Capítulo 11. "¡Corre zorra!" [EDITADO]

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(Narra Elisabeth)

Nos quedaba la última hora, francés. Bueno, no parecía tan malo...

Entramos en el aula de francés, donde había una señora que no paraba de sonreír como una psicópata. Me senté al lado de Bob.

Nos puso a leer en alto un texto del Principito "Le Petit Prince" en francés, y cuando la zorra de la historia, la cual interpretaba Bob, empezó a hablar de que los fusiles de los hombres, intentaba no reírse.

- Señor Sled, ¿por qué tartamudea tanto?

- N-No sé profe - dijo Bob, casi llorando de la risa.

- Señor Loo, siga usted.

El niño ese que ni me molesté en mirar se puso a leer, y le pregunté al albino, riendo un poco:

- ¿Qué te hace tanta gracia?

- La zorra... Los fusiles... - empezó a decir, llorando mientras reía - es... - hizo que tenía una metralleta en las manos y gritó en medio de la clase, haciendo que disparaba la metralleta - ¡corre zorra! - no me hizo demasiada gracia al principio, pero luego pillé el doble sentido de la palabra zorra, y eso unido a las escandalosas risas de Bob, me hicieron reírme también.

- Señor Sled, señorita Stonewall, les pasaré esto porque es el primer día, pero que no se repita.

- Vaya infantiles - susurró Njord que estaba detrás de nosotros.

Me giré frunciendo el ceño.

- ¿Tienes algún problema?

- Sí lo tengo será contigo - me atacó.

- Yo no te he hecho nada.

No me contestó, y me giré.

- Borde...

Bob y yo nos pasamos toda la clase riendo en bajo por lo de "¡corre zorra!", y cuando por fin acabaron las clases suspiré de alivio, aunque hasta más o menos las seis no podría dejar aquel infernal lugar.

Íbamos hablando los dos, y cogí la bandeja para servirme. Entonces cuando me di la vuelta para mirar a Bob lo que recibí fueron unos espaguetis a la boloñesa en todo mi chándal.

- ¡¿Pero qué haces pedazo de imbécil?! - grité.

- ¡Es culpa tuya por ponerte en mi camino! - me gritaron.

- ¡¿Acaso ibas a coger otro plato gilipollas?! ¡No necesitas venir por aquí si ya tienes comida en la bandeja!

- ¡Te relajas Stonewall!

- ¡No me sale del coño desconocido!

- ¡Oh joder cállate!

- Relájate Iggie - me defendió Bob.

- ¡Y tú Sled, cierra la boca! - dijo el tal Iggie.

- ¡¿A qué te la parto yo a ti?! - grité.

- ¡Venga quiero verlo! - me provocó, pero yo preferí coger mi estuche, que tiene forma de pistola, en serio, incluso tiene el dibujo de la pistola, es como los estuches que tienen forma de zapato, pues este de pistola, y le grité, sujetando el estuche como si de verdad fuera una pistola - ¡corre zorra!

Bob estalló en carcajadas, sobre todo por el hecho de que Iggie se asustó y salió corriendo, a llamar a un profesor, que hiciera lo que quisiera, es un estuche, no he hecho nada malo.

Me sacudí un poco los espaguetis, ya iría a cambiarme luego, pero ahora tenía hambre. Entonces cuando los dos estuvimos servidos, Bob habló:

- Te voy a presentar a mis amigos, les caerás bien.

Mis dos idiotas compañeros © 2015-2016 | Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora