Nuevo mundo. || Emiliaco [Sin Editar]

40. Sincero.

[Capitulo dedicado a RosarioMelchor 🌻]

ALAN:

–Me gustas. –dijo con sus mejillas sonrojadas a más no poder, y con sus ojos brillantes por las lágrimas que intentaba contener. –Me has gustado desde que te conocí. Desde que comenzaste a protegerme. Me gustas desde siempre, Alan.

. –Ale... -dije sintiéndome completamente sin aliento, con los puños cerrados con fuerza, y con el corazón martillándome con fiereza. –Ale, yo-

No me dejo terminar, me callo pasando sus manos pálidas y llenas de pecas por mi cuello y juntando sus labios rojos con los míos.

Mis ojos se abrieron completamente, y mi cuerpo entero sintió las vibraciones que venían de mi estómago, esas llamadas mariposas.

Esas que solo salían cuando estaba con Alejandro, solo que ahora, se sentían más intensas, pues después de desearlo por años, estaba pasando.

Alejandro me estaba besando.

–¿Alan? –me pregunta Bondoni, trayéndome nuevamente a la realidad.

Lo miro, está confundido, lo entiendo. La verdad es que antes de todo lo ocurrido con Alejandro hace unas horas, yo tenía muchas cosas que decirle a Bondoni, tenía muchas cosas que preguntarle; pero después de lo que paso con Alejandro todo esto me abruma de sobremanera, y hace quedar callado, mientras que en mi mente se reproduce una y otra vez los besos que nos dimos con Alejandro, y sus caricias en mi piel.

Oh por dios, no puedo creerlo.

. –¿Estas bien? –pregunta nuevamente Bondoni, regresándome a la realidad. Por una mierda mente, quédate en la realidad. –Alan, en serio, ¿estás bien? Te vez sonrojado.

Como Alejandro al besarnos. Mierda, mierda, mierda, deja de pensar en eso, por el amor de dios.

. –Estoy bien. –contesto aclarándome la garganta, y respirando profundo me recuerdo que hago aquí. Cierto, Joaquín no se ha comunicado conmigo desde la fiesta del viernes, eso es. –¿En dónde has estado? No me hablaste en todo el fin de semana, ni siquiera hoy. ¿Todo está bien?

Bondoni se quedó en silencio unos momentos, los suficientes para hacerme pensar nuevamente en Alejandro y en sus ojos llenos de luz y esperanza al momento de separarnos de aquel último beso de la noche. Estaba más jodido que nunca.

—He querido ser sincero contigo desde el inicio, Alan. –dice con voz tranquila.– Y realmente quiero seguir haciéndolo.

Frunzo un poco el ceño, y abro la boca para hablar, pero Bondoni continúa.

—Estoy saliendo con Emilio.

Mi mundo no se terminó. Mi mundo no se paró, ni mi corazón dolió. Todo lo contrario, mi corazón latio aliviado, y aunque eso me sorprendió, sabía que todo se debía a que en el fondo, justo ahora; después de haber tenido a Alejandro cómo lo tuve, ya no había nadie que quisiera cuidar más que a Alejandro.

Y también, sabía, que aunque quería a Bondoni, no era suficiente como para amarlo. No era suficiente como para odiar a Emilio por entender; no ahora que yo había entendido.

—Yo tuve unos problemas en casa porque papá volvió y no le gusto mucho verme con mi novio. –Despues de decir eso se sonrojó. – Por eso no fui a la escuela, y como me quitó mi teléfono, tampoco pude mandarte mensaje, pero ahora que todo se arregló, estaba dispuesto a ir mañana a hablar contigo.

Hablo tan rápido que apenas si pude entender realmente lo que decía, pero al final pude hacerlo. Sonreí sin pensar. 

—Me alegro entonces. –dije mirando mis zapatos. — Realmente estaba preocupado, pero si dices que todo se arregló está bien.