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-¡Dejame dormir! -se quejaba Valentin, su amigo lo estaba molestando hace rato y ya no lo aguantaba.

-Recién es el primer dia y ya estas durmiendo en clase -susurro Daniel, tratando de no hacer mucho ruido ya que la profesora estaba hablando.

Oliva soltó un suspiro, apoyó su espalda en el respaldo de la silla, haciéndole caso al rubio y escuchando lo que la mujer decía.

Era su último año, por fin terminarían la escuela, ambos. Les había costado pasar de año, casi que no lo logran, pero finalmente aprobaron todas las materias.

Durante sus vacaciones, se la pasaron todo el tiempo juntos y cuando no estaban juntos, se hablaban por celular, ya sean mensajes, llamadas, videollamadas, pero siempre se mantuvieron en contacto.

Su relación había cambiado mucho, para bien. Pero aún no daban el siguiente paso, ninguno quería oficializar la relación y es que para ellos, estaban bien así, siendo "amigos".

Ya lo habían hablado, un día en el que Valentin le hizo una pregunta al menor que le generó mucho miedo y finalmente después de una gran charla, decidieron que aún no estaban listos para ser novios. Aunque era lo que Oliva más deseaba, tratar a Daniel como su pareja, frente a todo el mundo, pero el rubio aún no estaba listo y lo entendía perfectamente, lo esperaría lo necesario.

Al sonar el timbre que indicaba el recreo, salieron juntos del aula hacía el baño donde habitualmente fumaban, apenas salieron por la puerta algunos chicos saludaron al mayor, Daniel ya estaba acostumbrado a aquello, su amigo se saludaba con todo el mundo.

El baño estaba vacío, raro, pero mejor para ellos. Se acomodaron al lado de la ventana y el más bajo la abrió, sintiendo un leve aire frío en la cara, Valentin lo observaba mientras prendía el cigarrillo en su boca.

-Dame uno -pidió el menor, extendiendo su mano y Oliva sacó uno de la caja, para ponerlo en la boca del rubio y con su encendedor lo prendió. -Gracias, Val-

-¿Cómo que gracias? Son quince besos, bombón -bromeó y escucho la risita del más bajo, sintió su corazón latir con fuerza cuando Daniel le dio un pico, ahí, en el baño. Donde podía entrar cualquier pibe. -Faltan catorce, chiquito -susurró mientras se acercaba al menor, quien se alejaba cada vez más y cuando su espalda tocó la pared, puso sus manos sobre el pecho del más alto.

-Cuando lleguemos a casa -prometió Ribba, para luego sacar el cigarrillo de la boca del otro para darle un beso corto y devolver el objeto, alejándose. -Te quedan trece -

Ambos rieron mirándose fijo a los ojos, estaban completamente enamorados, ya ninguno de los dos podía negarlo.

-Acá nos conocimos, ¿te acordás? -preguntó Valentin después de expulsar el humo y Daniel se acordó de ese día, sonriendo ante el recuerdo. -Yo al toque pensé, qué pibe más fachero -

-¿Posta? Yo pensé que pibe boludo -dijo el rubio largando una carcajada después de que el mayor se ponga serio.

-¡Ah Dani, sos re malooo! -se quejó haciendo un puchero.

-¡Y si es verdad! Me mirabas y no hablabas, re rarito parecías -comentó sin poder dejar de reírse por la cara enojada que tenía Valentin.

-Es que me volviste loco, enanito -le respondió tocando su nariz tiernamente, se miraron fijo y solo podían sonreirse mutuamente.

Pero no duro tanto tiempo, ya que se separaron al escuchar voces acercándose.

Alguno que otro chico saludo al castaño, pero Daniel no prestó demasiada atención. Solo pensaba en por qué debían esconderse, por qué no podía ser valiente. Todo era su culpa.

Feelings - wosani.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora