Lo mejor que he tenido

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¿De qué modo te amo? Deja que cuente las formas:

Te amo desde el hondo abismo hasta la región más alta

que mi alma pueda alcanzar, cuando persigo en vano

las fronteras del Ser y la Gracia.

Elizabeth Barrett

POV: Regina Mills

Cuando Emma y yo éramos niñas no solíamos jugar con muñecas como muchas chicas, nosotras siempre preferimos los juegos donde éramos libres, correr, jugar a la pelota, andar en bicicleta, así nos divertíamos, así tomábamos decisiones. Crecimos de esa forma, guardando en nuestro corazón las mejores lecciones de la niñez, poniéndolas en prácticas en situaciones más serias, siendo nosotras mismas sin seguir los estereotipos y roles absurdos que quiere imponer la sociedad. Sin embargo llegó un momento donde recurrimos nuevamente a esos juegos para tratar de no perder nuestra esencia, para recordar que de niñas prometimos estar siempre con la otra.

De vez en cuando me gusta entrar a los cuartos de mi casa que hoy están deshabitados y que un día anhelé decorarlos para que alguien muy especial habitara aquí. Es una ley de la vida que esto pase, el tiempo pasa, un día tienes una meta, cierras los ojos y los vuelves a abrir y tu meta ya voló a alcanzar sus propios sueños, pero los momentos vividos siempre quedan. Hoy cierro los ojos y miles de momento de ilusión, de ternura, de temor, de esperanza vienen a mi mente. Me siento en la cama y paso mi mano lentamente por una de almohada azul con figuras de espadas blancas.

— Gina, estás aquí — dice sorprendida mi esposa entrando junto a Lucy.

— ¿Recuerdas la historia de esta almohada, cariño? — pregunto ilusionada a mi rubia.

— Claro — Emma se sienta a mi lado y toma la almohada entre sus manos — me recuerda que eres lo mejor que he tenido en mi vida, que si estoy junto a ti no tenemos limite, que todo es posible si estamos juntas — Lucy escribe en su libreta a una velocidad impresionante mientras yo me pierdo en los preciosos ojos de mi rubia donde veo reflejados aquellos días cuando aprendíamos a ser esposas.

Nosotras solíamos pensar que teníamos la batalla ganada, porque llevábamos suficiente tiempo viviendo juntas. Eso me hace recordar lo que dicen por ahí que jamás terminas de conocer a las personas, no diría que es cierto. Yo creo que cuando amas a alguien si conoces a esa persona lo suficiente, solo que algunas circunstancias te llevan a actuar de una forma que no estás acostumbrada a ver a tu pareja, pueden ser momentos llenos de euforia, emociones, deseos que no sabías que dominaban tanto a tu ser amado.

— ¿Qué tal la vida de casadas? — pregunta Lucy sentada en el suelo frente a nosotras.

— Tu abuela a veces es muy malhumorada en las mañanas — señala rápidamente Emma.

— Swan, habla de nuestros inicios — reviro los ojos.

— Oh, bueno en sexo todo muy excelente, recorrimos toda esta casa dándonos amor creo que en los primeros 2 meses de casadas y amor nunca nos faltó como hasta ahora — como le encanta resaltar sus prioridades — íbamos aprendiendo juntas, aunque como cualquier pareja hubo momentos en lo que definitivamente una de las dos tuvo que ser más fuerte.

Aprender juntas, había tanto que nos hacía falta aprender como pareja, pero pasa que cuando eres joven y estás enamorada quieres vivir la vida al límite. Te quieres comer el mundo entero, tus emociones te dominan. Hoy sentada aquí y viendo esta almohada me digo por enésima vez que jamás me arrepentiré de las emociones que se apoderaron de mí en aquel momento de mi vida.

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