-Los años no han pasado en ti, Ahjrem, es muy...inusual- dijo el mas alto, mientras lentamente avanzaba hasta estar frente a frente- águila dorada.
-No me habían llamado así desde hace mucho- contesto riendo vagamente mientras intencionalmente se distraía viendo la decoración- a diferencia del Rey dragón, yo no me estanco en el pasado, ¿Cuánto ha pasado, 8 o 10 años?, la verdad ya perdí la cuenta, es triste que aun persigas la misma meta que creíste haber encontrado hace tanto, ¿las divisiones fantasmas aun creen en cuento de hadas?
El rostro de korol' drakonov no reflejaba nada, las palabras de Ahjrem parecían atravesar como luz en el cristal, ya frente a frente ninguno de los dos parecía mayor al otro, eran igual de imponentes aun siendo tan distintos en carácter.
-Los dos sabemos que el hecho de que estés aquí no es coincidencia, esto solo demuestra que voy por buen camino, para mi desgracia te conocí tan bien que se, nunca dejaras que nadie encuentre aquel lugar, aun no se que paso allí, como de todos solo tu regresaste con vida.- miro con intensidad el rostro de Ahjrem y en este no vislumbro ninguna arruga, ningún signo de los años, ni en su cabello o su voz y por primera vez, en todos esos minutos su rostro esbozo una leve mueca en sus labios- te ves como el día en que nos dejaste, en ti no ha pasado ni un segundo, eso... es bueno.
Ahjrem rió por lo bajo, el ambiente estaba cargado de una aguda tensión, al mas mínimo movimiento y cualquiera de ellos dos le cortaría el cuello al contrario. korol' drakonov dio unos pasos rodeando al rubio, no tenia intención de decir nada mas, sin embargo de un momento a otro un humo negro rodeo por completo el cuerpo del pelinegro para luego adherirse a su cuerpo y dejar ver ahora la figura de una mujer, era hermosa, largos cabellos cenizos ensortijados, rostro cándido de facciones finas, prominentes atributos y una nívea piel marcada con entramados tatuajes de colores pasteles y piedras preciosas, una túnica traslucida dejaba ver todos los atributos de un cuerpo mas parecido al de una diosa o ninfa.
En el rostro de Ahjrem se dibujo una mueca de dolor, aunque estoicamente trato de parecer indiferente ante la figura que el otro tomo.
El dragón que ahora encarnaba a una hermosa mujer se acerco nuevamente a Ahjrem, esta vez sus gestos y modos eran genuinos y delicados mirando con cariño al mayor mientras posaba sus manos sobre este.
-Dime, donde me dejaste?- apenas la mujer abrió sus labios la cordura de Ahjrem flaqueo, su suave toque le parecía tan real y la nostalgia invadió por completo sus ideas- vuelve a mi... Ahjrem, ¿valió la pena dejarme?
-yo... nunca...- desde su lugar Adrian veía pasmado como aquella mujer tenia al hombreton en el limbo delirando cosas que aun no formaban una oración hasta que dijo un nombre-ishtar.
Una ligera luz acompaño una gran vendaval que rodeo a Ahjrem cual huracán, repeliendo a aquella mujer y haciendo que en su camino impactara contra un escritorio cercano. Había despertado del letargo y al darse cuenta de lo que hizo el dragón, se abalanzo sobre este y lo levanto con fuerza por el cuello, este aun contaba con la forma de aquella mujer, pero luego de que aquella luz se concentrara en la mano, que ahora rodeaba su cuello dejo escapar un gruñido que al final sonó como el hombre que era, y con esto también la forma del Dragón regreso a ser la original.
-Hace cuanto?...- interrogo el rubio, tratando de entender que sucedía- que te dio ese poder?
- No eres el único que se ató - respondió el contrario que aun era sostenido por el cuello, pero rápidamente se quito la mano de encima- las divisiones ya no son lo que fueron en tus tiempos, steinadler, no soy el único, Ishtar es nuestra.
Después de esa aquella amenaza el mismo humo inundo la estancia para desaparecer segundos después, allí ya no quedo ni el dragón ni el muchacho.
Un largo silencio invadió la estancia, un momento en que las únicas dos almas que quedaban en la sala estaba en completa perplejidad.
-Ahora, tu también lo sabes no Adrián?-esto sacudió al menor trayéndolo a la realidad- no esperaba que estuvieras aquí.
Salió rápidamente de su escondite y vio claramente la preocupación que invadía al mayor, no había duda de que presencio el inicio de una guerra que arrastraría y engulliría por completo.
-Sera mejor que salgamos de aquí hay que contactar con los Lirios lo mas rápido posible, si las divisiones tienen atados entre ellos, por los dioses, espero que los lirios también.
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El corazón de Ishtar
De TodoEn la época gloriosa de piratas y corsarios Adrian un joven esclavo blanco, prófugo de una familia de renombre española busca regresar al mar y ser el aventurero que tanto imagino tras una vida de lujos, aquí es donde comienzan sus días en alta ma...