Bonita Casualidad - Caché

Mil Recuerdos Que Te Hagan Sonreír

— Poché, ¡Te dije que tenía que ser rapido! — Dijo Nela viendo a mi acompañante al llegar al lugar en donde se iba a realizar el último show de la gira por Barcelona.

— No fuí solo por tí, Marianela. — dijo siguiendo hasta mi camerino. Sonreí apretando su mano.

Entró a la cuarto detrás de mí, se sentó en el sillón del lugar. Me miraba atenta, esperando algo que no entendía. Sus expresiones faciales eran la obra de arte más linda que haya visto en mi vida. Su cara me tenía embobada.

— Vístete! — dijo moviendo sus manos.

— Ah si si — me reí, estaba muy perdida. Deje entrar al equipo para alistarme, mientras ella no quitaba su vista de mí.

Dos chicas se acercaron colocando mi ropa, otra me coloco el microfono, paso los cables por mi cuerpo. Un chico alto y rubio maquillo mi cara demasiado rápido y otro peino mi cabello. Me sentía feliz, y no sabía por qué, todo el drama que tendría al llegar a Bogotá, sería inmenso, pero hoy, voy a disfrutar.

Ya estabamos a minutos de comenzar, el estadio estaba lleno, habíamos agotado taquillas, el show ya se había atrasado, debíamos subir en menos de 10 minutos.  Estaba nerviosa, y siempre me pasaba, cada show era como el primero, sentía la euforia, el miedo, la alegría, el entusiasmo, todo en uno.

Era como un combo de emociones, que no sabía cómo manejar.

— ¿Estás lista? — dijo Poché asomándose por  la puerta del camerino.

— Sí — dije saliendo con ella agarrada de su mano, para algunas cosas sentía que íbamos rápido, pero para otras, el tiempo con ella no existía.

—

Me encontraba en la plataforma que subía como un ascensor en el medio del escenario. No sabía que iba a pasar después de esta gira, así que iba a aprovechar cada segundo. Cuando decidí dedicarme a esto, no me imaginé que nada de esto iba a ocurrir, jamás pensé que iba a tener shows que fueran SOLD OUT o mucho menos pensé que iba a dar algún Show.

Este disco fue una etapa en mi vida, que ahora estaba cerrada, y así iba a quedar para siempre, o bueno, eso creo.

La música comenzó a sonar, la batería, el bajo, la guitarra, la banda en vivo, los gritos de la gente comenzaron a escucharse, el movimiento de las luces de colores me dió la señal de que era hora. Me centré en el momento, realicé mi rutina de respiración, y tomé la cadenita que tenía en el cuello, fue el regalo que mi abuelo me dió a los siete años, siempre le pedía que todo saliera bien, y siempre lo hacía.

— Disfrútalo — dijo Nela apretando mi hombro, para indicar que me subieran. Le devolví la sonrisa.

Mis manos comenzaron a sudar, acomodé el micrófono con mi mano derecha y de repente me encontraba en medio del escenario, los gritos eran muy fuertes, los bailarines a mi lado se movían con el ritmo de la música, entre ellos la peliazul. Cruzamos miradas por unos segundos antes de que comenzará a cantar, entone la primera canción del setlist "Cry for me".

Algo peculiar en mi música era que amaba escribir tanto en español como en inglés. A veces los sentimientos son más fuertes en un idioma que no es el natal, por qué nos permite expresarnos mejor, y a veces necesitamos el español, para decir todo lo que sentimos.

La primera canción terminó, la gente me acompañaba como loca con los coros, eso me llenaba, ver personas que admiran mi trabajo, era reconfortante, cuando a veces piensas que no le importas a nadie, esto te hace sentir muchísimo mejor.

Los sencillos pasaron y pasaron, toque dos canciones con la guitarra que era de mi abuelo, la cuidaba como oro, canté "Imposible" de James Arthur, a veces tocaba canciones con las que me sentía identificada que no eran mías, también canté "Destino" algo que había compuesto hace un par de años, e incluí en mi último disco. Pero la última canción de la noche llegó, y era la que más me costaba, por qué esta era la que escribí para Juliana.