Jugando en la playa

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Ya es el tercer día y los chicos están de fiesta, pues acaba de concluír el último entrenamiento, dejándoles la tarde completamente libre de dolores y cansancios, pura alegría para todos... sí, todos... o casi todos... De nuevo Steve se  encontraba dándole vueltas al asunto... todo había pasado tan rápido, Richard le ha confesado su amor y apenas puede creerlo. Todo se pone tan tenso cuando recuerda que se besaron con bastante "pasión", pero no acaba ahì, pasaron una noche juntos, cálidos y abrazados... no podía ser más vergonzoso... aunque, no era lo que realmente esperaba. Hyuga había soñado tantas veces que Richard podría gustar de él y confesarle como se siente, o si él se confesaba, Richard, tal vez, lo correspondería, imaginaba un escenario romántico, con tonos hermosos en el cielo, incluso música que ambientara, una confesión que desembocaría en una relación oficial, así es, tenerlo en sus brazos, escucharlo, apoyarlo, darle mucho cariño, besarlo; algo que una pareja común y corriente haría... y ahí estaba la cuestión, ¿por qué no ha sido así?, ambos se sienten igual respecto al otro, entonces, si el amor es mutuo, ¿por qué las cosas seguían así de enredadas?... solo podía pensar en ello, pero no encontraba una respuesta... ¿Qué quería decir Richard con lo de "renunciar por completo a ti"?
Steve Hyuga aceptó quedarse esa noche durmiendo en los brazos de su amado Richard, fue una sensación especial. El portero abrazó toda la noche a Steve, y Steve se aferró al cuerpo de este también. Es cierto que esa situación fue demasiado desconcertante, pero jamás habìa sentido tanta calidez en toda su vida, enredado en las sábanas, con los brazos de Richard rodeando su cuerpo, lo único que podía hacer era dormir plácidamente. En la mañana, Tex Tex ya no estaba en la cama, lo que hizo a Steve sentir un inmenso vacío. Ese día, el día anterior, Richard no intentó buscarlo para sacarle plática, ni siquiera notaba la mirada habitual que siempre le dirigía... es como si volvieran al principio, cuando todo era nada, cuando se limitaban a ser amigos. Entonces llegó el momento de intercambiar palabras, Steve creyó que el portero lo ignoraría, pero le respondió normalmente, como debió haber sido desde un inicio, sin sentimientos de por medio... le dolió el corazón por un momento...

Después de salir de las duchas, el entrenador mandó a llamar a Richard, anunciándole una gran propuesta en puerta.
-¿Qué sucede, entrenador?- preguntaba Richard intrigado, esperando no haber hecho nada malo.
El entrenador no parecìa molesto, y eso aliviaba a Richard -Escucha, muchacho. Eres una pieza fundamental en el equipo, por eso no pienses que trato de echarte del equipo.-
-Claro, lo entiendo.- respondió confundido.
-Bien, ha llegado una interesante oferta desde Italia para ti.-
-¿De verdad?-
-Así es. El empresario Adriano Ricci, dueño de la más importante academia de fútbol de Italia, y del equipo de élite, aves, te ha mandado a hablar para que formes parte de su estructura. La oferta consiste en que seas instructor en la academia, y además, portero titular del equipo que maneja.-
-¡Vaya...!, es... un honor...-
-Muy bueno, ¿no?-
-Magnífico... pero... tengo que pensarlo bien... es una gran oportunidad... aunque, dejar al equipo de Japón es...-
El entrenador suspira. -Lo sé, es duro dejar algo que aprecias demasiado, aquí están tus amigos, después de todo. Además, tienes una gran relación con los demás muchachos...-
-¿Qué... me recomienda?-
-No quisiera que te vayas, eres alguien de suma importancia en el equipo... pero siempre que un jugador, al cual le tengo mucho aprecio, como tú, le llega una oportunidad gigantezca como esta, lo impulsaré a seguirla.-
-Tiene razón...-
-Toma esto.- el entrenador le dio un pequeño papel con el teléfono del señor Adriano Ricci. -Cuando te decidas, llámale.-
-Oh, de acuerdo.-
-¡Bueno, bueno!, a final de cuentas es tu decisión, cualquier cosa que elijas será apoyada.-
-¡Muchas gracias, entrenador!- ambos se despidieron con una reverencia y tomaron su camino.

Caminando en la orilla del mar, donde el sonido de las olas era relajante y el ambiente cálido, Richard pensaba en aquella propuesta...
~ Pues... ya no hay motivos para que me quede en Japón. Quiero romper todo lazo con Steve... para así poder olvidarme de él y de todo esto... si me voy a Italia seguiré jugando fútbol como quiero, subiré un escalòn en mi carrera, tal vez me case y tenga hijos... viviré mi vida sin preocupación por algo como el amor... es... lo mejor para los dos... mi vida será perfecta... perfectamente triste...~ Richard solo suspiraba solitariamente donde su única compañía era el mar...

¿Qué nos está pasando? 《Captain Tsubasa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora