CAPITULO 11

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El sábado había llegado y siendo las 12:00 del medio día la mayoría de los estudiantes que asistirían a la fiesta aún se encontraban arropados en sus camas buscando descansar para rendir el mayor tiempo posible en la fiesta.

Era la primera vez que las gemelas Rose harían una fiesta en su lujosa mansión y no lo iban a desaprovechar.

Y hablando de ellas, como siempre almorzando en el amplio comedor de su hogar solamente ellas dos, cómo era de esperarse, sus padres habían salido a quien sabe dónde y la mayoría de los empleados estaban terminando sus labores pendientes para ir a casa durante todo el fin de semana.

La única que faltaba por irse era Denise, que como ya era costumbre se quedaba con ambas intentando disminuir el dolor de los corazones de las chicas al ver la ausencia de sus padres.

-¿Esta rico?- pregunto amable Denise hacercandoce a ambas y abrazándolas dando al mismo tiempo un beso lleno de amor y cariño a cada una.

-muy rico, gracias Denise- agradeció Amy, los sabados aquella mujer de avanzada edad era la que les cocinaba y por eso era el día favorito de ambas.

-tu comida siempre es la mejor- le siguió Zamy

-no agradezcan mis niñas, todo lo mejor para ustedes- las abrazo con ahora más fuerza contagiandolas de esa felicidad característica de ella -ya me tengo que ir pero saben que si necesitan algo, cualquier cosa solo deben llamarme, siempre estaré disponible para ustedes-

-lo sabemos, pero no será necesario, tu solo descansa y ya nos veremos el lunes por la mañana- agradeció Amy, dejando su comida para levantarse y abrazar a la mujer -pero también si necesitas algo llámanos, también nos gustaría ayudarte a ti-

-te lo agradezco cariño- se separó de Amy y luego abrazo a Zamy -cuidense mucho y ya nos veremos el lunes-

-claro, nos vemos- se despidio Zamy correspondiendo al abrazo de Denise para luego verla partir de la mansión.

-bueno, ahora que todos se han ido ¿Que debemos hacer?- pregunto Amy.

-solo compremos algunos desechables lo demás siempre lo traen los demás- restándole importancia camino tranquila hasta su cuarto con su hermana pisándole los talones -cambiate, también iremos de compras-

-¿Porque? Tenemos mucha ropa-

-¿No te gustaría estar linda para Sonic?- pregunto Zamy con cierto timbre de picardía.

La cara de la contraria adquirió un tono rojo, lo que decía su hermana no lo había pensado, ciertamente Sonic era alguien sumamente especial para ella, aún no eran novios pero no podía esperar para que eso pasara.

Sin más adelanto a su hermana y corrió hasta llegar a su habitación.

-no tardes mucho- y así como lo dijo entro y cerró la puerta casi azotandola sacándole a Zamy una ligera carcajada.

...

Nunca en su vida habían hecho una fiesta hací que calcular la cantidad que necesitarían era algo sumamente difícil.

Ni siquiera sabían cuántos alumnos asistirán y estar en una tienda departamental, solas en el área de desechables solamente viendo los productos hacía que las personas que pasarán las vieran como si fueran dos bichos raros.

-¿Y entonces?- hablo Amy avergonzada

-no me preguntes a mí ni siquiera puedo hacer un aproximado de cuánto llevar-

-debimos traer un auto más grande-

-eso no es problema, la tienda tiene un servicio de domicilio-

-¿Y lo entregan hoy?-

-si no lo hacen haremos que lo hagan- camino totalmente en una actitud sería hasta el área de cajas, cuando Amy logro alcanzarla ya estaba discutiendo con uno de los empleados, un chico que parecía de la misma edad o tal vez un poco más joven que ellas, era un zorro anaranjado con algunas tonalidades de blanco -pagare el doble si lo envían hoy mismo-

-p-pero señorita es que yo-

-disculpa pero podrías solo ir por el gerente porfavor, con el lo solucionaremos- interferir en su plática era lo mejor para mi hermana y claramente para el pobre chico también, tan pronto como dije eso él salió casi corriendo directo al área en dónde se encontraba el servicio al cliente -espero que no haya sido si primer día-

Ciertamente me sentía algo avergonzada pero ya no podía hacer más.

En unos pocos minutos regresó el chico al lado de un conejo morado con blanco bastante alto y no sabía si lo que tenía eran músculos o grasa corporal.

-¿Que se les ofrece señoritas?- pregunto tan pronto como llego frente a nosotras.

-¿Usted es el gerente?- Zamy respondió con una voz fría y cortante, cuando habla así es porque realmente quiere algo y hará lo que sea para conseguirlo, y esto no me gusta nada.

-asi es, mi nombre es Big the Cat-

-pues este es el asunto, necesito unos productos pero quiero que lo lleven a mi casa está misma tarde-

-lo siento señorita pero lo mínimo de entrega son 12 horas, entregarlo hoy iría en contra de las políticas de la empresa-

-tal vez eso pueda arreglarse- hablo Amy rápidamente antes de que Zamy si quiera pudiera decir una palabra, disimuladamente saque unos cuantos billetes de una considerable cantidad y se lo entregue sin que nadie lo viera -es muy urgente-

Y así señores es como las hermanas Rose hicieron su primer soborno.

Lo demás es historia, llevaron más desechables de lo que te podrías imaginar además de algunos jugos, refrescos y un poco de alcohol.

Cuando el pedido estaba hecho dijeron que lo entregarían en un aproximado de 4 horas y mientras estas pasaban ellas aprovecharían el tiempo para comprar ropa.

Caminaron por varias tiendas del centro comercial pero nada les agradaba a ninguna.

-me rindo- dijo Amy y se sentó al lado de una cuenta situada en el centro del lugar -nada es lo suficientemente bonito para que valga la pena comprarlo-

Zamy estaba igual de frustrada, pero en unos segundos todo se fue cuando a lo lejos divisó dos siluetas azules buscando y mirando de forma "disimulada" las tiendas de ropa, cuando pasaban frente a una regresaban su paso a ver desde los escaparates nuevamente la misma ropa, básicamente estaban dando vueltas una y otra vez en el mismo lugar.

-Amy- llamo a su hermana aún sin despegar la vista de ambos chicos.

-¿Que pasa?-

-mira esto-

-¿Que?- volteo en la misma dirección que su hermana divisando también a ambos chicos.

Tenían la mirada perdida en ambos chicos, los veían hacer lo mismo una y otra vez, y la cara de ambas era de total y pura confusión.

-¿Deberíamos ir?- pregunto Amy aún sin despegar su vista de la inusual y un poco graciosa escena.

Y finalmente Zonic volteó hacia ellas y en cuanto las vio sus ojos se abrieron más de lo debido y su cara adquirió un tono rojo como el de Knuckles.

Habían hecho el ridículo frente a las chicas que ponían su mundo de cabeza.

Y eso solo era el principio.

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