Por siempre

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"El verdadero amor es eterno, infinito. Es equilibrado y puro, sin manifestaciones violentas: tiene los cabellos blancos y es siempre joven en el corazón."

Honoré de Balzacv

POV: Emma Swan

Estoy entusiasmada, hoy será un día muy importante en nuestra historia. Acabamos de terminar de ordenar la biblioteca. Estábamos buscando en los álbumes de fotos que Regina colecciona uno en especial que hoy le mostraremos a Lucy. Fui a darme un baño para relajar un poco mis huesos, la agitación cuando no es en la cama me enferma. Bajo las escaleras muy contenta y me las encuentro traicionándome vilmente. ¡Dios, están viendo las fotos sin mí!

— ¿Esos son los valores que le trasmite a su nieta, señora Mills? ¿Traicionar a su pareja viendo ese álbum sin ella? — recrimino firme a mi mujer.

— Swan Mills, no te equivoques, querida — dice en tono amenazante mi esposa. Hace que me desvié de tema, se ve muy sexy cuando se enoja, no me canso de decir después de tantos años que me encanta mi morena.

— Pero una Swan Mills no debe traicionar, Gina.

— No te traiciono, te presumo porque te amo, eso si hacemos las Swan Mills, cariño — me llama con su dedo índice para que me siente a su lado.

A la pequeña Emma que escribía cartas a crayolas creo que jamás le pasó por la mente combinar su apellido con el de su Gina. La señorita Swan estoy seguro que se distraía jugando béisbol o jugando algún video juego para tratar de no pensar en eso por nervios, tal vez miedo. Aunque en cada etapa iba cambiando mi forma de ser, mi amor por Regina estaba ahí, mis deseos de estar con ella para siempre ¿y por qué no prometérselo formalmente?

— ¿Realmente se sentían seguras del paso que iban a dar? Sigo pensando en su juventud — interviene Lucy.

— Yo si lo estaba, llevas años saliendo con alguien, la amas desde niña, sabes que es el amor de tu vida ¿por qué dudarlo? Más bien ansiaba decir mi esposa cuando hablara de Emma — mi reina me observa y me sonríe con amor.

— Yo también lo estaba...

— ¡Oh, sí mucho! — interrumpe Regina en tono sarcástico.

— Gina, no me interrumpas, si estaba segura de casarme, de tener una familia contigo — le aclaro con determinación — me moría porque fueras una Swan, solo que me daba miedo que las cosas cambiaran siendo esposas.

— ¿Qué iba a cambiar? — se sigue burlando Regina.

— Bueno, pensaba en aquel entonces que las parejas cuando se casaban con el paso del tiempo se volvían aburridas — me encojo de hombros con miedo a lo que iba a decir Gina.

— ¡Eres una tonta, Swan! — susurra viéndome con los ojos entreabiertos — yo quería casarme porque viviendo solas, siendo esposas, estaríamos más unidas que nunca, seriamos libres de amarnos a como quisiéramos, claro con más responsabilidades, de pareja, morales, pero nos amábamos demasiado — mi nieta solo mueve los ojos viendo a Regina y luego a mi pendiente de cada una de nuestras reacciones.

— Te entiendo mi amor, solo creo que son los típicos miedos que les da a las parejas cuando se van a casar.

— Ya éramos una pareja, nosotras ya convivíamos como tal, solo iba a ser algo simbólico, legal. Era cuestión de que cuando estés insoportable no te puedo decir lárgate de aquí, porque es tu casa también y yo soy su esposa — dice entre risas Regina.

Le pido a mi esposa que se siente en mis piernas para poder sentirme más animada para hablar de lo que toca hoy. La presencia de Regina siempre me da mayor seguridad. Recuerdo cuando pasaba hasta 10 minutos mirándome fijamente a los ojos diciéndome que me amaba y que confiaba en mí, que yo era su fortaleza. Hacia eso cada vez que venían a mí los episodios de inseguridad que gracias a ella fui superando.

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