Capítulo 10. Una nueva compañera [EDITADO]

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Sally Wilcox

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(Narra Sally)

Recibí una llamada desconocida. El mismo Seymour Hillman. Me pedía ser parte de la Selección Japonesa, ¿en medio del torneo? ¿A mí? Si fuera una leyenda completamente ocupada, lo entendería, pero... Soy yo. Sally Wilcox, ¿quién coño me conoce? Nadie, exacto.

Entonces vino la verdadera razón. Ya me extrañaba.

- El contrato sería como gerente. Sé que no es mucho, pero la federación no me permite más mujeres. Claire Trevor y Helen Yerov son dos leyendas, por hablarnos francamente, tú... - vamos, dilo, soy una mierda - no eres tan conocida. El verdadero motivo de mi llamada es que ayudes en los entrenamientos, más que en los partidos.

- ¿Entonces solo podré jugar al fútbol en los entrenamientos? - perfecto, no me gusta demasiado la gente, ni siquiera iría a los partidos. Aunque pensándolo mejor, Claire Trevor y Helen Yerov, ¿quién no quería verlas jugar? ¡¿A las dos juntas?!

Tal vez vaya a algún que otro partido. Aunque tendría que estar con mucha gente, qué asco.

- Exacto, ¿aceptas?

- De acuerdo.

- Bien, hoy a las cinco en el campo de la Ribera.

Asentí y colgué. Desayuné, y me dirigí a la habitación de mi abuelo. Estaba enfermo, y no quería ir al hospital, yo respetaba sus deseos, no me importaba cuidarlo. Era lo más importante para mí.

- Abuelo, tengo que contarte algo - no sonreí, llevo años sin sonreír. Bueno, más bien llevó años sin mostrar emociones en mi rostro.

- Dime Sally - su voz sonaba apagada, y débil, pero siempre dibujaba una sonrisa.

- Estoy en la Selección de Japón, Seymour Hillman me ha llamado, y a las cinco tendré que ir al campo de la Ribera. Soy gerente, pero puedo jugar en los entrenamientos.

- Eso es genial Sally - sonaba emocionado, pero estaba débil, me compadecía de él.

- No tan genial. No me gusta...

- No te gusta la gente - rio él - lo tengo muy sabido. Pero no se puede conseguir todo. Piensa que es la Selección Japonesa. Conocerás a tu ídola, más bien a tus dos ídolas.

- Claire Trevor y Helen Yerov - me mantuve rígida, ocultando mi pequeña emoción - están ahí a pesar de todas las normas, y solo quieren ganar. Demostrar su valía.

- Lo cual merecéis las mujeres. Seguro que ambas son maravillosas.

No quería seguir hablando de las personas.

- ¿Necesitas algo? - corté, lo más amable posible.

- ¿Me podrías traer algo para desayunar? Tengo algo de hambre.

Asentí, y fui a la cocina, volví con un desayuno ligero.

- Toma, ¿puedes tomarlo tú solo? - me preocupaba demasiado, lo sé, pero me daba igual. Era mi abuelo.

- Sí, ya tengo mis años, aprendí a comer solo hace mucho - sonrió.

- Bueno, pues yo voy a buscar el campo de la Ribera, no me suena.

......................

Iba escuchando música cuando choqué con una persona, y los cascos se cayeron al suelo. Me fijé en el aspecto de la persona con la que había chocado.

Palidecí, bueno, aún más de lo pálida que soy por naturaleza.

Caleb Stonewall. Uno de mis futuros compañeros. ¿Qué hacía allí? ¿Claire Trevor estaría con él? Por el partido contra Qatar, me parecían buenos amigos.

Mis dos idiotas compañeros © 2015-2016 | Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora