EPÍLOGO

2.7K 302 82
                                    

NARRADOR:

—¡Imbécil! ¡Me estás aplastando, Diego! –dijo el pelirrojo del grupo removiendose en su lugar.

—No es mi culpa que Emilio no me escuchará y trajeramos otro carro. ¡Así que cállate, Montes! –respondio el de ojos rasgados del grupo.

—¡No le hables así, wey! –defendio el novio del ojiverde.

Alejandro sonrío viéndose pateticamente orgulloso de que Alan lo defendiera; era obvio como el infierno que adoraba esa atención, no necesitaba decirlo. Tan solo con ver una mirada suya a su novio, era más que suficiente.

—¡Ya cállense de una buena vez todos! –grito Alejandra frustrada mientras se removía en su lugar. –¡El próximo que se queje lo bajamos a la verga!

Todos abrieron los ojos completamente ante las palabras de la única mujer del grupo. Alejandra rara vez decía malas palabras, pero cuando lo hacía, era igual que Joaquín, ambos daban miedo.

El silencio reino después de esa frase. Ninguno de los presentes en el auto hablo. Alejandro se pegó mucho más su novio, quién de inmediato paso un brazo por su hombro y comenzó a susurrarle cosas en el oído, haciendo reír al pelirrojo y rodar los ojos a todos los demás. A pesar de llevar casi medio año como novios, eran repugnantes todavía.

Emilio realmente no prestaba atención. Probablemente en otra ocasión les habría hecho bromas de mal gusto a la pareja, pero en este momento lo único que le importaba era ver la hora con la ilusión de que el reloj avanzará más rápido, como Joaquín lo hizo en su momento para ir a su cita.

Y lo gracioso era que la razón era la misma. Que el tiempo avanzará más rápido para poder ver a su novio, para poder ir a esa cita sorpresa que le tenía a Joaquín. Ojalá pudiera hacer que el tiempo avanzará más rápido. Ojalá.

El viaje en auto al aeropuerto de la Ciudad había comenzado desde las seis de la mañana, el vuelo de Joaquín llegaba a las 7:30 y ya eran las 7, el tráfico era nulo para su suerte, así que llegarían al lugar en unos momentos.

Emilio no sabía exactamente como era que los cuatro chicos que estaban en la parte trasera de su auto lo habían convencido de venir con ellos en esta cita sorpresa, solo sabía que desde que se subieron al auto y comenzaron a quejarse del espacio; se había arrepentido.

Quería ver a Joaquín tanto como quería besar y abrazar a Joaquín, y no estaba seguro de que fuera una buena idea que sus amigos estuvieran quejándose durante el largo viaje que los esperaba.

Por favor, que nadie se terminará matando en este viaje de dos días.

[...]

—¡Emi! –grito el castaño lanzandose prácticamente contra su novio, quién de inmediato lo tomo por los muslos y los cargo.

—Hola, amor. –contesto el mayor con una sonrisa mientras respiraba el aroma de su pequeño novio. Aquel que llevaba sin ver un mes entero. —Bienvenido.

Joaquín río tierno para luego separarse un poco y besar los labios del rizado con ganas, demostrando lo mucho que lo había extrañado durante las vacaciones con su padre.

Alejandra, Diego, Alan y Alejandro miraban la escena con diferentes gestos. Pero todos estaban de acuerdo con algo; se sentían muy mal tercio. Demasiado.

Los besos pararon un momento, pero las sonrisas y las miradas enamoradas no. Al contrario, aún con Joaquín en sus brazos, Emilio parecía nunca casarse de mirarlo, solo a él.

—¿Ya nos vamos? –pregunto Diego haciendo que todos lo mirarán y que Joaquín se sonrojara a más no poder al darse cuenta de que estaban ahí, y que los habían visto besarse de esa manera.

—Estoy de acuerdo con el asiático. –asintio Alejandro. –Si no nos vamos ahora llegaremos al lugar hasta mañana, y no thanks, yo realmente no pasaré tanto tiempo atrás del auto con estos imbéciles.

—Oye. –reprocho Alan.

—Bueno, con los imbéciles y con mi amor.

Diego y Alejandra rodaron los ojos de nuevo. Solo Alan sonrío.

—¿Que hacen todos aquí, Emi? –pregunto Joaquín en un susurro a su novio mientras que los demás peleaban con Alejandro.

Emilio soltó un suspiro antes de contestar.

—Era una sorpresa, amor. –hizo un puchero mientras veía los ojos hermosos de su novio. –Pero bueno, estos tontos ya lo arruinaron.

—¿Una sorpresa? –pregunto Joaquín con una sonrisa mientras bajaba de los brazos de su novio. –¿Qué es?

Emilio sonrío y se acercó lo suficiente a su novio como para darle un beso en la frente.

—Iremos a un viaje por nuestro aniversario de un año, precioso.

Los ojos de Joaquín brillaron y una linda sonrisa adorno sus rostro feliz.

Un año había pasado desde que esos dos chicos de 15 años y ahora 16 habían comenzado su relación, y muchas cosas habían pasado. Pero muy poco había cambiado.

Su amor seguía siendo el mismo e incluso más potente.

Ellos eran demasiado felices juntos, sin importar ninguna de las diferencias que pocas veces tenían, ellos se amaban por completo, y eso valía mucho más que nada.

Joaquín había dejado de ser tan tímido cuando de Emilio se trataba, podían hablar de cualquier cosa y compartir puntos de vista de todo.

Incluso cuando de su intimidad se trataba, Emilio siempre había hecho sentir seguro a Joaquín, todo siempre era lento y suave, y ambos estaban enamorados de su manera tan inocente de amarse. No necesitaban más.

—¿A dónde iremos? –pregunto Joaquín soltando una risa emocionada.

Emilio río con él, y tomándolo de la cintura juntó sus frentes, para después contestar.

—A tu pequeño mundo, amor.

Joaquín frunció el ceño un poco sin entender al inicio. Pero en cuanto recordó a qué se refería Emilio, una sonrisa nerviosa apareció en sus labios.

Oh Dios, irían a su antiguo mundo.

A su antigua casa.

A su antiguo pueblo.

A su antigua vida.

Oh Dios.

Fin.






















Pero de la primera parte del epilogo. XD

Nos vemos en la siguiente. 💕👀

Esperenla, se va a poner bueno el viaje.

¡Lo amo un chingo! 💜

No sean malos, amenme más por darles unos capítulos extras xd. 🌻

Nuevo mundo. || Emiliaco [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora