Todo ha cambiado

1.1K 124 36
                                    

El cómo ocurrió... no me lo digas,

nadie podría entenderlo, menos explicarlo,

una amistad, un saludo, una mirada,

y oculto... un incipiente amor.

Blanca Eugenia

POV Emma Swan

Como bien dicen, recordar es volver a vivir, estos cuatros días que llevamos contando nuestra historia a Lucy me he despertado más animada, con más energías. Regina está sorprendida porque no me han dolido los huesos últimamente, ni a ella tampoco. Ayer antes de acostarnos le pedí que me bailara una de las canciones de Britney como solía hacerlo, pero eso me lo guardaré para mi sola, no diré si lo hizo. No quiero que mi morena se moleste al leer en el libro de mi nieta esos detalles tan personales. Aunque si contaremos algunas "cositas" sensuales en su momento, se darán cuenta porque amo tanto a "Regina Diosa de la Sensualidad y la Belleza Mills"

No quiero despertar a mi guapa morena anoche, se desveló y esta tarde tomó una siesta, pero ya lleva más de dos horas dormida. Lucy está en la sala esperando por nosotras. Me siento lentamente a su lado y le quito un mechón de su hermoso cabello negro del rostro. Mi esposa es una señora tan guapa, ella con el pasar de los años en lugar de ir envejeciendo y perdiendo la belleza se pone más preciosa, creo que yo envejecí por las dos. La veo dormida, sonrío como idiota y le pido al universo, a los dioses, a la vida que cuiden de ella, que me permitan irme de este mundo antes que ella, porque yo no podría vivir sabiendo que Regina ya no respira el mismo aire que yo.

Lucy y yo esperamos que Regina se despierte, mientras tanto escuchamos música que ella llama "clásica" pero nada más son esa genialidades de lo 90s y 2000s. Exactamente cuando está sonando Barbie Girl aparece mi guapa esposa. Se sienta a mi lado, me susurra en el oído un sensual "Come on Barbie, let's go party" haciéndome perder la cordura, me sonrojo mientras ella y nieta empiezan a reír.

— Lucy, cariño ¿ves lo afortunada que soy? Tengo a mi propia Barbie — dice con ternura acurrucándose entre mis brazos.

— Siempre he pensado que ambas lo son, es maravilloso ver una pareja que después de tantos años se sigue amando con tanta locura — es tan dulce esta niña, definitivamente es una Swan.

— No ha sido fácil, Lucy ya lo veras, pero creo que seguimos juntas porque siempre hemos puesto nuestro amor encima de cualquier obstáculo — le explico a mi nieta.

— Cariño, te escuchas tan madura que nadie se enteraría que estás loca — tan sutil mi esposa, me dice loca mientras me da un beso en la mejilla, ella ama mi locura, lo sé — Lucy, yo creo que el detalle está en que yo sigo amando a mi pequeña rubia a la que le dije una mentirita inocente para que me diera un beso, a mi tímida mejor amiga que perdía su hermosa mirada esmeralda en mi cuando bailaba para ella, bueno aún lo hace cuando le bailo, como ayer ¿lo recuerdas amor? — solo asiento para que no entre en detalles.

— ¿Qué? Abuela Gina ¿aún bailas ese tipo de música de cuando eran jóvenes? — pegunta sorprendida Lucy. Regina abre los ojos impactada por el cuestionamiento de nuestra nieta.

— Claro que sí cariño, no tengo 100 años, aún soy una mujer joven, si crees que estas vieja te aseguro que ni levantarte de la cama podrás — amo ese porte elegante con que habla siempre mi mujer — mira a tu abuela Emma, le duelen todos los huesos porque dice que está vieja, todo es mental — abro la boca ofendida por el comentario de Regina, ella revira los ojos restándole atención a mi drama.

Debo confesar que ver bailar a Regina fue importante para darme cuenta en un punto de mi vida que las cosas habían cambiado. Ambas teníamos miedo crecer, queríamos ser niñas eternamente y siento punzadas en el pecho al recordar como poco a poco se nos iban de las manos aquellos días maravillosos donde nuestra inocencia nos impulsaba a ser atrevidas, a querernos de una forma que no tenía ni nombre ni etiqueta, a vivir la vida sin preocupaciones o miedos. Le dijimos adiós tan rápido a esa etapa para darle la bienvenida a la timidez, a lo miedos, a las desilusiones, a ser dominadas por un par de intrépidos y tercos corazones que desde hacía mucho sabían que estaban destinados a ser esa pieza perfecta, porque nuestros corazones son uno solo.

ALWAYS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora