Capítulo 9. Un horrible sueño y una reconciliación [EDITADO]

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Chillé al despertarme tras ese horrible recuerdo.

Mi respiración era irregular, las lágrimas ya salían de mi ojos. Por suerte no había despertado a nadie, o eso creía yo.

- ¿Qué te pasa? - sentí a Caleb abrazarme por detrás, y susurrar en mi oído.

- Nada... Una pesadilla real...

- ¿Real? - repitió él - vamos a la cocina, necesitas algo de agua.

.....................

Bajamos de la habitación a la cocina. Las cinco de la mañana.

- ¿Qué ocurrió Claire? - susurró.

- Edgar... Claude me dijo que está en el mundial. En la Selección Inglesa.

- ¿No lo sabías?

- No... - apoyé mi frente en su torso, queriendo morirme. No quería coincidir con él, tan solo pedía eso.

- No te preocupes, seguro que pierden - esbozó una sonrisa algo egocéntrica - nosotros siempre seremos mejores que él.

Me abrazó y frotó mi espalda, intentando reconfortarme.

- Pero eso no es todo lo que me atormenta... - miré a Caleb a los ojos - mi hermano Jules y mi madre han muerto Caleb, han muerto...

- ¡¿Qué?! - incluso a él le temblaban las manos - pero, ¿quién? ¿Cómo?

- No he querido saberlo, el inspector era un inepto. Creo que no volverán a llamar hasta que encuentren al asesino. Me dijo que las llamadas internacionales son muy caras. Pero cuando acabe el mundial creo que volveré a Inglaterra, para al menos enterrarla. O tal vez vaya pronto, no lo sé. No sé qué hacer.

No dijo nada. Parecía pensativo.

- Quiero acompañarte si vas.

- No puedes - suspiré - eres huérfano.

- ¡Joder, menuda mierda! No puedo hacer nada - parecía furioso - ¿quieres jugar a la play station? Necesito tranquilizarme.

- No lo dudes idiota - reí, secando una lágrima.

..................

- ¡Arriba joder! - ninguno de los tres reaccionó, y chillé mucho más alto - ¡Yerov, Hobbes y Beacons, arriba ya!

Helen se levantó automáticamente, aterrorizada, pero los otros dos seguían dormidos.

- ¡Oh, es cierto, el restaurante, teníamos que ayudar a Austin! - entonces sacudió al chico - ¡oye tú, despierta ya!

- Cuánto cariño por parte de las únicas chicas del grupo... - bufó Claude, girándose para seguir durmiendo.

Entonces reí y me tiré encima de él. Empecé a cubrirlo a besos mientras reía, por toda la cara.

- ¿Esto te gusta más?

- ¡Qué asco joder, quita! - puso una mano en el medio de mi cara y me alejó - ya me levanto, no hay quién te gane a pesada.

- Tú - le saqué la lengua con burla, y bajé a la cocina.

..................

Tras terminar de desayunar los cinco, Helen y yo nos fuimos a vestir a una habitación, y los chicos se vistieron en otra.

Cuando estuvimos listas bajamos. Los chicos ya nos esperaban, y salimos de casa charlando de temas triviales, cuando al revisar mi bolso observé que no tenía la pistola.

Mis dos idiotas compañeros © 2015-2016 | Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora