18. Bandera amarilla II - jhs

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En el suelo

—Estamos follando, ¿verdad?

—Ya, pero...

—¿Pero? Venga, hazlo por mí.

—Jae, dijimos que nada de sentimientos.

—Y no hay sentimientos de por medio, no te confundas —espeto, antes de ponerme un cigarro en los labios—. ¿Tienes fuego?

—Sabes que no me gusta esa mierda, Jae.

—A mí tampoco me gusta tener que cenar con mis padres, pero tengo que hacerlo. Así que hazme el favor, ¿sí?

Rebusco en el bolso negro a ver si encuentro el maldito mechero. He metido las cosas tan rápido y a presión (porque es diminuto) que ni si quiera sé si está dentro.

—Anda, trae —me dice mi amigo, quitándome el bolso para buscar él. Siempre es más rápido que yo, así que en cuestión de segundos saca el mechero amarillo y yo se lo recompenso tirando del bolso y poniéndole una sonrisa—. ¿Por qué quieres que me haga pasar por tu novio, Jae?

—Porque estoy hasta el coño de que mis padres siempre intenten emparejarme con alguien que ellos consideren correcto —confieso, encendiendo el cigarro—. Me inventé hace tiempo que tenía novio para que me dejasen en paz, pero ¿cómo va a presentar Namjoon a su despampanante novia y la pobre Kim Jae no va a llevar a su novio a la velada del año? Los Kim hablarán durante años de la cena en la que conocieron a su nuera, debería hacer que, al menos, conozcan a uno de mis novios.

—¿Aunque sea mentira?

—¿Qué más da? Para ellos es cierto —expulso el aire del cigarro y me tranquilizo un poco, aunque sigo repiqueteando con el tacón de mis zapatos de charol en la acera. Estamos a un par de calles de distancia del restaurante en el que he quedado con mis padres por dos razones. Una, que Taehyung no huya y dos, que no me escuchen convencerle.

—Sí que importa. ¿Qué pasará cuando les presentes a tu verdadero novio?

—No va a pasar —afirmo, dando otra calada al cigarro. Tae me mira levantando las cejas.

—¿Vas a estar toda la vida follándote a tus amigos?

—Es más práctico que enamorarse —suelto, y noto pena en sus ojos. PENA. Es que no puedo ni pensarlo—. No me mires así.

—¿Así cómo?

—Como me miraban mis padres cada vez que les decía que no tenía novio. Como si fuese un bicho raro por no sentir nada en absoluto.

—¿Por eso lo haces? —pregunta, guardando sus manos en los bolsillos de sus pantalones negros de vestir—. ¿Para que piensen que eres normal?

—Lo hago para que dejen de darme el coñazo —repito—. Porque, aunque soy como soy por su culpa, sé que no estarían orgullosos.

—¿De qué? ¿De que folles sin sentimientos?

—Más o menos. ¿Quieres dejar de preguntar y decir que me acompañas?

—¿Qué me das a cambio? —pregunta, sopesándolo. Y yo tiro el cigarro al suelo antes de aplastarlo con la punta de mis zapatos.

—Lo que quieras —así de desesperada estoy, sí señor.

—Llámame oppa —pide. Yo pongo los ojos en blanco. La verdad es que me esperaba algo más sexual, como que acceda a hacer sexo anal o algo de eso—. Toda la cena.

—Vale, oppa. ¿Entonces fingirás ser mi novio por una noche?

—Y dos y tres —dice, contento—. Pero sigo pensando que deberías dejar de mentirles y ser sincera contigo misma. ¿Por qué te duele tanto enamorarte? Te he visto rechazar a tíos que estaban colados por ti y sin embargo...

Love, Smut & Tears - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora