Domésticos - Trueplik

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Hace medio año que conocía a Mateo, lo veía al menos una vez por semana debido a sus amigos en común, comparado a todos sus demás amigos, era muy corto el tiempo y a pesar de que no podía dejar de pensar en él, creía que Mateo sí. Valentín se lo negó de todas formas, Dani le dijo que estaba siendo un tonto apenas explicó el porqué dejó de hablar con el menor. Ambos le dijeron que hable y lo explique y a pesar de que no quería, lo hizo, otra vez aquello de no querer molestar al otro con sus acciones.

Así que ahora se encontraba en la casa del mayor de sus amigos, muy sobrio y muy nervioso, buscando a Mateo con su mirada pero mordiendo sus uñas a cada rato. Cuando lo divisó fue directo a hablarle, no sabía qué decir, pero si lo pensaba no iba a siquiera intentarlo, prefería decir tonterías antes que ni siquiera intentarlo.

-"Tengo algo que decirte". Habló cerca del oído ajeno haciendo que éste frunza el ceño y lo mirara, su semblante cambió al de una sonrisa de inmediato y asintió guiándolos hacia afuera de la casa, un poco más alejado de la fiesta y el ruido que no terminaba.

-"Bueno, ya podés decirme". El menor rió suavemente metiendo sus manos en los bolsillos porque de hecho hacía frío y Manuel no daba señales de hablar.

-"Está bien... No sé bien qué podría decir pero por ahí... explicarte ¿por qué dejé de hablarte?". Estaba nervioso pero Mateo murmuró con una sonrisa que eso sería algo lindo de saber, así que luego de un largo silencio decidió decirle la verdad.

-"Me di cuenta que soy un intenso de mierda, te hablaba todo el día, re gede, así que bueno, me calmé un fla". El silencio del menor fue algo largo, pero luego de un suspiro habló.

-"Pensé que estabas enojado o algo así, por ahí te había cansado. ¿Somos amigos, no?. Podemos hablar todo lo que queramos y salir todas las veces que nos pinte, justamente porque somos amigos, también nos podemos contar todo". Dijo aquello obvio pero para Manuel no lo era, sobre todo porque no sabía que el menor lo consideraba su amigo.

-"No sabía si eramos amigos en realidad". Sus palabras salieron bajas, pero Mateo rió con una carcajada.

-"Hablamos todo el tiempo, pasamos todas las salidas juntos, riéndonos, te llamo a las dos de la mañana porque extraño reírme; obvio que somos amigos. Si no lo fuéramos andaríamos en algo más". Volvió a reír pero esta vez Manuel frunció el ceño.

-"¿Algo más como qué? ¿Decís románticamente o qué onda?". Manuel vio como Mateo se encogía de hombros sacando un cigarrillo de su bolsillo y lo prendía sin mirarlo todavía.

-"Cuando hablás con alguien todo el tiempo, lo abrazás, le contás todo lo que te pasa y esas boludeces, y no es tu amigo, ¿qué pensás que es?. Pensálo si fuera una mina, si no es tu amiga con todo eso, ¿qué es?". Mateo lo miraba con una ceja levantada mientras le daba caladas a su cigarrillo.

-"Pero... Yo no soy gay igual". Dejó salir lo primero que se le pasó por la cabeza y Mateo rió y asintió dando a entender que lo escuchó, dejó caer su cigarrillo, lo pisó y posó una mano sobre el hombro del mayor.

-"Me voy adentro, los chicos me deben estar esperando, nos vemos Manu". Se alejó sin mirar atrás y entró a la casa. Manuel quedó en silencio mirando el cigarrillo apagado en el piso. No parecía que la charla había terminado muy bien.

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Mateo estaba acostado con Dani en su cama, se habían juntado a escuchar música y pasar algo de tiempo junto, hace rato que no estaban los dos solos, siempre había alguien más. Así que ahora con un álbum que no conocía de fondo, se encontraba en medio de juntar valor para contarle lo que pasó hace una semana con Manuel, se había permitido llorar un par de minutos esa noche, no por nada en especial, tal vez porque probablemente arruinó toda posibilidad con el mayor. No pasó a más que eso, fue una buena noche, se divirtió en general.

Dani estaba con sus ojos cerrados, movía su pie al ritmo de la música y tal vez no debía pensar demasiado en decirle, sino no lo haría.

-"Creo que me peleé con Manuel el otro día". Su amigo abrió los ojos y volteó a verlo.

-"¿Qué pasó?". Le explicó la conversación y la reacción de Dani fue sólo negar con su cabeza, pero al menos rió.

-"¿De qué te reís, tarado? Te digo que me gusta tu amigo y que me rechazó y vos te reís". También rió, pero estaba un poco angustiado.

-"Perdón, es que sabemos todos que tenían algo, pero son vuelteros".

-"No sé si teníamos algo, yo tenía algo, él no me dio bola. Igual era eso, contarte que estaba todo bien, estaba todo mal y ahora está todo peor".

Dani suspiró girando de lado y abrazó por los hombros al menor, Mateo se acomodó para quedar bajo su barbilla, se escondió en su pecho y se dio cuenta que se sentía angustiado en realidad.

-"Al principio me costó un toque hablar con él, pero después no sabés... bah, sí sabés, ya lo conocés. Pero cuando se reía medio fuerte o no paraba de sonreír... unas ganas de chapármelo". Dani rió y eso hizo que él también ría. -"Dejá de reírte boludo, en serio te digo, me gusta posta, y pensé que yo le gustaba, más que nada porque me atendía a las tres de la mañana y eso, algo de onda me pareció ver".

-"Manu es complicado, le cuestan algunas cosas de pareja, y eso de abrazar o dar cariño no es lo que mejor le sale. Capaz le gustás y no quiere decir nada". Mateo negó ante lo último.

-"En realidad dijo que no es gay". Ambos se quedaron en silencio y a pesar de que Mateo hubiese querido que Dani negara aquello, se sintió mejor al decir en voz alta que le gustaba Manuel.

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