Wei WuXian, el omega más deseado.

Un pequeño respiro

- Bueno, me buscabas y me encontraste – dijo el omega sentándose e invitando a Jiang Cheng a sentarse a su lado - ¿qué necesitas? Porque si quieres hablar de lo que nos sucede, déjame decirte que aun...

- Oh, cállate – dijo Jiang Cheng desviando la mirada – no he venido para eso.

- Entonces ... ¿qué? Si se enteran que nos hemos visto a solas tantas veces realmente habrá problemas.

- Lo sé, he sido precavido, únicamente he venido por esto. – le entrego a Jiang Cheng dos paquetes muy bien envueltos.

- ¿qué es esto?

- Es tu camuflaje. – dijo simplemente Jiang Cheng.

Fue entonces que comprendió y empezó a desenvolverlo con emoción, y al ver en detalle los colores y las texturas del contenido, un nuevo brillo apareció y sonrió divertido.

- Oh A-Cheng, asi será muy difícil que me atrapen – dijo estirando completamente lo que contenía el primer paquete, un atuendo increíblemente hermoso en tonos rojos, pero no uno cualquiera, era un atuendo de dama.

- Y con esto será imposible que te reconozcan – le acerco el otro paquete y Wei WuXian lo abrió con celeridad.

Aquel segundo envoltorio contenía maquillaje completo, esto más otros detalles como un peinado y que Wei Ying cerrara la boca sería suficiente para cumplir el cometido, el cual era... infiltrarse en la celebración del pueblo.

Tal vez no podría ir muchas horas, pues la contemplación y demás debería hacerla bajo los protocolos de su situación, pero al menos podría darse el gusto de pasar un momento entre los aldeanos, comiendo cosas deliciosas, jugando y divirtiéndose como solo aquel pueblo sabe hacerlo.

Un momento de libertad antes del tedio que le esperaba.

Era medio día y a las tres la prueba final, tenía tiempo para dar vueltas en el festivo carnaval que desde temprano estaba montado.

Wei Wuxian agrupo todas las cosas traídas por Jiang Cheng y se puso de pie.

- Realmente jamás faltas a tu palabra- dijo el omega recordándole al alfa sobre el momento en que le ofreció ayuda para todo esto.

- Desde luego – respondió el alfa poniéndose de pie – tu cuartada es que fuiste a pescar, las cosas de pesca están ocultas en mi habitación, así que regresa antes de las tres, entras y te cambias ahí.

- Has pensado en todo, muy bien, ¿pero y los peces?

- ¡Jah! Todo el mundo sabe que para ti pescar es simplemente dormir y arrojar el hilo al agua, ni siquiera pones carnada y jamás haz vuelto con un pez, así que creeme, nadie se preguntara porque llegues sin nada.

- Podría ofenderme por eso – dijo con un rostro contenido de risa, pues aquello no era más que la verdad, tuvo grandes deseos de invitarlo, pues realmente deseaba que el alfa lo acompañara, pero se contuvo, pues sabía lo que este le respondería, deseaba poder decirle lo mucho que espero poder disfrutar de ese día con él, pero fue antes de verse inmerso en todo el asunto de los pretendientes, deseaba poder ver la luna con él, sin tener que darle un significado romántico, con leyenda o sin ella, Wei WuXian sabía que Jiang Cheng iba a estar en su vida otros diez años y para siempre.

Luego de ello, con un simple ademan Jiang Cheng bajo del tejado.

La leyenda de la luna roja decía que si dos personas recibían la luz de la luna roja teniendo algún contacto, la luna concedería diez años más de vida junto a la persona, los amigos se daban las manos, la familia se abrazaba y los amantes se besaban.
La primera vez que Wei WuXian vivió el festival, no pudo disfrutarlo demasiado, era pequeño y Madam Yu no permitía que él saliera del palacio, sin embargo se sintió absolutamente dichoso cuando Jiang FengMian beso su frente bajo la luz de la luna tal y como lo hizo con sus legítimos hijos.