-¡Para! -gritó, para que el castaño reaccione pero no le dio bola.
-Tranquilo, Dani. Ya me vi como cien tutoriales -le contó, el menor suspiró frustrado quien lo había mandado a jugar a la play y apostar boludeces.
-Me quiero matar, la puta madre -habló haciendo que Valentin suelte una carcajada.
-Tampoco es para tanto, exagerado -
-¡Me vas a teñir el pelo! ¿¡Te parece poco eso!? -gritó empujándolo suavemente.
Estaban en el baño del castaño, mientras este preparaba la tintura que habían comprado hace veinte minutos, el menor estaba sentado sobre la tapa del inodoro, nervioso. Temía que Oliva se mandara una cagada, que seguramente así sería, además no se veía con el pelo rubio.
-Ya está, ¿estas listo? -preguntó haciendo que el menor lo mire con cara de orto.
-No -
-Bueno, igual lo voy a hacer -dijo agarrando el pincel y poniendo un poco de la mezcla en la cabeza del chico aún morocho. Daniel soltó un grito.
...
-Te quedó re cheto, Dani -comentó Valentin mirando a su amigo.
-A ver, dejame verme en el espejo -le pidió ya que el mayor no lo dejaba verse hasta que este listo, Oliva asintió.
Se levantó de donde estaba sentado y se miró en el espejo, no le convencía mucho.
-Mm vos decís -
-Si te queda re bien boludo -le tocó su pelo.
-Malísimo, como peluquero te morís de hambre -habló el ahora rubio peinandose, se veía diferente, pero ya se acostumbraría.
-Aah sos re malo -chasqueó la lengua. -Me dio hambre ¿comemos algo?
Daniel asintió y ambos fueron hacia la cocina, donde estaba la madre de Valentin, al verla recordó lo que paso el fin de semana pasado.
Ribba había conocido a los padres del castaño la última vez que se quedó a dormir, al siguiente día la mamá del mayor había entrado sin pedir permiso al cuarto de su hijo.
-¡Mamá! ¿Por qué no tocas la puerta? - se quejaba el de ojos celestes, saliendo de la cama.
-Bueno hijo, perdón... -levantaba sus manos, ya que lo había hecho sin intención. -Venia a saludarte nada más -
-Hola, ma -saludó ahora más tranquilo, mirando como su madre observaba algo confundida al chico tendido en su cama, acurrucado a las sábanas. -Es dani, un amigo del colegio -
-¿Es nuevo, no? -preguntó ella y su hijo asintió, mirando a Daniel que dormía tranquilo con un pantalón que él le había prestado. La mujer notó algo raro en la mirada del castaño, pero no comentó nada sobre ello y los dejó solos.
-¡Hola Dani! -saludó la señora. -¡Qué lindo tu pelo! -
-Hola... Gracias -susurró Daniel sonriendo, algo tímido.
-¡Viste Dani! Yo te lo dije -Valentin se movió hasta la heladera buscando algo. -¿No hay nada para comer? -preguntó cerrando la heladera.
-No, Valen. Vayan a comprar facturas si tienen hambre o cocinen chicos- dijo la madre saliendo de la cocina.
-Alta paja wacho -suspiró el castaño subiéndose a la mesada, seguido por Ribba.
-Siempre con paja vos, dale vamos a comprar -dijo empujándolo un poco.
-Na ni ganas Dani, ¿fumamos un porro? - preguntó y el rubio negó, aunque le gustaba la idea pero tenía más hambre.
-Pero tengo un re hambre Valen -pidió alargando la última sílaba del nombre, haciendo un puchero. -Por fa... -susurró cerca de su amigo, cuando se ponía tierno siempre convencía al castaño.
Oliva rodó los ojos, para después asentir, no podía decirle que no a ese pucherito y esos ojitos. Se sentía un boludo, pero no le importaba. Daniel lo abrazó, sonriendo victorioso.
Salieron de la casa, caminando hacía la panadería más cercana, unas cinco cuadras aproximadamente. El camino fue silencioso, no tenso, pero uno de los chicos estaba pensando demasiado, ese era Valentin.
Pensaba en lo que le pasaba con su amigo, sobre sus sentimientos hacía él. Inventaba en su cabeza excusas tontas, para no admitir lo que le pasaba, pero ya ni su fuerza de voluntad podía contra aquellos sentimientos.
Se sentía muy mal, porque además de no entenderse, no entendía a Ribba, que a veces parecía sentir lo mismo que el castaño, pero luego no demostraba nada.-Entra a comprar vos -habló el mayor cuando se encontraban frente a la panadería. -Me quedo fumando -avisó dándole la plata a su amigo, quien asintió.
-¿Qué compro? -preguntó, viendo como Oliva intentaba prender su cigarrillo. Agarró el encendedor y lo ayudó a prenderlo.
-Lo que quieras -contestó secamente, tomando el encendedor violeta de las manos de Daniel.
El rubio no entendió el por qué de aquella actitud, solo entró al lugar dejando a su amigo, quería un momento a solas y lo entendía. Aunque pensó en que tal vez ya estaba hartando a Valentin, ya que se veían la mayoría del tiempo.
Luego de comprar las facturas, salió y se encontró con Valentin que todavía estaba fumando. Comenzaron a caminar volviendo por las mismas calles, en silencio, pero ahora éste era incómodo. Ambos querían hablar pero ninguno lo hizo.
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Feelings - wosani.
Fanfiction《Valentin Oliva comienza a tener ciertos sentimientos hacia su compañero de banco Daniel, que parece no darle bola.》 no copias ni adaptaciones gatos.