Aún faltaban unas horas para el medio día, Dante esperaba en la pensión por su amigo, planeaba llevarlo con el, quizá visitar el pueblo en el que crecieron.
- levantenla del suelo- dijo la voz profunda y aterradora que se escuchó hasta la habitación, se acercó un poco más a la ventana, traian casi a rastras a una monja.
- yo, yo no se nada, les digo que es la primera vez que salgo en años ¿qué puede servirles de mi?- con todas sus fuerzas se aferró de la pata de una carreta llena de estiércol que había en el callejon, tenía el rostro manchado de lágrimas y suciedad, temblaba como un gato Callejero bajo la lluvia.
Apareció entonces, un joven al que hasta ahora le había prestado atención, se acercó a la enorme figura y después de susurrar algo en su oído este asintió, la aterrada monja observó con los ojos bien abiertos al menor, de piel morena y cabello ondulado de grandes ojos color aceituna.
- hermana- dijo suavemente mientras le mostró una tablilla- ¿puede decirme que dice aquí?
Ella estiró el cuello y le dió una rápida ojeada, elevó la mirada.
- son plegarias, parecen ser similares a las letanías, pero no leeré eso, no leeré nada que no esté permitido por la Santa Iglesia.
- lo importante hermana es que lo pudiste leer.
Luego de eso fue halada con fuerza y arrastrada hasta los caballos, la subieron como carga mientras se retorcía para luego tapar la con una manta pesada.
-odio a los mirones.
Dante que se creía protegido tras la pesada cortina fue sorprendido por una potente ola de arena negra golpenadole de frente, perdiendo la conciencia de golpe......
Era cierto lo que dijo el lirio, pero no podían hacer nada, lo mejor en esa situación era no acercarse ni intervenir.
Peor ahora que acababan de ver como un dragón negro interceptaba al primer oficial de la nave de Hayes.- esto no me gusta para nada, bien iré yo.
- soy mejor para el trabajo, aún no controlas tu atadura, Alrick, deja de hacer las cosas sólo.
Gadel le detuvo antes de que cruzará la calle, por primera vez Adrián vio una expresión de profunda preocupación y seriedad en ese rostro.
-dije que voy yó.
Alrick era un genio con su atadura, no había llegado ni a la mitad de la calle cuando desapareció en medio de las carretas. Gadel fruncido el ceño, dejando su rostro con una mueca entre dolor y fastidio, parecía crisparse en su lugar como un gato sobre el tejado al que le han mordido la cola.
- será mejor que hable con la vieja, una vez que el mapa desaparezca esto se pondrá feo- Gadel se tranquilizó un poco, haciendo que sus ojos y unas regresarán a la normalidad- haz guardia y por lo que más quieras avisame si algo pasa.
El menor asintió, entró a unos de los bares que estaba frente a las naves y se instaló a beber, había muchos borrachos nadie le prestaria atención......
- capitán, no debería ir los dragones no negocian.
- cierto, aunque no quiero que piensen que los estoy despreciando.
Los dos hombres de aspecto desarrapado salieron a cubierta para luego descender hasta el nivel más profundo de su nave.
Allí entre los resto de toneles con comida podrida, excremento de animales y tablas mohosas estaban la monja y el joven marino.
-¿ qué pasó contigo Dante?- dijo con una sonrisa burlona mientras disimuladamente veía el área.
- Odio a los mirones- apareció de estrés las sombras con el rostro cubierto, junto a él un hombre de sonrisa suave y el rostro desenfadado.
- bueno si es así yo ni lo eh visto, pero me imagino Korol' que a usted no le gusta perder el tiempo, que viene a buscar?
- el mapa- escupió seco- no es negociable.
- muy directo, ¿ qué obtengo yo a cambio?
Dante veía atentamente la escena, mientras callaba con su calor a la pobre monja que no había parado de llorar.
- un día más, te haré ver la luz del día mañana.
- ¿es que acaso tengo que temer a algo? ¿ por qué no podría hacerlo?
- es simple el mapa busca a su hijo, si me lo das por las buenas antes del anochecer evitarás tu muerte.
- sólo era eso? Puedo darle el mapa sí, pero el original, imposible.
Korol' se sentó en lo primero que vió mientras miraba a la pared fijamente.
- como le dije, odio a los mirones- en un ademán suave la misma arena negra que atacó a Dante se estrelló con tanta fuerza contra la pared del barco que dió la impresión de casi atravesar el casco. El capitán y el oficial vieron como el pelirrojo salía de la pared con el rostro golpeado e inconciente, el primero con algo de molestia en su rostro.
- hoy hasta ponerse el sol.
El gran dragón se envolvió en su atadura y al diciparse la pesada tormenta de arena, alli solo quedó el pelirrojo.
El capitán se mofo para el en una mueca extraña, su segundo al mando no podía descifrarla.
-levanta a ese bastardo y átalo al mastil-- se rasco la cien mientras veía al piso- sarparemos en unos minutos.
- si señor.
....
Alrick habia tardado demasiado, alzó la mirada y pudo ver la melena roja ser arrastrado hasta el mastil en la cola de la nave, levantandose de golpe tiro la bebida del viejo que estaba a su lado.
- me cago en la!!!
- lo lamento- saco unas monedas y las dejo sobre el mostrador, estaba saliendo apurado cuando antes de tocar la puerta se paro de lleno.
- puto día, casi nos mata un maldito demonio lobo por culpa de esa perra y ahora un chupapollas derrama mi trago.
-¿un lobo?- se volvio nuevamente y agarro de la camisa al viejo- donde, digame donde vio al lobo!
el viejo de aspecto desagradable lo miro con recelo.
- ¿que te pasa? suelta mi camisa, bastardo!
vió como los piratas de esa nave subían a bordo y comenzaban a desatarla del muelle.
-hagamos esto viejo, te comprare una botella de Ron pero dime: ¿donde viste a la bestia?.
Se rasco la maraña que tenia por barba y asintió con una mirada de desconfianza.
- los mapas que venden, también los vendían en el puerto vecino, había personas que descifraron supuestas islas, mi maldito capitán nos llevó hasta una que reconocía según el, llegamos sí, pero la maldita estaba llena de neblina y el arrecife estaba lejos de la costa, fue lo de menos el infierno comenzó al caer la noche.
Levantó la mirada, el viejo hablaba muy lento y sus nervios iban a explotar.
-ve al punto viejo.
- nos levanto el ruido del arrecife, creí que eran leyendas pero nada mas cercano, dentro del arrecife había tritones menos que los dedos de mis manos, peleaban con las sirenas, no querras ver nunca un grupo tan grande, par safarse de ellas los bastardos mataron a los que estaban de guardia, aun estaba vivos cuando llegaron al agua, las desgraciadas los devoraron, como era de esperar todos salimos a cubierta, atraparon a la mayoría, fue una masacre, los poco que caimos del barco y nadamos a tierra nos juntamos los que quedaron en la playa fueron devorados por los cangrejos come carne, los días siguientes no mejoraron, cuando apareció el monstruo preferimos atravesar el agua infestada de sirenas y alcanzar nuestro barco- el viejo le arrebato la botella de las manos al pelicenizo y la abrió- por suerte las malditas dormían y los tritones no son peligrosos.
- sabe donde queda?
- ¿qué?
- la isla
-¿que si lo sé? ja! no lo olvidaría ni aunque me lavaran la conciencia.
-digamelo.
- te lo regalo- le extendio un pergamino pequeño- aleja esa maldita cosa de mí, por lo menos me valió una botella de ron...
Adrian ni le escucho mas, salio como alma que lleva el diablo y se dirigió hasta la nave de los lirios.
- se marcharon, Gadel!!!
Se armo un revuelo cuando le contó casi sin aliento lo sucedido con Alrick.
todos tomaron sus lugares sin entender lo suficiente y aún con tan pocas proviciones salieron tras la otra nave, los ojos del moreno, sus dientes y uñas cambiaron, tenia el aspecto de un animal herido y desquiciado.
Lo único que Adrian podía hacer era guiar al timonero mientras sentía como el corazón aun desbocado presentía peligro. Se quitó su habitual venda y vio hacia el puerto, allí a lo lejos la nave de los dragones ya no estaba.
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El corazón de Ishtar
RandomEn la época gloriosa de piratas y corsarios Adrian un joven esclavo blanco, prófugo de una familia de renombre española busca regresar al mar y ser el aventurero que tanto imagino tras una vida de lujos, aquí es donde comienzan sus días en alta ma...