Una ruptura

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Jiang FengMian y Madam Yu se alejaron de todos, retirándose a un sitio donde pudieran discutir con privacidad, depositando su confianza en que su padre llegaría a un acuerdo con su madre y es que debía creerlo verdaderamente, porque si él no era capaz de hacerla entrar en razón, nadie lo haría.

- ¿Cuáles son tus pretensiones? – sin decoración ni rodeos, Jiang FengMian preguntó directamente.

- ¿Te refieres aparte de salvar a nuestro hijo del horror al cual insisten en empujarlo? – respondió la matriarca con desdén en cada sílaba.

- ¿a qué llamas horror? – la cabeza del clan Jiang procuró usar en esplendor de extensión su paciencia, pues quería intentar llegar a un entendimiento.

- ¡es muy fácil de deducir! ¡No puedo si quiera concebir el que contemples la idea de ver a tu hijo, tu hijo! ¡Interesado en alguien como ese niño, maldigo el día en que lo trajiste aquí!

Jiang FengMian procuró respirar profundo antes de comenzar a hablar, regulando su tono, pues su intención impulsiva de expresarse sería con demasiada rudeza.

- Sería beneficioso para que nos entendamos que dejes de ofender a Wei Ying – un brillo inusualmente severo en el gesto de Jiang FengMian generó que la señora de la casa retrocediera un paso instintivamente – Habías mantenido una postura bastante neutral desde el comienzo de esta situación, ¿que cambió? Para explicarme mejor, ¿por qué de pronto decidiste interceder y además de una manera tan mordaz?

Si bien Madam Yu siempre se encargo de hacer notar su descontento de todo aquello, desde lo inentendible que era para ella el que Wei Ying sea tan solicitado hasta el hecho de que su hijo también tenga cierto aprecio por el omega, jamás había ido tan lejos como para lastimarlo, o de hecho haber tomado la decisión de obligar a que los pretendientes se retiraran, pero más que otra cosa, Jiang FengMian apostaría su apellido a que el único interés de Madam Yu era que Jiang Cheng quedara exento de posibilidad de impresionar a Wei Ying, pues sus esperanzas estaban depositadas en que cualquier otro llamara la atención del chico para que se fuera con él, mientras más lejos, sería aún mejor.

- FengMian, ¿ves únicamente lo que deseas verdad? No me sorprendería que hasta tu hayas sido engañado por el malévolo ser que poseen los de su clase, sé algo que tu desconoces, y en cuanto lo termine de decir, si eres tan honorable como todo el mundo piensa, estarás de mi lado – Madam Yu sonrió ligeramente al notar como el lenguaje corporal de su esposo expresaba tensión.

- ¿De que estas hablando ZiYuan?

- Wei WuXian intentó seducir a Jiang Cheng.

Jiang FengMian arrugó el entrecejo, notoriamente molesto, sin embargo, contrario a lo que dedujo Madam Yu, era ella el foco de la molestia del patriarca Jiang.

- ¿Qué te hace decir eso?

- No son invenciones, hay una explicación para ello – acotó Madam Yu con prisa, conocía a su marido, y le era familiar aquel tono acusador.

- Pues ya tienes mi atención, cuéntame todo lo que sabes – Jiang FengMian mantenía un rostro solemne y una postura rígida.

- Bien – ZiYuan inhalo suavemente y comenzó su relato – desde que ocurrió lo del primer representante Wen y asignaste guardias especializados para custodiar a los pretendientes comenzaron a generar informes, y ya que no existía información relevante, nada llegó a ti, los reportes llegaban a mí, sin embargo, recientemente se me hizo saber de una actividad sospechosa. Como por culpa de ese niño y los cuidados que se deben tener por ser omega solo hay guardias inmunes a sus hormonas en los pabellones de dormitorios, no se vieron afectados, aunque eso no significa que no puedan reconocer su vulgar aroma. El asunto es que lo percibieron…. En la habitación de nuestro hijo, al mismo tiempo que percibieron las de un alfa, planeaban intervenir, pero les faltó valor para hacer algo… esos… - Madam Yu guardó silencio antes de decir algo impropio, pues aun estaba enojada con aquellos guardias por no haber hecho algo, de todas formas, ya habían sido reprendidos y degradados.
Jiang FengMian aún guardaba silencio, no era posible para nadie adivinar lo que por su cabeza pasaba.

Wei WuXian, el omega más deseado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora