CAPITULO 25

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Ya había pasado casi una hora y por fin, tras haber pasado a Amy a una habitación, dejaron que entraran a ver como se encontraba.

Zamy y Denise fueron las primeras en entrar a la habitación, encontrándose con Amy en la cama de hospital en un parche en la frente, tenía en el cuello un collarín, el brazo izquierdo y la pierna derecha enyesados, se notaba que tenia vendas en la parte alta del vientre debido al pequeño escote de bata de hospital y un tuvo que se encargaba de poner suero estaba en su mano derecha.

A ambas les dolía verla en ese estado y la culpa aun estaba presente en el ser de Zamy, se acercaron hasta quedar al lado de la eriza, era difícil de explicar, pero Amy no pareciera que estuviera sufriendo parecía de cierta forma feliz, desprendía un aura feliz y eso en cierta forma tranquilizó a ambas mujeres.

Se quedan unos momentos hasta de Denise hablo.

-deberíamos salir-

- ¿Por qué? –

-ese chico seguramente también quiere verla- dijo con una tierna sonrisa.

- ¿hablas de Sonic? – pregunto pensativa -es cierto, él estaba muy preocupado-

- ¿y como no estarlo?, después de todo es la mujer que ama- ambas sonrieron de forma satisfactoria, que alguien las amara a ellas y no a su dinero parecía imposible, hasta que llegaron los gemelos Hedgehog.

Salieron de la habitación dejando el paso para Sonic, quien a diferencia de Zamy entro solo.

El ver a Amy así le rompió el corazón, se acerco hasta ella y la tomo cuidadosamente de su mano derecha, inspecciono su rostro, bajo la vista sin poder ver como su bella novia estaba cubierta de yeso, vendas y parches.

-también te amo- se escucho la dulce voz de la eriza en un débil susurro, Sonic volteo a ver a la dueña de esa dulce voz con sorpresa, la cara de Amy tenía una débil sonrisa y tenía los ojos medio abiertos a causa de anestesia -no te lo pude decir antes por teléfono-

Sonic dio una gran sonrisa con lagrimas en sus ojos y acerco su mano para acariciar las púas de su novia -me diste un gran susto-

-lo siento- se disculpó ella

-está bien, descansa-

-me duele todo- respondió con una sonrisa burlona en su rostro -siento como si un camión hubiera pasado sobre mi-

-oye- la regaño el -no vuelvas a decir algo así.

-perdón, fue un tráiler y no me paso encima, casi me aplasta- respondió ella aun siguiendo con su pequeña broma cruel

-Amy- volvió a decir su novio en un tono molesto

-lo siento, es la anestesia- ahora se veía mas despierta, sus ojos estaban mas abiertos y el volumen de la voz había aumentado, aunque aun sonaba como un susurro.

Sonic llamo a las enfermeras, quienes se encargaron de tomar los signos vitales de Amy en lo que llegaba el doctor.

Tal parecía que más allá del daño físico Amy no había sufrido daños cognitivos.

La noche había llegado y al final solo se quedo Denise a cuidar de ella mientras Sonic y Zamy, que mas a fuerza que de voluntad, partieron hacia sus casas a descansar.

Al día siguiente, siendo domingo Sonic aprovecho en comprar un rampo de rosas blancas que luego llevo al hospital para visitar a su novia, al llegar se encontró con Zamy al lado de Amy ayudándola a comer lo que parecía su desayuno con evidente dificultad, pues Amy al estar casi por completo acostada en la cama no podía comer.

-te digo que no puedo- protesto Amy quien se negaba a comer el pedazo de pan integral que le daba su hermana

-pero debes intentarlo- respondió insistente.

-buenos días- hablo Sonic a espaldas de las chicas – ¿algún problema? -

-esta necia no quiere comer- se quejó Zamy

-no es mi culpa, no puedo en esta posición además que duele-

-yo ayudo, tu deberías ir por algo para desayunar- dijo el erizo

-te lo agradezco, espero tengas mejor surte- dijo Zamy para levantarse de su asiento y salir del lugar.

Cuando ambos se quedaron solos Sonic se acerco para depositar un suave beso en la frente de su novia y poner las rosas en la pequeña cajonera al lado de la cama.

- ¿Cómo te sientes? - pregunto el chico.

-mejor, aunque duele un poco, pero la medicina ayuda- respondió alegre Amy.

-ven te ayudare a comer tu desayuno- dicho esto ayudo a Amy a sentarse en la camilla con mucha delicadeza -listo- dijo al ver a su novia, quien se movía con un poco de dificultad, pero lograba quedarse sentada - ¿duele? –

-un poco, pero así podre comer mejor- menciono satisfecha y mostrando una gran sonrisa.

Sonic comenzó a darle de comer a su novia con cuidado, logrando terminar todo su desayuno.

-gracias por ayudarme- dijo Amy

-eres mi novia y a mi me hace feliz ayudarte- ambos sonrieron contentos y unieron sus labios en un beso tierno y lleno de amor sin darse cuenta de la llegada de alguien más a la habitación hasta que un carraspeo los hizo reaccionar.

-buenos días- saludó Aleena, quien se encontraba de pie en la puerta con una canasta en sus brazos -veo que ya te sientes mejor-

Sonic se quedó estupefacto y Amy estaba confundida, pues a final de cuentas no conocía a la madre de su novio.

-me siento mejor gracias- hablo feliz Amy, con su típica sonrisa y brillo que la caracterizaban.

-me alegro mucho- contesto la eriza morada -no me conoces y parece que Sonic no piensa presentarme así que lo hare yo misma- respondió burlona viendo la cara de su hijo, la cual parecía como si sus ojos se salieran de sus órbitas -soy Aleena the Hedgehog-

- ¿Hedgehog? – pregunto confundida Amy hasta que abrió los ojos con sorpresa - ¿usted es la madre de Sonic? –

-lo soy, es un gusto- se acercó hasta la menor y le dio un beso en la mejilla -es un placer conocer a la novia de mi hijo-

-aunque me hubiera gustado conocerla en diferentes circunstancias- respondió apenada Amy

-no te preocupes por eso, toma- dijo entregándole la pequeña canasta a Amy -prepare algunos panecillos de miel para ti, espero que te gusten-

La rosada abrió la canasta para tomar uno de los panes, Sonic tomo la canasta y la puso a un lado para evitar lastimar a la eriza mientras ella le daba una mordida al postre, el sabor era dulce y la textura tan esponjosa, estaban deliciosos.

-son los mejores panecillos que he probado- halagó Amy con un brillo en los ojos.

-me alegra que te gusten, pero seguramente a tu madre le quedarían mucho mejor- Amy bajo las orejas al escuchar eso y Aleena noto ese cambio -lo siento, ¿dije algo malo? – pregunto preocupada.

-no, es solo que mi madre no pasa tiempo conmigo, nunca me ha cocinado y ni siquiera sabe si estoy en casa o no.... Creo que ni siquiera le interesa- puso una sonrisa triste y bajo la cabeza viendo fijamente el panecillo en sus manos.

Eso hasta que sintió como le daban un delicado abrazo, Aleena la estaba abrazando, era un abrazo que ella solo había sentido con una sola persona, Denise, y ahora lo sentía nuevamente con ella, un abrazo maternal.

Se sentía segura y amada, era cálido.

-entonces yo seré esa madre que te falta-

Las lágrimas salían, unas lágrimas de felicidad.

-además de que, ahora eres parte de nuestra familia- susurro Aleena solo para ella sin romper el abrazo delicado que le estaba dando.

Amy sonrío feliz, se sentía feliz y amada. 

Simplemente AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora