EMILIO:
Abrí la puerta con una sonrisa, Joaquín me miro con curiosidad, pero en vez de preguntar algo simplemente entro al pequeño lugar.
La cafetería la chula era bastante pequeña, pero era muy linda y acogedora. Nunca había tantos clientes, lo cual era perfecto para hablar por mucho tiempo sin ser molestados con ruidos excesivos. Y abría durante las 24 horas del día, por lo que era simplemente todo lo que necesitaba en este momento.
El alcohol hizo magia en mi sistema cuando tuve la necesidad de besar a Joaquín, ayudándome a hacerlo. Pero sin duda lo que me hizo pensar en la posibilidad de que Joaquín simplemente tuvo miedo de mí en la mañana, fue el momento en donde tomo mis mejillas y me miro con ternura. Porque si de una cosa estoy completamente seguro, es de que:
Las miradas nunca mienten.
Le intereso, lo suficiente como para no haber llamado a Alan después de irnos así de la fiesta, incluso después de que él lo hubiera llamado primero, le intereso lo suficiente como para regresarme el beso de esa manera tan intensa.
Me quiere, de eso estoy seguro ahora.
Probablemente Joaquín esté en camino a dejarme y perderlo por completo, pero estamos aquí justamente para evitar eso, para cortar de una vez esa posibilidad, porque esto ya se ha hecho demasiado largo, y como he sabido desde que hice la pendejada de alejarme, necesito tenerlo nuevamente, sin importar lo egoísta que pueda llegar a ser.
Nos sentamos junto a una ventana, ambos miramos sin pensar hacia los miles de autos que pasan afuera de esta, pensando en cuantas historias contará este lugar. O tal vez soy el único que piensa eso, y Joaquín sigue mi mirada simplemente para evitar sonrojarse una vez más, ya que lo viene haciendo cada que nuestras miradas se encontraron en el camino.
-Buenas noches, jóvenes. –dice una voz suave haciendo que dejemos el paisaje para mirarla, es una señora mayor, con una sonrisa dulce en el rostro y una pequeña libreta en las manos.- ¿Quieren el menú? ¿O prefieren ordenar sin él?
Sonrió de lado y miro a Joaquín esperando su respuesta, sonrió completamente al mirar la sonrisa tan tímida que le está dando a la señora. Sí, he vuelto a comprobar que este niño es un sol.
-Yo solo quiero un café, por favor. –digo al notar que Joaquín no hablará antes.
Este me mira al oírme y la sonrisa que tenía en el rostro se borra un poco al hacerlo, sigue un poco molesto. Aunque espero que no por tanto tiempo.
-Yo quiero... -dice y se detiene a pensar un momento, regresa su mirada a la señora y con su sonrisa de vuelta contesta.- Un batido de fresa, por favor.
-Un momento, por favor. –dice la señora antes de anotar lo pedido y dejarnos solos.
Joaquín me mira nuevamente a lo que yo le regalo una sonrisa inocente, se sonroja un momento y cruza sus pequeños brazos en su pecho haciendo un pequeño puchero. Sip, sigue molesto.
-¿Ya me lo dirás? –pregunta al fin.
Suelto un suspiro y miro nuevamente la ventana. Sé perfectamente a lo que se refiere, pero debo decir que ahora que el alcohol en mi sistema se ha ido casi por completo no me gustan las razones que me hicieron pelearme.
-¿Emi? –vuelve a preguntar al notar mi silencio.
-Alejandro está enfermo. –digo todavía sin mirarlo.- O bueno... no sé si pueda llamarlo de esa manera, nunca me ha gustado ese término.
El silencio se instala después de esas palabras, y supongo que Joaquín simplemente quiere escuchar, así que decido continuar.
-Él era mi novio. Eso ya te lo había dicho. –sigo sin mirarlo- Pero hay partes de la historia que no te he contado.
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Nuevo mundo. || Emiliaco [Sin Editar]
FanfictionNueva ciudad. Nueva casa. Nueva habitación. Nueva escuela. Nuevos compañeros. Nuevos lugares. Nuevas calles. Nuevos libros. Nueva música. Nuevas aventuras. Nuevos recuerdos. Nuevos sueños. Nuevos sentimientos. Nuevos deseos. Nuevo Joaquín Bondoni...