16. Un golpe en la cara y otro al corazón.

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Tamara.

Todo era un desastre, me siento como si estuviera en medio de un apocalipsis. Todo me da vueltas y siento que estoy a punto de un ataque de pánico, todo es un caos y lo único en lo que pienso es en Zoe y en su corazón destrozado, sus ojos rojos y llorosos rompieron mi corazón. Ella no merecía esto, fue mi culpa, yo sabía las intenciones de Tyler y no hice nada, me quedé parada como una total idiota. La cagué horrible, Zoe no me perdonará.

—¡Estás muerto Brown! —exclamó Scott, me había olvidado de él. Su enojo era palpable y a mí me importaba un carajo, todos cerca del campus estaban de metiches, una que otra chica me miraba recelosa porque le importo al idiota de Scott. Tyler se giró muy valiente para enfrentarlo, ¡Pero qué par de idiotas!

Yo me sentía ajena a todo esto, solo miraba en la dirección donde Zoe salió corriendo, ¿Será muy tarde para alcanzarla? ¿Me perdonará? Probablemente no.

“¡Ve tras ella!” gritaba incesante mi cabeza.

Corrí. Corrí lo más rápido que mis piernas podían, en este momento mi mundo se concentraba solo en Zoe y en mi, en nuestra amistad, tan corta pero tan significativa, en que no quería perderla. El aire me estaba faltando en los pulmones y mis piernas se cansaban, pero las obligué a seguir corriendo y a mis pulmones a seguir respirando. A lo lejos podía divisar la parada del autobús y un poco más atrás a Zoe recargada sobre un poste con los brazos cruzados, desde aquí podía escuchar sus sollozos, tenía muchas ganas de abrazarla. Pero cuando llegue ahí no pude moverme, quería hablarle decirle lo que sea, pero las palabras se quedaban atoradas en mi garganta. Zoe tenía su mirada triste fija en el suelo, cuando la levantó sus ojos me miraron con algo más que tristeza, tal vez ¿Rencor? ella levantó su barbilla en señal de fuerza.

—Zoe… —empecé, pero ella me cortó de tajo.

—¡Eres una horrible amiga! —exclamó sollozando. —¡Confíe en ti y a ti te importaron una mierda mis sentimientos! —negué con la cabeza mientras empezaba a sollozar.

—No Zoe, yo… —sollocé. —tienes que dejar que te explique… —seguí sollozando.

—¡Eres una maldita mentirosa! ¡Nunca debí de ser tu amiga viendo toda la mierda que traes contigo! —gritó. —¡No sé cómo es que todas las personas te aman si eres una mala persona! —seguía diciendo y cada palabra rompía una parte de mi, ¿Cómo puede decir eso?

“La gente enojada dice muchas estupideces.” No me rendiría con ella, yo sé que ella no piensa eso de mi lo dice porque está enojada.

—Zoe, por favor. 5 minutos, solo eso te pido para que me dejes explicarte… —sollocé ligeramente, trataba de no llorar pero fracasé cuando una sola lágrima me abandonó. Zoe dudó y yo no perdí tiempo en hablar. — ¡Todo esto es una locura! —exclamé. — lo que pasó hace rato fue un completo malentendido, Zoe por favor… —sorbí mi naríz. — … perdóname, yo jamás haría algo para lastimarte, te lo dije esa misma noche cuando me confesaste tus sentimientos por Tyler. Zoe te lo prometo que yo jamás sentí, ni sentiré nada más que una amistad por Tyler.

Zoe se mantuvo callada un par de minutos, tiempo suficiente para que el siguiente autobús llegará a la parada, Zoe suspiró. — Tengo que irme… —susurró subiendo al autobús sin decir una palabra más.

“perdón Zoe.”

Cuando se fue cerré los ojos y las lágrimas brotaron de mi.

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Mi Vecino de Enfrente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora