambiado de color y forma, mientras se relamia sus crecidos colmillos.
- como ordene capitán, le vendría bien dejarme salir, no querra tenerme aquí en pleno sopor.
Sin mirarle en un ademán regresó la puerta a su origen y el mayor salió como fiera enjaulada.
Adrián, también salió sin despedirse.
...
Esa noche compro el dichoso mapa tratando de analizarlo, con ayuda de una amarillenta vela, siendo el intento inútil.
- venga ya, duermete- su amigo le dio un suave golpe en el hombro, mientras se sentaba en el catre- has estado como una cabra desde que bajamos.
- y seguiré estandolo, necesito regresar Dante.
Su amigo le miro espectante, mientras seguía concentrado en lo suyo.
-le aprecias mucho.
<<si sólo supieras>> se dijo.
-todos andan locos por ese mapa, invadió el último puerto en el que estuvimos, pero estoy seguro de que ese es solo un pedazo.
El mayor abrió los ojos de par en par.
-¿como?¿ una parte?
-si, creo no debería decirte esto, pero el capitán tiene uno mucho más grande, y estoy seguro que Blass reparte estos más pequeños, aunque no entiendo, por qué. Es decir si tiene un tesoro o una ciudad perdida o lo que sea... sería tonto compartir esa información.
-Dante, y el mapa más grande donde lo guarda el capitán?
- el capitán Hayes lo carga siempre colgando del cuello, bajo la ropa- el menor sabia que la mueca que ahora ponía Adrián en su rostro, era un problema- nó, oyeme, espero no estés tan loco como para buscar eso.
en el rostro del rubio se forma una sonrisa ladina.
- muy tarde.

...
- es perfecto, sabes que sí- trataba de convencer al pelirrojo después de que se negó a ayudarle- eres el único que puede ayudarme.
- no voy a arriesgar mi cuello por esa posibilidad.
-Dante es de confianza, le confiaria mi vida.
- pues juega con ella, necesito mas que un chisme.
Alrick lucía cansado, no estaba de ánimos para estas locas propuestas.
-Yo no!- los dos dieron un respingo cuando la mano del mayor se estrelló contra la mesa- te ayudaré, no eh tenido mucha oportunidad de probar mi atadura, soy un felino, ¿ quien mejor que yo?
Su cara morena dibujaba una seductora sonrisa mientras veía a su actual capitán y a este eso le irrita de más, sin contar con el hecho de que parecía brillar esa mañana.
-hagan lo que quieran no me interesa.
- no, por supuesto que sí te interesa- Gadel se lanzó un el pedazo de mapa junto con un pergamino- encontré algo, el muchacho con quien me acosté ayer tenía una hermana, que trabaja para una especie de bruja, la vi hoy era medio ciega pero ha estado reuniendo los pedazos de mapas que llegan a sus manos- se acercó y extendió los pedazos en la mesa- ¿Que ves?
Alrick alzó la ceja algo fastidiado.
- el mismo maldito mapa.
- sip eso, pero hay diferencias en la forma de las islas- estendió el pergamino sobre la mesa- no se como pero esa mujer agrupo los mapas en círculos y Luego pudo hallar la forma de una isla, su forma me es familiar pero yo no se de cartografía, si todo el mapa original es así, una maraña de formas creo que sólo ella puede.
Un lirio entró un poco alterado con el rostro algo descolorido.
- vi un dragon, estoy seguro.
...

- haz de creer que estamos locas.
- no, estoy seguro de eso.
-Bueno Nigla dijo que tu hijo aparecería aquí mañana al anochecer, y créeme nunca falla.
- mi hijo fué ascecinado apenas nació, luego me dices que puedes llebarme con el, no me sorprendería que me matarás ahora.
- no eso lo harán las sirenas.
Ella se acercó a un enorme bulto y destapó una caja de madera pero con el frente de cristal.
- ellas pueden oler la magia en las corrientes, después de todo también son malditas, la ventaja es que se dejan atrapar muy fácilmente de nosotras, pero apenas ven a un hombre lo destrozan, la sangre de marineros que habrá mañana en el agua será suficiente para atraerlas, luego necesitaré de una gota de tu sangre.
-lo haz hecho antes? Jamás se me habría ocurrido usarlas como sabuesos.
-eramos las sirenas rojas, ahora ese nombre debe cobrar sentido, tienen olfato para encontrar tesoros tambien-<<y era ella la que odiaba ese nombre>> se dijo el hombreton- obtuvimos las ataduras de esa manera, quizá tenga más de una docena de atadas, aunque pocas sirven para las batallas, tu y yo sabemos que estas no siempre son las más poderosas.

El corazón de IshtarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora