4. Nuevos amigos

38 4 0
                                    

Tamara.

¡HOMBRES!

¡MALDITOS Y ESTÚPIDOS HOMBRES!

Caminaba entre las calles de este lugar cuando un idiota no se fijó por donde iba y tiró mi café en mi chaqueta favorita.

—¡Ahg! —exclamé. Busque un pedazo de papel en mi bolsa y cuando encontré uno, empecé a limpiar con esmero mi chaqueta. Cuando salí de casa le dije a mamá que iba a explorar, ella rió mucho pero aún así me dijo que tuviera cuidado. Estuve caminando hasta que me di cuenta de que me perdí, entré a la primera tienda y la señora que me atendió, me dio indicaciones y un café e iba justo por el camino más corto para llegar a casa, hasta que me tope con ese idiota y tuve que tomar él camino más largo, él sol se estaba metiendo. Tenia que apresurarme  si quería llegar a casa antes de que anocheciera. Tire él envase de café en él bote de basura público más cerca que había, me quite la chaqueta y al momento de hacerlo mi bolso cayó de mi hombro, tirando así todas las cosas dentro. Me agache a recoger todo mientras mascullaba un montón de cosas.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó alguien a mis espaldas, yo inmediatamente me congele en mi lugar, no conocía nada ni a nadie ¿como podía confiar? Mi respiración se agito como si hubiera corrido un maratón y mis manos se cerraron en puños sobre mi cartera. Aun seguía en cuclillas y estaba casi casi temblando de miedo. —Oye, ¿estas bien? —la persona detrás de mi, puso su mano sobre mi hombro y de pronto quería gritar, quería decirle que no me tocara que se alejara. Había tenido muy malas experiencias el año pasado como para tenerlas también en este año. Recogí rápidamente las cosas que faltaban por meter en mi bolso y me levante lo más pronto que pude. Me gire hacia la persona que estaba detrás de mi y puse en mis labios la mejor sonrisa falsa que podía.

—Estoy bien, no necesito ayuda gracias. — él chico frente a mi asintió ligeramente y después frunció débilmente él ceño.

—¿Eres nueva aquí? —cuestionó. Iba a responder un simple “Si” cuando la puerta de la tienda que se encontraba al lado de nosotros se abrió y de allí salió una chica de cabello rubio y labios rosas. Sonrió al ver al chico frente a mi y luego me miró a mi. — Zoe ella es… disculpa pero no sé tu nombre. —me aclare la garganta.

—Soy Tamara, Tamara Greyson. —dije extendiendo una mano a modo de saludo, la chica llamada Zoe correspondió al saludo.

Ella sonrió. —Un gusto, Soy Zoe, Zoe Lewis. Y él es Tyler Brown —dijo señalando al chico a su lado. Sonreí, pero esta vez de verdad. — ¿Eres nueva aquí? —cuestionó. Yo dude por un segundo en responder, ellos son amables y si yo quería empezar de nuevo también tendría que ser amable. Así que respondí:

—Si, soy nueva en el pueblo. —dije y me sentí algo tonta cuando ellos soltaron unas leves risas.

—Perdona por reírnos, pero esto no es un pueblo, es una ciudad. —dijo Tyler, esta vez era mi turno de reír, ellos me siguieron y rieron conmigo.

—¿En serio? —pregunte después de que mi risa cesara. Zoe asintió. — ah, pues este lugar es demasiado pequeño para ser una ciudad.

—En eso estamos de acuerdo. —dijo Zoe. —¿Y de donde eres? —preguntó.

Yo sin dejar de sonreír dije: — Mi familia y yo acabamos de mudarnos de Nueva York. —dije, ambos enarcaron las cejas. Tyler fue él siguiente en hablar.

—¿Y por qué dejarías Nueva York por venir a vivir aquí? —dijo, mi sonrisa se fue difuminando en él aire. Suspire, aun no estaba lista para contarle a alguien sobre mi pasado.

—Tal vez Nueva York tenga lujos y lugares hermosos, pero en realidad entre tanta gente puedes llegar a sentirte solo y a pasarla muy mal. —las sonrisas de las dos personas frente a mi fueron desapareciendo de a poco.

Mi Vecino de Enfrente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora