Capítulo 12. El comienzo del partido y Alice Swan [EDITADO]

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Alice Swan

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"Caminaba por un parque, y vi a una chica con los ojos rojos, rojos como la sangre.

Me dio mucho miedo.

Era muy pálida, con el lado derecho del pelo rosa y el lado izquierdo de color negro, ambos recogidos con dos coletas que acababan en tirabuzones, y con un violín en la mano.

Tocaba muy bien. De repente me miró con esos ojos.

Me produjo un escalofrío.

- ¿Eres Alice Swan?

Asintió con la cabeza.

- ¿Dónde puedo encontrarte?

Tardó en responder, pero con una voz angelical, pero muy seria, respondió:

- Iré a la final de la clasificatoria."

Me desperté sudando, con la respiración agitada. ¿Acababa de tener una conversación con Alice?

No, era una estupidez, era imposible.

(Narra Alice)

Me desperté de golpe, asombrada con la capacidad de mi cerebro.

Acababa de soñar con Claire Trevor. Con la misma Claire Trevor, la jugadora del Inazuma Japón, qué interesante.

Me levanté, y bajé a desayunar.

Amanda, mi "madre", me preparaba el desayuno.

- Alice, ¿hoy vas a ir a ver la final?

- Sí, he comprado una entrada, es una pregunta algo estúpida - corté.

Me senté y me sirvió el desayuno.

Cuando estuve lista cogí el móvil y llaves de casa, y mientras salía, pensando en que tenía que ir a la biblioteca, la voz de Amanda irritó mis pensamientos:

- ¿Te dejo dinero para un taxi? No, perdón, lo siento, irás andando. No recordaba que...

- Qué asco me produce el simplón cerebro de la gente neurotípica - bufé, cerrando la puerta.

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Llegué a la biblioteca. Tenía que saber qué era eso de lo que había hablado mi psiquiatra.

Síndrome de Asperger. Nunca había leído nada sobre ello, curioso.

Busqué entre las estanterías repletas de libros, hasta que encontré algo que podría servir.

No me gustaba internet. Nada. Lo odiaba más bien.

Comencé a leer. Pasaba hojas y hojas, tal vez tres por minuto.

- A la biblioteca se viene a leer y estudiar, no a fingirlo - escuché a alguien dirigirse a mí.

Un hombre algo mayor, que me miraba por encima de las gafas.

Sonreía. ¿Sonreía? ¿Se supone que ha dicho algo divertido?

- ¿Y qué cree que hago? - pregunté con un tono normal, devolviendo mi mirada a la lectura.

- Solo pasas páginas.

- Puedo recitarle lo que llevo de libro por el momento si lo desea - propuse, pasando más páginas.

Mis dos idiotas compañeros © 2015-2016 | Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora