Hacía un tiempo que lo había escuchado... eso de lo que todos hablaban, lo que muchos buscaban pero pocos tenían... algunos incluso huían... y yo... me limité a escuchar...
Conocí a Steve Hyuga en un verano, recuerdo mi primera impresión, un niño grosero y arrogante, no me agradaba del todo, pero aunque no fuera mi persona favorita, lo admiraba, quería ser como él, jamás se rindió ante ninguna situación, y a pesar de su condición económica, aún llegaba al campo más radiante que todos los demás, de verdad tenía un aura de campeón.
El entrenador del colegio Franco Canadiense (Meiwa), buscaba a un portero excepcional para competir en el torneo de las primarias, yo no estaba convencido de jugar fútbol, pues ya estaba bastante ocupado con el karate, pero poco a poco dicho deporte comenzó a ganar mi corazón. En esa época era lo único en mi mente, cuando comía o hacía los deberes pensaba en las verdes canchas, en la multitud enloquecida... solo el balón y yo...
Cada día amaba más el fútbol, y también luchaba por mejorar, ser el número uno. Eso no fue fácil, tuve tantos rivales, pero no todos tan grandiosos como Benji Price, el portero estrella, creí que podría vencerlo, pero al final siempre demostró ser mejor que cualquier otro... entonces empecé a darme cuenta de algo, no importa qué tan frustrado y deprimido estuviera cuando perdía ante mis oponentes, o cuando el balón entraba en la portería que yo custodiaba, Steve siempre estuvo conmigo para darme ánimos, aún siendo niños, él me reprendía, me llamaba la atención, fue muy duro conmigo en muchas ocasiones, lo que me hacía sentir mal, al grado de querer renunciar al balompié. Aún así, logré comprender que lo que hacía era para mi bien y fue entonces cuando se convirtió en mi mejor amigo. Nos veíamos todos los días, en la escuela y en los entrenamientos, además, caminábamos juntos hacia nuestras casas. Reíamos de todo, hablábamos de las clases, jamás faltó una amena plática de fútbol... sí, justo como los mejores amigos, aunque no llevábamos mucho de conocernos, logramos esa gran compatibilidad que los demás no tenían. Y así pasó nuestra época en la primaria, perdimos contra el Niupi, sin embargo la victoria no se las dejamos fácil, sucedieron tantas cosas, pero al final de la historia, lo que siempre quedó fue nuestra amistad.
Steve fue becado para ir al colegio Superior (Toho), demostró su habilidad en la cancha y conquistó a los visores. Entonces Ralph y yo, como fieles amigos, lo seguimos en la secundaria, deseaba con todas mis ganas seguir jugando junto a Steve hasta ayudarlo a cumplir su meta de vencer a Oliver Atom y el Niupi. Todo parecía normal a principios de la escuela secundaria, hablábamos como siempre, entrenábamos juntos... lo mismo de todos los días, jugamos contra el Niupi de nuevo, esta vez ya no estaban Tom Misaki y Benji Price, pero el resultado fue el mismo, perdimos el último partido en contra del Niupi, pero Steve no se rendiría tan fácilmente, entonces llegó mi segundo año de secundaria... y todo comenzó a ir de mal en peor...EL DÍA QUE ENFERMÉ
El sol brillaba radiante en el colegio Superior, iniciando el segundo año para los integrantes del equipo de fútbol de la escuela, Steve Hyuga y Richard Tex Tex, ambos muy famosos en la institución por sus hazañas deportivas. También se integraba Ralph Mellow, siendo su primer año de secundaria. Los tres amigos estarían juntos de nuevo, con la esperanza de que esta vez pudieran vencer por fin al Niupi. Para todos, lo único girando en su cabeza era el fútbol... o casi todos... de pronto, como propio de la adolescencia, los pensamientos acerca de muchas cosas cambia, en especial del concepto de "gustar". Antes, en los entrenamientos de las tardes no cabía nada más que pláticas de balones y el campo... ahora algo ha pasado, los chicos más grandes empiezan a hablar de lo que les alborota las hormonas... las niñas. Los chicos de primero escuchan avergonzados, los de tercero platican sus "más intensas" experiencias, y los de segundo solo se inquietan.
Richard Tex Tex podía observar las caras rojas de sus compañeros, y escuchar sobre las niñas más lindas de la escuela. Se podía ver que todos estaban afectados por la plática, excepto Steve Hyuga.
-Hey, muchachos, ¿vamos a seguir hablando de temas tan aburridos como las niñas lloronas o seguiremos jugando fútbol?-
Inexplicablemente para Richard, eso lo tranquilizaba, el que a Steve no le importara hablar de mujeres. Pero aún sentía inquietud pues a él no le interesaban las chicas, pensaba que con el tiempo alguna iría a gustarle, pero realmente, no era nada que le quitara el sueño.
-Richard, vamos, no querrás continuar con esa tontería de las niñas-
-¡N-no!-
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¿Qué nos está pasando? 《Captain Tsubasa》
FanfictionEn la selección de Japón, nuestros jóvenes protagonistas son profesionales y no piensan en nada que no sea el fútbol... o eso creían... De pronto empezaron a sentir hormigueos en la barriga, se estaban enfermando o... ¡¿ES AMOR?! ¿Amor? ¿Entre chico...