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Se despertaron pasado el mediodía, Manuel tuvo que ponerse hielo en los ojos hinchados, se veía horrible. Valentín no paraba de reírse y de decirle que ahora tenía que ver a Mateo así, Manuel se negaba de tan sólo pensarlo, estaba genuinamente horrible, parecía que había tenido alguna clase de alergia. Pero entre bromas comieron lo que sobró del almuerzo y Valentín le dijo que había joda en la casa de Dani, iba a ir Mateo. Se sentía más nervioso que nunca, si bien el menor ya se había confesado, pasaron dos meses, en dos meses puede pasar cualquier cosa.

Estaban en la joda, hace dos horas habían llegado y todavía no había visto a Mateo. Estaba decidido apenas entró a la casa de Dani, pero ahora después de un par de horas de incertidumbre no quería siquiera estar ahí. Estaba pegado a Valentín que estaba con su celular más que con él mismo, se sentía mal, quería irse a su casa. Decidió que era mejor ir a dormir a esta ahí sin ganas y no disfrutar nada.

-"Valen, me voy a casa, me dio sueño". Habló con rapidez, y se dio media vuelta mientras se acercaba a la puerta de salida, quería dejar de sentirse tan fuera de lugar, no estaba  cómodo en la fiesta.

Había caminado dos cuadras lejos de la casa de Dani y se cruzó con Mateo y un amigo, se quedó estático, el menor lo quedó mirando unos segundos con confusión y le dijo al chico a su lado que se adelantara.

"Pensé que ibas a estar con Valen". Extrañaba la voz de Mateo, ni siquiera se había dado cuenta hasta ahora.

-"Me aburrí, me voy a casa". No sabía cómo no había tartamudeado aún.

-"Te acompaño". El menor sonrió.

-"No, está bien, andá tranquilo". Parecía que aquello había desinflado el ánimo ajeno, pero Mateo asintió se dio la vuelta para seguir caminando hacia la fiesta.

Se sentía un tonto, sus nervios le habían jugado en contra, le había hablado un poco mal, sentía mucha ansiedad, pero logró elevar su voz para llamar por el nombre al menor. Mateo volteó con una ceja levantada y Manuel se acercó casi temblando de nervios.

-"Perdón Mateo, soy un tarado, disculpame". El menor sonrió negando levemente con su cabeza.

-"No hay drama si querés irte solo, me están esperando los pibes igual".

-"No por eso, por lo del otro día, bah, lo de hace meses. Te hablé re mal, perdoname". Se sentía un poco mejor a disculparse.

-"Ahh eso, está bien igual, yo flashié mal". Sonrió de lado y volteó su rostro hacia otro lado evitando su mirada, el piercing en su nariz dejaba notarse ya que la luz de la calle le daba en un ángulo justo.

-"Yo te hablé mal, me asusté un poco. No es que no soy gay, no sé qué soy, pero creo que me gustás vos". Estaba muy nervioso, no tanto por la respuesta, sino porque dijo algo así en voz alta. Pero Mateo sonrió con ternura mientras se acercaba para darle un abrazo. Abrazó su cintura mientras que el menor rodeaba sus hombros. Estaban en silencio y permanecieron así por largos minutos. Podía sentir que los latidos de Mateo estaban tan locos como los suyos, se sentía mejor.

-"Vos ya sabés que me gustás, ya te lo dejé claro el otro día". Cerró sus ojos ante aquello y se dispuso a disfrutar de los brazos ajenos. Aunque el abrazo se cortó casi con demasiada rapidez cuando escucharon voces y risas. Mateo se alejó y sacó un cigarrillo de su bolsillo, se apoyó contra la pared de una casa mientras lo prendía. Estaban a una distancia considerable, parecía que estaban hablando. Los tres chicos dieron vuelta la esquina y apenas los miraron cuando pasaron frente a ellos.

-"¿Volvés a tu casa al final?". Mateo le preguntó al mayor, no obtuvo respuesta de inmediato. "Yo quiero pasar la noche con vos, quiero que hablemos, pero acá en la calle no está bueno. Vamos a tu casa, a la mía o a la joda". Le dio las opciones, el otro parecía estar pensando, pero le contestó que en su casa no podía.

Domésticos - TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora