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Capítulo | 26

Si pudiera expresar, poder decir de como me siento, sería muy problemático. Una vez en una película escuché, que las cosas más importantes son las más difíciles de decir. No le hallé el sentido, en ese momento pensé que cualquiera podía decir lo que siente o piensa. Y es ahora, donde me doy cuenta que me equivoqué en pensar de esa forma y encontré sentido hasta hace algunos días atrás. Es completamente difícil. En este momento en el cuál siento como un nudo en mi garganta me molesta, me abruma y como un leve dolor en mi pecho está presente, aumentando mi ansiedad.

Tenía ganas de llorar y poder gritar como se me antoje, poder liberarme y desear que éste peso sobre mis hombros desapareciera, más no me atrevía a soltar absolutamente nada. Me tragaba aquel nudo en la garganta e ignoraba esa sensación respirando continuas veces. Hace mucho tiempo que no me atrevo a soltar una sola lágrima por algo y siendo franca conmigo misma, he perdurado, pero no sé cuánto tiempo podré aguantar así, al fin y al cabo, nadie es tan fuerte y duro como una piedra.

Sé que llorar no te hace débil, pero un día muy malo, decidí esquivar todo sentimiento dañino que pudiera afligirme hasta el punto de sentir intranquilidad.

Aunque ya no puedo esquivar, me siento fatal.

Aquella funesta sensación me tenía ahogada en mi interior y no me agradaba pensar tanto en la situación por la que estaba pasando, la detestaba.

Detestaba sentirme así.

Pensar positivo.

O eso me repito una y otra vez.

Todo será de forma momentánea, que todo volverá a la normalidad, todo será como antes e incluso mejor, pero no, ahí voy de nuevo. Soy demasiado realista para centrarme en la tonta burbuja de la ilusión.

Solo me gustaría que este punto de mi vida se esfume e ir a otro punto de ella en donde las cosas realmente estén bien. Saltarme esta parte como en aquella película de un control remoto, que no me acuerdo como se llamaba.

No puedo pensar positivo, pero si intentaré hacer lo mejor en esta ocasión, no pasar de largo y me centrare.

Aunque sea cumpliré con lo que me dijo aquella vez.

«Cuidalos, sé que podrás hacerlo»

—Todo estará bien... —susurre en medio del silencio, recordando su mirada sobre mi y lo cálida que se sintió su mano por mí mejilla.—, aunque, no se como hacerlo, mamá —susurre nuevamente. Como me habría gustado que ella escuchara esa parte oculta que no me atreví a soltar en ese instante.

«No me defraudes»

Ha pasado algunos días, desde que mi madre viajo para resolver un trabajo muy importante en su empresa de bienes raíces. Nunca había salido de la ciudad porque prefería no dejarnos de lado por su trabajo, ya que no le gustaba que mi hermana y yo sintieramos abandono por ello. Tenía aquella mentalidad de que somos su prioridad. Y luego de ver como agarraba sus maletas y se disponía a salir por la puerta totalmente decidida, me pregunto si cambió de parecer al respecto de ser parte de su prioridad.

«Debo resolver un trabajo a las afueras de la ciudad, solo serán unos meses»

Ella nunca sabrá de como mi corazón en ese momento se aceleró, y como sentí un pesar en mis hombros con sus palabras. Y que todo lo que hice fue sonreír de forma fingida y decirle que todo iba a estar bien, aunque sabía que no iba ser así.