Cap 2

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Mensajero

Athena regreso a la mansión Kido, el mayordomo de la mansión recibió a la nueva integrante Kido mientras Athena se dirigía a su habitación a tomar una siesta, el mayordomo se encargó de llevarla a su habitación y dejarla en una cuna, Tatsumi mecía la cuna de la bebé, aunque él se quedaba más dormido que la bebé, un hombre apareció detrás suyo y le pego en la cabeza, lo saco fuera de la habitación quedándose solo con la niña, pasaron varios minutos antes que Tatsumi despertara y fuera corriendo a la habitación de Athena, la despertó con el sumo cuidado que sus nervios le permitían, le aviso sobre el intruso, Athena fue corriendo hacia la habitación de su hija, se encontró con la puerta cerrada, no teniendo otra opcion encendió su cosmos y atravesó la puerta.

Hermes había sido enviado por Zeus para entregar los regalos de los dioses a los pequeños, primero fue con cada Dios asegurándose que cada uno diera un regalo, el primero en recibir los regalos fue el hijo de Apolo, en el templo de Apolo no encontró al dueño de este, solo estaba Artemisa cuidando de su sobrino.

- ¿Artemisa?, no me digas que ahora te puso de niñera, bueno, aquí están los presentes de los dioses para tu sobrino – Hermes puso una bolsa con cosas brillantes en el suelo – por cierto, necesito que me des tu regalo para la hija de Athena.

- no me preguntaste el regalo a mi sobrino, es igual de importante que esa niña – Artemisa dejo al bebé en la cuna y se cruzó de brazos dispuesta a encararlo por su osadía.

- pues supongo que lo entregarías tu misma, además necesito ese regalo rápido, quiero descansar – Hermes ya estaba harto de estar ahí, quería acabar su trabajo rápido y volver con sus ninfas.

- bien, aquí tienes – Hermes agarro el regalo, lo olio, lo observo, lo sacudió y trato de abrirlo – oye, todo está bien, eso no la matara – Hermes sonrió y se fue lo más rápido a la mansión de la propiedad de Athena.

Al llegar a la mansión Kido empezó buscando la habitación de la bebé, pero habían tantas que le tomo tiempo encontrarla, cuando encontró a la niña esta estaba con un hombre calvo totalmente dormido, le dio un golpe en la cabeza y lo saco del cuarto.

- hola pequeñita, dime si tu mama vendrá pronto, necesito entregarle estos regalos que son para ti – la niña que estaba más despierta que nunca solo miraba al dios con los ojos bien abiertos – así que tu mami está durmiendo, bueno cuando despierte el calvito seguro le dirá, mientras porque no me cuentas algo de ti – Hermes parecía entender a la niña sin que hablara o solo estaba imaginándose que esta le hablaba – te diré algo interesante, sabes cuantos tíos tienes, pequeña?, tienes muchos y todos enviaron regalos muy buenos, ya me gustaría tener tantos regalos... sabes que también tengo un pequeño, pero supongo no es tan bueno como tú, tal vez si solo saco un regalo y se lo doy a mi hijo podría compensar el haberlo dejado solo – Hermes metió la mano a la bolsa y saco un objeto brillante, lo observo por un rato hasta que se sintió observado, la niña curiosamente para una recién nacida estaba parada en su cuna mirándolo y mirando el objeto brillante, extendió sus manitas y trato de que el dios se lo devolviera, Hermes rio y devolvió el objeto al saco- entonces dime como podría compensar todo este tiempo que lo deje abandonado ah?– Hermes hablaba y hablaba mientras la bebé solo lo miraba – ya me aburrí, ese calvito nada que despierta, hagamos una cosa, juguemos al avión, ven – alzo a la niña y con una sola mano la sostuvo de su pancita, la niña al no sentir un punto de apoyo firme saco sus alas, mientras Hermes la movía de un lado a otro, la movía por toda la habitación con solo una mano – aquí desde el avión mini Athena, todo seguro y listo para aterrizar – parecía que la niña ya se había acostumbrado a estar en la mano de Hermes porque cundo este la bajo al suelo ella alzo sus bracitos y sus piernitas en forma de querer seguir en el aire – bien de nuevo a despegar – tomo a la bebé de la cintura con las dos manos – despegaremos en tres, dos, uno, ya – alzo de nuevo a la niña pero esta vez con sus dos manos, de nuevo la llevaba por toda la habitación de lado a lado, sintió el cosmos de Athena y enseguida ella ya estaba dentro de la habitación, el aun tenia a la niña en sus brazos como si fuera un avión.

- ¿Hermes?, oh casi me matas del susto – Hermes tenía la cara llena de miedo y pena mesclada con asombro, pero como no, el báculo de Athena estaba frente a su cara – a que debo el honor de tu visita Dios Hermes.

- esto, Zeus, me pidió que recolectara regalos para sus retoños y aquí están – dejo a la bebé en su cuna y después le entrego a Athena la bolsa llena de cosas.

- oh, gracias y gracias a los dioses por sus obsequios – Athena tomo la bolsa y empezó a revisarla, dejo el cetro detrás de ella y fue a revisar los regalos, el cetro desapareció haciendo que la incomodidad en Hermes desapareciera al no verlo y sentirlo.

- bien, ahora destapa los regalos, vamos, quiero ver que te dieron – Hermes se sentó en una cómoda silla que había en la habitación y se cruzó de piernas esperando.

- bien – Athena tomo la bolsa y saco el primer regalo – esto es de Afrodita – Hermes se abalanzó sobre ella quitándole el espejo.

- oh que raro, pero servirá de algo, espejito, espejito dime quien es el dios más guapo de la diosidad – nada paso, Hermes volvió a preguntar pero esta vez con abracadabra y nada paso – no sirve – lo tiro hacia atrás, por suerte fue atrapado por Athena antes que se partiera – mira, toma este es el mío, le dio a Athena un pequeño muñeco de madera en forma de Poseidón.

- y esto para que – Hermes le arrebato el muñeco y se lo dio a la bebé en la cuna – toma pequeña para que practiques para tu futuro – la bebé tomo el muñeco y lo abrazo como si fuera un peluche – no, se supone que debes de morderlo, tirarlo, rasguñarlo, no abrazarlo – dejo de mirar a la bebé y miro esta vez a Athena – me tengo que ir.

- enserio ese es tu regalo, debería ser algo más esplendido, ¿no? – Athena se cruzó de brazos viendo al dios.

- no soy su hada madrina para darle algo mejor – solo logro que Athena arrugara su entrecejo – está bien, está bien, espera – el dios encendió su cosmos, en su mano apareció su báculo, dio varias vueltas a este y después apunto a la niña, dentro de la cuna apareció un pequeño brillo dorado que se apagó cuando el dios dejo de apuntar con su báculo, Athena vio de nuevo a su hija, esta tenía sus alas diferentes, en un punto de las alas de la niña dejaban de ser blancas sus plumas para cambiar a color dorado, incluso al tocarlas la textura parecía de oro – listo y listo, tanto querias un buen regalo ahi lo tines, ademas le di un pequeño don que el ayudara en la vida, sobre todo con los celos que le tendran a la pobre, ahora tendré que darle el mismo regalo al mini Apolo, por cierto no te pregunte como se llama.

- aun no le he puesto nombre, esperaba que Zeus me dijera algún nombre – Hermes sonrió – pero si quieres puedes ponerle tú el nombre y después se lo comunicas a Zeus.

- bien, pero que quede claro que lo hago por obligación a Zeus. Que tal Athi, es un diminutivo, pero es lindo, ¿Qué te parece? – Athena sonrió y eso fue suficiente respuesta para abandonarla mansión Kido e irse, de un momento a otro desapareció rápidamente dejando sola a Athena y a la pequeña Athi.

Athena se quedó organizando la habitación de la bebe mientras registraba si había algo malo en los regalos dados – mi pequeña, no creas que tu madre no tiene algo para ti – Athena encendió su cosmos y en su mano apareció un collar, un collar que tenía como colgante una pequeñísima botella de cristal – este será nuestro pequeño secreto – lo puso en el cuello de la niña ajustándolo al tamaño que necesitaba la pequeña.





Aclaraciones: los dorados en este evento aún están muertos, pero pronto llegaran, todos incluso nuestro querido patriarca.

Hermes a mi parecer es el dios más chévere de todos junto a Dionisio.

Fanfic Mu de AriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora