C42: De camino

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Un lindo amanecer aclamaba en las ventanas del motel. y una cascada de rizos me acariciaba las mejillas, lentamente abrí mis ojos y me encontré con esa mirada color cafeína que me pone loco...

—Buenos dias.— musitaron sus labios, se los relamio observando pícara mi rostro.

Imvoluntariamente empecé a acariciar su rostro, sintiendo la suavidad de su piel... Algo adictiva.

—Buenos días... — le devolvi el saludó.

Me sonrió, y un oyuelo se formó en su rostro... Bastante coqueto por decirlo así, ya que en ese mismo lugar tenia un lunar.
Colocó un mechón de su cabello negro detrás de su oreja... Y me quedó observando anonadada. Me habia dicho que mi color de ojos era un tanto exótico y que llamaba la atención... Odiaba el hecho de que usará las lentes de contactó para pasar desapercibido.

Supongo que habia transcurrido... Un cortó lapso de tiempo cuando relamio sus labios nuevamente y sus labios formularon una pregunta... La cuál no tenía respuesta concreta de mi parte.

—¿A dónde iremos?. — me interrogó, mientras se incorporaba sentándose a orilla de la cama.

—Buena pregunta. —le dije divertido.

Frunció su seño, no entendia que quería decir con la respuesta que le habia dado.
Yo tampoco tenia la más remota minima idea aún, pero de lo que si estaba seguro que afuera ya no era seguro.

—¿A qué te refieres con "buena pregunta"?.— me miró toda señuda.

—Supongo que con lo que nos pasó ayer ya nada es seguro afuera, debemos de andar con más cautela. No podemos tener ningún error. Es más ¿Sabes cómo se dispara un arma?. —me quedó observando con los ojos muy abiertos luego de la pregunta cómo si me hubiera salido un tercer ojo en la frente.

En realidad me senti estúpido luego de ver su reacción en su rostro, y eso me dejaba en claro que no sabia nada al respecto de ello.

~¡Estorbo! ~ me recriminó mi pequeña personalidad en alguna parte de mi mente.

Hoy no dejaría que tomara el control de mi, reprimi la furia sin sentido que ya empezaba a yacer en el interior de mí.

—No. — dijo muy estupefacta.

— Lo siento. — fue lo único que pude soltar al  respecto, me encogí de hombros y salí de la habitación.

Genial es asi como arruine el momento, encendí un cigarrillo para relajar la tensión de mis músculos... Y todo empezo a aflojar con varias caladas.

—Sabes, no es tú culpa. La culpa es mia por ser un tanto lastre en tú camino, quizás si no te hubiera reconocido en aquel momento no estuviera en ésta situación. — me soltó avergonzada viéndose los pies.

~Claro nena que no fue tú culpa, la culpa la tiene Salomón por no silenciarte desde el momento en que te encontró. Y lo sabes Salomón ¡Es el peor maldito error que cometiste!.

Me volvió a recriminar mi otra pequeña personalidad, al parecer andaba bien recriminatoria.

— No es tú culpa, en realidad no estuviera pasando nada de esto sino hubiera ido a aquel lugar. — me sincere sabiendo que la estaba lastimando con mis palabras. Su cara se contrajo en respuesta a lo que le habia dicho.

—Entiendo. — dijo dolida, sus ojos destilaban dolor. —Ya no seguiré interfiriendo en tú camino si gustas. — salió de la habitación dando un fuerte portazo.

—Lo siento, pero lo tenía que hacer. Prometo encontrarte de nuevo. — solté más para el viento que para mi.

***

Mis manos apretaban muy fuerte los frenos de la motocicleta. Sabia que ella ya se habia ido, y estaria bien... Ahora el objetivo de todos ellos era yo. Pero antes que nada necesitaba hacer una pequeña cosa.
Aceleré a más no poder cuando el semáforo se puso en Verde. Sentia como el aire azotaba mi rostro, me habia desecho del casco de la motocicleta... Y todo a mi alrededor era un manchón de color verde.

Los iría a buscar, ya estaba harto de andar huyendo de mi pasado. Lo afrontaria como un adulto. Mis lágrimas cayeron, reviviendo en mi mente cada momento en el que torture y llevé hasta el punto de la locura inocentes.

~Pero lo disfrutastes, tanto como yo.

Mi otra pequeña personalidad siempre ha sido como un escudo, me ha llegado a sacar de situaciones demasiado delicadas dónde ya se hubieran cobrado mi vida hace tiempo.

—Tienes razón. Odio admitirlo. Lo disfrute como un maldito sádico segundo a segundo. Pero la situación es otra y ahora el torturado podria ser yo.

~salomón, Salomón... Tú y yo somoss uno... Y mientras esté yo contigo nada te pasara.

Una sonrisa torcida sale en mi rostro, sabia a lo que se refería. Perdí el conocimiento y lo dejé a él a control de todo.

—Buen, muchacho. Es momento de sacar la basura.

Aceleré la velocidad, no me importaba llamar la atención de la policia, regresaria a dónde todo comenzó. Quiero calmar la furia que me consume... A partir de eso he nacido yo, su otro pequeño yo... Que mantiene encerrado al tierno y compasivo Salomón en algún rincón de su mente... Con los ojos cerrados en una silla en un cuarto tétrico de un psiquiatra esperando paciente poder recibir un poco de terapia para cuerdos, poder sanar las heridas que se han producido a lo largo de la vida, desde la perdida de su primogénito hasta la de su mamá es un mecanismo de auto sanación que él ha creado y que con él cual tendrá que lidiar por el resto de su vida. Hace que su parte más cruel y despiadada se activen... Eliminando todo rastro de consciencia de lo que hará. Es como que dos personas en una usarán el cuerpo una que parte de la furia y el rencor y la otra siempre ha estado allí, pero ha estado encadenado eternamente y muy raras veces lo ha dejado salir, es su pequeña parte débil. Pero soy consciente que sin mi estuviera muerto.

Una patrulla me empieza a seguir, ya había llamado la atención.

Sonrió al recordar, como Salomón se deshizo de Mané. Las palabras fuertes que uso, se que lo hirieron hasta a el mismo pero todo tenia que ser asi.

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⏰ Última actualización: Jan 03, 2023 ⏰

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