Es de quien lo tomo

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Cuando el Capitan regreso al salón, su hermana había apartado un asiento a su lado, se disculpó con todos los que ya se encontraban en sus lugares, esperando a que los sirvientes comenzarán a servir los platillos, el Márquez hizo un pequeño brindis y dio las gracias por la comida. 

Bastian había estado tan distraído con los acontecimientos de los últimos días que había descuidado a su pequeña hermana, cuando reaccionó se dió cuenta de esta platicaba muy a gusto con un escuálido recluta que había osado sentarse en la misma mesa que todos los capitanes y sus allegados.
Tenía la ligera sospecha de que el nuevo recluta le estaba mandando indirectas, era realmente bueno disfrazando sus palabras, y aunque Bastian era joven nunca fue bueno para seguir el ritmo a este tipo de situaciones tan propias de la edad, siempre fue tan recto tan enfocado en su meta desde la muerte de su madre y el día que su padre le heredó su puesto en la división fantasma; no tuvo nunca tiempo para ese tipo de enfrentamientos, nunca considero a nadie un rival ni enemigo. Pero tenía que aceptar que no podía dejar de mirar al nuevo como una piedra en el zapato, se había ganado en cuestión de minutos la atención en la mesa, de todos incluida la de su hermana quién parecía embelesada por cada palabra que el adolescente soltaba.

Trato de mantenerse al margen hasta que el recluta descaradamente tocó un tema que le incumbía.
- puede creer usted señorita, que el primer día de mi estancia aquí me pasó algo sumamente extraño?- Adrián miro de reojo a Bastian con toda la intención de descifrar en sus ojos algo que le de la pista que necesitaba- al entrar en la habitación en la que me iría a hospedar, un hombre alto del que solo se le podían ver los ojos, se había colado, amenazándome por razones que aún desconozco.
Beth tapo sus labios en seña de sorpresa abriendo sus ojillos miel en todo lo que podía.
- eso debió haber sido aterrador- dijo ella rápidamente.
Bastian trago en seco manteniendo un poco de compostura y miramos para otro lado.
Adrián miraba intensamente al capitán a medida que avanzaba en su anécdota.

-y no se equivoca, aún trato de entender que quería, pero...me resultó aún más raro el darme cuenta de que había dejado un raro medallón en el piso.
El pelichocolate miro directamente a Adrián apenas escucho de ese objeto, cruzando miradas al instante cosa que no habían hecho durante toda la velada; aire, eso fue lo que les faltó cuando aquellos ojos verdes y bicolores se encontraron, ninguno de los dos pudo apartar la mirada del otro durante unos segundos.
Aunque la primera impresión que tenían entre ellos no cambio algo dentro los sacudió, Bastian quizá solo le había tomado un poco de fastidio por la forma en la que se comportaba en la mesa, así siendo tan galante y educado, lo sociable y accesible que el mismo no podía ser aunque se esforzaba.
Por otro lado Adrián había sospechado del capitán toda la velada y aunque callo en cuenta de que si hubiera querido ir a hurgar en su cuarto para encontrar el medallón sería el momento oportuno, cosa que por lo visto no hizo ya que se encontraba esperando en esa habitación a los otros capitanes, no dejo de sospechar y aún más, cuando después de tocar sin delicadeza el tema el ojiverde lo miro con aquella intensidad, un poco desconcertado sin bajarle la mirada, se dijo que el era ¿quien más podría mirar así sin bajar la mirada? Sorbiéndote y quitándote de a poco el coraje para al final desarmarte ¿Quien más tenía aquellas esmeraldas por ojos? ¿Quien más podía ser, si no el aquel hombre tan amenazante pero de rasgos tan suaves como los de aquel día?
-¿y que decía?- interrumpió uno de los capitanes que se encontraba a lado de beth, quien se había mantenido un poco interesado en la conversación de los jóvenes- o ¿que traía en su interior?
Adrián trato rápidamente de atraer la atención del capitan sin dar más detalles al resto de comensales.
- traía una flor tallada, nada fuera de lo común- dijo sin importancia mientras metía su mano al bolsillo y saco el objeto, luego alzando su servilleta para limpiar sus labios, mostró descarada pero sigilosamente la insignia al capitán Ayers.- creo que está hecha en plata-siguió- pero es tan pequeña y creo que es darle mucha importancia a un hecho que no paso a mayores.

El corazón de IshtarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora