Wei WuXian, el omega más deseado.

Preámbulo a la segunda prueba

Después del primer día, Wei Wuxian se encontraba a solas con sus pensamiento, sentado en el piso de su habitación, con sus sentidos ligeramente adormecidos producto de la quinta botella de licor que bebía. Había transcurrido el primer día de aquel evento en el que los representante de los imperios más importantes habían hecho su primera exhibición, para él esto no era algo tan extraño, sabia que muchos clanes de renombre solían hacer este tipo de reuniones esperando crear parejas convenientemente, él mismo había sido testigo de cuando a su Shijie la habían intentado orillar a ello, más que todo Madam Yu, ya que deseaba casarla de la mejor manera posible, la rareza de una alfa elite era algo realmente valioso, pero ella bastante segura, había rechazo impetuosamente aquello, pues ella siendo dulce, tierna y romántica, deseaba bastante encontrar con quien contraer nupcias, siempre y cuando la persona fuese su destinado, ella decía que si no ocurría así, no valía la pena enlazarse con alguien para siempre. Cuando oyó aquello, Wei Ying consideró que no habían palabras mas ciertas, llego a desear lo mismo para él, sin embargo sus pretensiones estaban más allá de ese pronóstico, el deseaba más que otra cosa salir libremente, recorrer los lugares más hermosos del mundo, disfrutar de buena comida, conocer un montón de culturas distintas, seguir aprendiendo artes de batalla, pero cuando hablaba de sus deseos si no oía burlas, lo que escuchaba eran reprimendas, él era un omega, su deber era quedarse en casa, servir la cena y parir bebés. Pero luchó contra el estereotipo, contra su supuesto destino y cerro las bocas de todo aquel que intento detenerlo. Él ahora no solo era el omega más hermoso, era el más valeroso, era el hombre que muchos alfas deseaban ser, y él se sentía muy orgulloso de ello, y deseo fervientemente que todos los que habían nacido con esa naturaleza se sintieran como él, tenia realmente grabada en su mente la frase "no seré realmente libre hasta que todos los omegas lo seamos".

Con pasos letárgicos camino hacia el balcón de su cuarto y se acercó a la baranda, contemplando la noche y soportando el frio de la misma, solo se cobijó abrazándose a si mismo, normalmente a solas siempre dedicaba unos minutos a la reflexión de su vida, sobre las personas que amaba, pensaba en que realmente hacia todo esto principalmente por su tío Jiang, él había sido su salvador, soportar todo el asunto del cortejo solo era un gramo de la tonelada de favores que le debía según el mismo, Sin embargo, al fin había dejado de sentir aquello como un peso, siempre recordaba que al finalizar el séptimo día el simplemente daría la información a su tío para rechazarlos, eso estaba decidido, pero mientras tanto él debería participar, permitir acercamientos, sociabilizar, interactuar y fingir interés, pero si ahora lo pensaba, realmente no estaba forzándose, en varios aspecto los momentos de ese día habían sido gratificantes, divertidos, confusos, especiales, no estaba genuinamente sufriendo, pero el desconcierto que le producían estas nuevas experiencias le habían liado la mente y albergar pensamientos contradictorios e indefinibles no era algo que le soliese pasar, siempre sabia que decir y que hacer, pero todo se volvía complicado cuando "el que sentir" estaba fuera de su dominio.

Rememorando el día, comenzó a analizar los encuentros con cada joven.

Cuando tuvo el encuentro con Nie HuaiSang la situación se desarrollo de una manera ligera y divertida, ambos habían tenido muchísima afinidad. "si nos hubiésemos conocido antes a estas alturas estoy seguro de que seriamos grandes amigos", incluso le trajo licor, eso había logrado darle bastante a su favor, pensaba como él sobre la problemática de las razas, al terminar genuinamente deseo que esa conversación se extendiera. Wei Wuxian agradecía haber conocido al joven HuaiSang, ya estaba deseando compartir de nuevo con el representante de Nie.