Confusión

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- Wow - fue lo único que pude decir al ver el auto de la castaña.

- ¿Que? - pregunto.
- no te gusta? - dijo sonriendo.

- Pedazo de auto - dije en shock.
- Es tuyo? - hice una pregunta estúpida.

- Pues si - río con obviedad.
- Sube - me dijo haciendo ella lo mismo.

Subimos al carro, encendió el motor y partimos. El silencio fue prolongado hasta que decidí romperlo.

- Y...como conociste a Lau? - pregunté entrecortando las palabras. - Hace mucho?.

- La conoci hace poco en una fiesta - dijo con desinterés - Pero no hablemos de eso, cuéntame sobre ti. Hace mucho eres bailarina? - Comenzó a indagar sobre mí vida.

-Si- dije en una respuesta sólida y seca.- Ahí conocí a Laura.
-Hace cuánto cantas? - pregunté.

- Desde que tengo memoria - me respondió con la vista en el camino.- Mi abuelo era cantante, por eso lo amo tanto, lo siento más cerca.

Ninguna de las dos pregunto nada más, nos quedamos en silencio hasta que llegamos a mí apartamento.

- Adios- dijo - un placer traerla a su mansión - río.

- Parece pequeña pero es un palacio - le expliqué riendo.
- Gracias - expresé bajando mí tono de voz.

- ¿Que fue el guiño? - pregunté rompiendo el silencio otra vez.

- Eh? - dijo confundida.

- Mientras bailaba.
- Me guiaste el ojo y caí - le dije ahora mirandola.- o eso también fue parte de tu "observación" - hice comillas con los dedos.

Se puso nerviosa y luego de unos segundos respondio.

- Estaba jugando - río incómoda - no era nada - miro hacia su ventanilla apartando su vista de mí.

- ah....bueno - respondi.
- Adiós - la saludé y baje del auto.

"Jugando" si claro, no me chupo el dedo Daniela. Pensé.

-

Habían pasado dos semanas de aquel día de la audición, todavía no me llamaban y tampoco había hablado con Mario. Pase ese tiempo ayudando a Lau en su academia de danzas, eso me distrajo de mis problemas, los cuales todavía debía resolver.

- Poche?.
- Estás bien? - pregunto mí amiga en cuanto vio que estaba llorando.- ¿Que paso?.

Mario y yo teníamos muchos amigos en común, con los cuales me hablaba o veía seguido. El otro día había hablado por telefono con Sebas, su mejor amigo.
Me contó que Mario estaba muy decaído y deprimido , que casi no salía a la calle y que no estaba yendo a las filmaciones de la película ni a las entrevistas que tenía programadas. Eso me dejó angustiada , sabía que el estaba así por nuestra pelea, necesitaba hablar con él y aclarar las cosas.

- Poche!. - Grito mí amiga, chazqueando un dedo haciéndome volver a la realidad.

- Si , perdona - respondí, reincorporándome en la conversación.

- Por qué lloras? - pregunto sentándose en el piso a mí lado.

- Nada, es Mario , Sebastián me contó que estaba muy deprimido por lo nuestro -Le explique mientras me limpiaba las lágrimas.

- Ay María José - se acercó y me abrazo.
- Tienes que dejar de pensar en ese idiota.

- No puedo Lau - comenzé a llorar de nuevo.
- Por más de que peleemos o que no nos llevemos bien todo el tiempo, es muy importante para mí. - dije separándome de ella.

Bonita Casualidad - CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora