Omegaverse
—Dios, Jae... ¿Fiebre otra vez?
Gimo y me remuevo antes de asentir y arroparme más. No lo soporto.
Jihu ha venido con mantas, agua, comida y un medicamento que tomamos las lobas durante nuestros celos para intentar mitigar mi dolor, pero nada funciona. Lleva todo el día conmigo y no abandona su posición, sentada al borde de la cama; a mi lado. Es raro por muchos motivos. Aunque Jihu es la única omega de la reserva a la que puedo considerar mi amiga y normalmente nos ayudamos en los celos, se suele ir en cuanto me he tomado la medicina y cree que puedo sobrevivir sola. Yo hago lo mismo, y eso no suele durar más de una hora. Solo volvemos a las seis horas, cuando el efecto se ha rebajado y volvemos a caer en el dolor.
Lo que es raro es que hoy no haya podido irse porque después de la primera hora seguía tan mal como cuando llegó, o incluso peor.
Normalmente experimento más dolor que otra cosa. A veces sé que se marcha para que me pueda masturbar con tranquilidad y que eso le dé a mi cuerpo un respiro de un par de horas, pero hoy cuando me ha ofrecido la posibilidad de irse para dejarme intimidad, se ha dado cuenta rápidamente de que no iba a hacer nada, porque me ha entrado fiebre. Fruto de que el medicamento no hace su efecto, porque mi cuerpo no necesita eso.
Le necesita a él.
Con los ojos cerrados, noto como Jihu pone una bolsa congelada en mi cuello. Gruño porque eso hace que tirite más todavía, y ella suspira.
—Jae... no estás bien.
—Ya, ¿y qué hago? —pregunto con un hilo de voz.
—Quítate las mantas —me pide—. No te va a bajar la fiebre si estás tapada hasta el cuello; tu cuerpo está hirviendo.
Bufo y le hago caso. Debajo de las mantas estoy completamente desnuda, porque ya he tenido antes una crisis en la que me molestaba absolutamente todo lo que me rozaba, pero me da igual: las lobas solemos vernos sin ropa, así que no es un inconveniente.
—Tengo frío.
—Ya, cielo —responde con calidez. Creo que es una de las razones por las que me llevo bien con ella: porque su carácter es todo lo opuesto al mío (arisco, contestón, frío)—. Espera a que el hielo haga efecto.
—Sabes que no lo va a hacer.
—Ya... —susurra, y cuando abro los ojos veo que quita la bolsa de mi cuello, completamente descongelada, antes de ponerme otra—. Pero no se me ocurre otra cosa. Normalmente esto funciona.
—No pasa nada... Se me pasará.
La cara de Jihu se contrae en una mueca, y sé que es porque no le gusta verme en este estado. Se está poniendo en mi pellejo, en cómo sería sufrir un celo que es mil veces peor a lo que estamos acostumbradas. Y si eso ya es malo... No se puede imaginar lo que estoy sufriendo.
—P-podemos... avisarle.
—No —niego rápidamente—. Sabes que no podemos.
—En circunstancias normales, Jae. Pero como sigas así puedes morir.
—No voy a morir. Soy fuerte.
—Pero no eres un alfa —matiza. Y ahí la miro a sus ojos, preocupados—. Déjame ir a avisarle.
—No —insisto—. Ya no tengo tanto frío. Mira a ver, seguro que me ha bajado la temperatura.
Jihu me hace caso y me pone un termómetro para comprobar que, efectivamente, vuelvo a mis niveles normales. Y aun así, su expresión preocupada no se va, y sé que es porque sabe tan bien como yo que no es un signo de que vaya a mejor, sino de que viene algo mucho peor.
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Love, Smut & Tears - BTS
FanficRecopilación de relatos románticos con mucho amor, sexo y lágrimas. • Heterosexual. • Lenguaje vulgar. • Contenido sexual explícito. • Relatos originales, prohibida cualquier copia y/o adaptación. • Libro originalmente titulado '30 days of Smut', b...