Capítulo | 3

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Nunca me sentí tan estúpida, pero la palabra estúpida se quedaba corta en este instante. Jamás pensé que podía pasarme esto a mí. Bueno, tampoco es que debería importarme, ¿o si? Solo dije lo que pensaba frente a la persona de quién precisamente estaba hablando, no obstante, eso no me quita lo estúpida que me he sentido, abrí mi boca en el momento menos pensado. ¿Debería disculparme? ¿Se habrá sentido ofendido? Dí mala impresión frente a él eso de seguro.

De camino a casa volvía a regañar me. Esa sensación de querer que la tierra me tragara se hacia bastante grande. Comencé de maravilla la semana —Nótese el sarcasmo —me dolían las piernas, los brazos y tenía migraña. En el autobús había un grupito de chicos que se lanzaban bolas de papel y una casi me llega en pleno rostro, alcancé a hacerme hacia un lado.

Apoyé mi cabeza en la ventana, estaba derrotada. Finalmente en la clase de deportes la profesora no se dió cuenta que no estuve presente en la primera hora. Castigó al equipo que perdió en el partido de fútbol y en ese grupo estaba yo, quedando más exhausta de lo que ya había quedado después de la corrida.

Cuando estaba por cerrar los ojos, mi móvil vibró por segunda vez durante el día. Revisé el mensaje sin percatarme de quién se trataba.

¿No pretendes contestarme?

Él desconocido hace su aparición. Y ya que lo hace; prefiero escribirle y sacarle información con respecto a su persona. El misterioso o misteriosa esta esperando mi respuesta.

¿Debería seguir contestando los mensajes de un extraño?

Lo lee de manera inmediata, pero no responde.

Lo que me faltaba.

Minutos después me bajé del autobús y camino las dos cuadras hacia el departamento. Cuando entro él recepcionista me saluda y me avisa que el ascensor aún no funcionaba. ¿Porque ya me lo esperaba?
Subo de mala gana las escaleras con las piernas doloridas, hasta llegar a mi respectivo piso. Como aún no tenía llaves doy unos golpecitos y segundos después Zoe abre la puerta. La esquivo para ir de inmediato hacia mi habitación, en el camino saludo a mi madre que estaba preparando la cena, sea lo que sea huele bastante bien, muero de hambre.
Me acuesto en mi cama mirando hacia el techo.

—¿Sucede algo hermanita? — preguntá Zoe entrando a la habitación. Si lo preguntará con buena intención le contestaría pero no me gusta para nada en como lo hace, ese tono tan burlesco que sale de su boca. No le contesto, dejo de mirar el techo y cambio de posición hundiendo mi cara en la almohada. — Anda Kim, no seas pesada, hablá conmigo.

—No fastidies —digo, pero dudo que me entienda así que levantó mi cara para hablar —Escríbele a alguién o lo que sea que siempre haces en tú móvil, pero a mi déjame en paz.— pongo nuevamente mi cara sobre la almohada, dice algo que no alcanzó a escuchar y se va, justamente como quería.

Luego de eso, mi madre me llama para que cenemos juntos. Mi padre había llegado hace unos minutos antes.

Lo sosegados que se encontraban mis padres aún es algo increíble. Zoe hablá acerca de sus estudios y mis padres le ponen mucha atención. Hasta que menciona una fiesta de cumpleaños, ya se me hacia extraño que hablará de lo maravillosas que eran sus calificaciones, yo solo miraba espectante. Mi móvil vibra y ya sabía perfectamente de quién se trataba el dueño de aquél mensaje, lo sabía porque aúnque suene algo funesto, no tengo muchas personas registradas en la agenda de mi móvil, mis familiares más cercanos, Loyd que a veces hablamos por chat y ahora el desconocido, aunque no lo tenga aún registrado.
Saco mi móvil sin que se den cuenta y lo mantengo a la altura de la mesa.

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