Capítulo 10. El Instituto Alpino [EDITADO]

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(Narra Claire)

Era por la mañana, Jace y Mel se estaban preparando para ir a clase.

- Vamos Jordan, si nos lo pasamos muy bien.

- Nos fuimos sin pagar Claire.

- Nadie es perfecto - me encogí de hombros.

- ¡Jace vamos! ¡No podemos hacer esperar a Jesse! - oí a mi hija gritar mientras bajaba las escaleras.

- ¡Sí Jace! Vamos que mi amorcito puede cansarse de estar en la puerta de su casita de chocolate esperando - chilló Jace, imitando a Mel, poniendo voz femenina.

- Te imita bien Mel - reí cuando la chica entró en la cocina seguida de su hermano.

- Idiotas - bufó ella.

....................

(Narra Elisabeth)

Me despertó un peso que cayó sobre mi estómago, a lo que dije, con voz ahogada:

- ¡Ah! ¡La madre que te parió!

- Despierta bella durmiente - se burlaron de mí.

Abrí los ojos al completo, y me encontré a Caleb encima de mí.

- No había plazas en el Instituto Raimon así que irás al Alpino, ¿te parece bien?

- A mí me da igual.

- Bien, y otra cosa, un amigo pasará a buscarte en media hora. Hokkaido queda bastante lejos y él pasa por aquí para ir hasta allí.

- ¡¿Media hora?!

- Sí... - dijo, como si fuera lo más normal del mundo.

- Pues venga, hazme el desayuno, que me visto - ordené mientras saltaba de la cama.

- No te jode, la reina - bufó saliendo de la habitación.

- Creía que era la bella durmiente.

- ¡Las dos putas cosas! - gritó él, está claro que le saqué de quicio, soy maligna.

Reí, y busqué ropa para vestirme, pero vi encima de una silla el chándal del Instituto Alpino. Seguramente el uniforme tardaría en llegar, pero el chándal era muy bonito, seguramente me apunte a club de fútbol.

Cuando me puse el chándal con una camiseta blanca por debajo bajé a desayunar, y comí bastante bien para que haya sido un hombre el que cocinó.

Ya estaba lista. Caleb y yo estábamos esperando en la entrada a su amigo, cuando me dio una caja.

- Por cierto, toma, pensé que lo necesitarías.

La abrí, era un móvil. Un móvil que había salido hacía poco, según la televisión del orfanato, aunque con lo vieja que es no me extrañaría que las noticias que da sean viejas también.

Abrí los ojos como platos, y dije, cogiendo el móvil y encendiéndolo:

- Muchas gracias, pero con un móvil menos nuevo me llegaba.

- Bueno... La verdad es que ese es el mío.

- ¡¿Qué?!

- Sí, es el mío, yo me compré otro hace poco, y tenía ese guardado por si acaso.

- Estás forrado, ¿no?

- Más o menos - rio él - un amigo y yo tenemos un trato.

- Pareces un mafioso con eso de los amigos.

- Nunca lo sabrás.

Entonces vimos llegar un coche.

- Iré a recogerte a las cinco. Comes allí.

Mis dos idiotas compañeros © 2015-2016 | Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora