Claro que sabía que no dormirían apenas entraran a la habitación, pero no sabía que apenas llegaran Mateo lo besaría con fiereza. Lo tomó con la guardia baja, pero apenas se recuperó de la sorpresa respondió el beso de la misma manera, rodeó su cintura para tenerlo más cerca. Estaba ansioso por poder acariciar nuevamente el cuerpo ajeno, había pasado tiempo y los besos y abrazos en el medio de su grupo de amigos o en alguna plaza no eran suficientes. Quería esa intimidad que sólo podían tener en la habitación del menor, ni siquiera en la suya propia.
La intensidad de los besos fue disminuyendo, pero Mateo le indicó que se acostara en la cama, pocos segundos después, lo tenía sobre él, con sus piernas a cada lado de su cuerpo y con una amplia sonrisa en su rostro. Se miraron en silencio por largos segundos, no había en realidad nada que decir, sólo disfrutaban el uno del otro.
Manuel hizo una seña con su cabeza, como cuestionando qué tanto lo miraba, Mateo sonrió negando pero aún en silencio. Lo volvió a besar.
El menor se sentía feliz, le alegraba que su novio encajó tan bien con su familia, que su hermano ya lo había aceptado hace rato y que su padre no había dicho nada malo sobre su relación. Tenía que dejar saber lo mucho que sentía por el mayor, así que tomó las dos manos del otro para entrelazarlas con las suyas y suspiró sonoramente.
-"Te quiero banda, me re gustás".
Manuel tardó unos largos segundos, pero murmuró que él también, lo quería bastante. Mateo rió porque el mayor apenas podía mantenerle la mirada, pero era lindo. Así que volvió a besarlo aunque esta vez se animó a mover sus caderas sobre el mayor quien gimió suavemente. Se alejó para mirarlo, repitió la fricción entre ellos como para tantear el terreno y Manuel sonrió de lado.
-"Haceme lo que quieras". Su voz fue suave, baja. Manuel podía pasar de ser muy tímido a perder la vergüenza en cuestión de segundos, y le gustaba, nunca sabía cuándo iba a recibir una invitación a chupársela o un te quiero bajito y tímido.
Así que Mateo sacó su propia remera quedando sólo con sus pantalones y se inclinó para volver a besarlo, aunque su punto no eran los labios ajenos, por lo que pronto llevó los besos a su mandíbula y lentamente a su cuello.
El borde de la remera le molestaba, pero la única vez que quiso sacar la prenda ajena recibió una negación ligera con su cabeza así que no volvió a intentarlo, pero hoy sentía tanto aprecio por el mayor que quería estar lo más cerca de él posible.
Pasó una de sus manos por debajo de la prenda y acarició su costado, pasó la yema de sus dedos por su cintura y acarició su abdomen, pero enseguida se alejó para mirarlo frunciendo el ceño.
-"¿Qué pasó?". El susurro de Manuel fue curioso, estaba disfrutando y de la nada el menor se alejaba para mirarlo así. Aunque aquello no duró mucho porque Mateo levantó con sus manos su prenda y lo observó, se sintió raro, no le gustaba esa atención de más.
-"Tenés los abdominales marcados, me estás jodiendo". Susurró aquello antes de reír ligeramente y mover sus caderas sobre el mayor nuevamente pero con mayor énfasis. "Me re calentás Manuel, no sabía que abajo de tanto buzo y campera estabas tan bueno".
Manuel estaba mortificado, Mateo decía aquello con naturalidad y él apenas podía mirarlo a los ojos. Y sí que sabía que Mateo lo quería así que algo debe ver de atractivo en él, pero escucharlo era otra cosa, sentía que no podía ponerse más duro, la lujuria en los ojos del menor lo prendía hasta los huesos y eso hacía que la timidez se quede a un lado.
-”A ver, mostrame cuánto te caliento”.
No tuvo tiempo ni a pensar dos veces en lo que había dicho que lo tenía a su novio sacándole las prendas del torso y pronto sintió besos húmedos en su pecho que lo hicieron soltar profundos suspiros, cerró sus ojos para disfrutar tanto del tacto de los labios sobre su piel como del frío que dejaban las húmedas caricias. Posó una de sus manos sobre la cabeza ajena y enredó sus dedos con su pelo, su propia cabeza estaba tirada hacia atrás contra la almohada, se encontraba totalmente relajado hasta que el menor mordió suavemente pero de manera sorpresiva uno de sus pezones, se tensó y jadeó. Mateo rió sobre su piel y le dió un beso casto en el medio del pecho que hizo que algo dentro de sí se removiera.
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Domésticos - Trueplik
Fanfiction- Manuel cree que le gusta Mateo. - Manuel reconoce que le gusta Mateo. - Manuel disfruta de que le guste Mateo.