(Narra Eli)
No sabía qué responder, estaba muy impresionada.
Él me miró extrañado, y pasó su mano por delante de mis ojos, mientras decía:
- ¿Estás bien?
- Sí... - logré responder.
- Sé que no es normal que alguien te pida ser tu amigo, esto se me está haciendo muy difícil, así que responde.
- Sí - completé riendo - de acuerdo, te dejaré ser mi amigo - adorné con visible pero fingida superioridad mis palabras.
............................
- Tienes razón... - murmuré, intentando que no me oyera.
Sonrió arrogantemente, y dijo, acercándose a mí con la cabeza girada:
- ¿Qué has dicho? No te he entendido bien.
Aproveché para gritarle con toda mi voz:
- ¡Qué tienes razón, sordo! ¡¿Así me oyes?!
- ¡Joder! - gritó apartándose rápidamente - qué bruta eres Stonewall.
Reímos, al final no era tan desagradable.
.........................
(Narra Natasha)
Salí del centro comercial, y entonces el pecho comenzó a dolerme, sentía una horrible sensación que me oprima el corazón, mi respiración se entrecortó.
Cogí el teléfono y marqué el número de la ambulancia.
- Ha llamado usted a emergencias, ¿en qué puedo ayudarle?
- Necesito... Una ambulancia... - casi no podía respirar.
- ¿Dónde se encuentra?
.......................
Oí pitidos a mi alrededor, tan familiar todo.
- Jessica... Bob... - murmuré. Siempre lo hacía, Jess y Bob eran mis recuerdos más entrañables. Mis pequeños.
- ¿Son tus padres? - dijo una voz a mi lado.
- ¡Joder! - grité, al borde de otro ataque cardíaco.
- ¡Joder! - gritó alguien al mismo tiempo que yo.
- ¿Quién eres? - exclamé posando una mano en el pecho, relajando mi respiración.
- Me llamo Sol Daystar, ¿tú? - sonrió.
- Natasha Valentine.
- Me gusta tu nombre.
- En serio, ¿quién eres?
- Sol Daystar, te lo acabo de decir - habló con obviedad.
- ¿Cómo has entrado?
- Camelia me ha dejado, es nuestra enfermera.
Me incorporé lentamente, mirándolo con rareza. Qué chico más raro.
- ¿En qué hospital estoy?
- Hospital Inazuma - volvió a sonreír.
Suspiré, y lo estudié. Qué lindo era. Además su sonrisa era bastante contagiosa.
..........................
(Narra Claire) [Días después]
- ¡Mamá! - gritó mi hijo por toda la casa.
- ¡Jace estoy corrigiendo exámenes! ¡¿Qué quieres?!
Entonces mi hijo llegó al despacho con el libro de química. Oh mierda, no quiero desesperarme explicándole.
- ¿Me ayudas? - habló con tono cariñoso, así sabiendo que ganaría él la batalla.
Suspiré y posé el bolígrafo sobre el examen medio corregido. Le pregunté qué era lo que no sabía, y cómo no, respondió "no entiendo nada".
- No puedo explicártelo todo Jace, tengo más cosas que hacer.
- Entonces déjame mirar esos exámenes - sonrió.
- No. Fuera enano - reí.
- Después no te quejes de mi suspenso en química.
- No te pases de gracioso - amenacé retomando mi tarea de profesora.
- ¿Crees que Mel me lo explicará?
- Va a terminar de hablar con Jesse dentro de poco, seguro que si no han discutido te ayuda, vete de una vez.
- A veces creo que no eres mi madre.
- Lo mismo digo - me burlé.
En el fondo lo quería, lo quería mucho. Jace... Lo extrañaba, hubiera sido un buen tío, y me hubiera ayudado a evadir a mi padre, que quiere que vaya a verle. No le he visto desde que me vine a Japón, con dieciocho años, y tampoco quiero que mis hijo lo conozcan. Un hombre que me dejó sin madre, y que culpó a mi hermano no es mi padre, y por lo tanto no tengo ningún compromiso con él.
Entonces sonó el teléfono a mi lado. El nombre de mi padre apareció en la pantalla, tengo que acordarme de no volver a pensar en él.
Lo cogí:
- ¿Diga?
- Claire, tenemos que hablar.
- Yo no tengo nada que decirte.
- Pero yo sí.
- Me da igual.
- Que seas adulta no significa que no tengas obligaciones como hija.
- Tú no eres mi padre.
- Ya vale Claire, quiero conocer a mis nietos y hablar contigo en persona, en cuanto pueda cogeré un avión a Japón.
- No... - me colgó antes de que pudiera decir nada.
Mierda. Mierda. Mierda.
Mi padre... Mi padre va a venir.
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Mis dos idiotas compañeros © 2015-2016 | Inazuma Eleven
Fiksi PenggemarMe llamo Claire Trevor, y la verdad es que siempre he tenido a mi lado a Caleb y a Claude, mis dos idiotas, han sido un gran apoyo y han contribuido a mi fama en el mundo del fútbol desde siempre. Me conocen de sobra y saben cómo soy, lo que me gus...