Mi profesor de piano [YoonTae +18]

Capítulo XV

Me dejaron en la escuela 20 minutos antes de la hora de salida, afortunadamente no había señales de YoonGi.

Me esperé unos minutos sentado en los escalones, pero no llegaba. Comienzo a angustiarme, la campana de salida ya había sonado y no habían señales de él, decidí comenzar a caminar hacia casa, no quiero encontrarme a Jimin justo ahora, comenzaría a cuestionarme y quizá las cosas se pongan feas.

Pero no caminé demasiado rápido, apenas si di unos pasos cuando sentí unas pequeñas manos sostener mi brazo con fuerza, al mirar hacia atrás me encontré con la mirada aliviada de Jimin, me abrazó como si no me hubiera visto en años.

-¡Tae! ¿Dónde te metiste? Creí que algo malo te había sucedido- dice en el abrazo, estoy consciente que soy su único amigo aquí y que le afecta demasiado el hecho de que yo no esté. Creo que estoy siendo un tanto egoísta.

-Perdóname, Jimin, he tenido algunas cosas que hacer y... Bueno, mi vida se está complicando- respondo acariciando su cabello, casi como si se tratara de un cachorro.

-¿Ni siquiera un mensaje me puedes enviar? Me preocupas- se separa de mí y me mira directo a los ojos, estos están llenos de lágrimas.

-Lo siento, te prometo que lo haré, te enviaré mensajes informándote sobre todo- respondo dudando de mis palabras, no quiero involucrarlo a él también.

-Pero dime, ¿qué ha pasado contigo?- cuestiona secando algunas lágrimas que se le han escapado.

Suelto un suspiro y después comienzo: - Estoy viviendo con YoonGi- suelto sin más, su rostro muestra una expresión entre alegre y molesto, algo raro.

-¿Qué? ¿Desde cuándo? ¿Por qué no me habías...?- es interrumpido por el sonido de una voz llamándome

-¡TaeHyung!- escucho para después mirar hacia la persona que está caminando hacia mí, oh no. Busco a YoonGi con la mirada, debe ser una broma esto.

-Jimin, debo irme- digo a mi contrario para después dar media vuelta con la intención de irme, pero el más bajo me vuelve a sostener con fuerza impidiendo que dé un paso más.

-¿Por qué huyes?- cuestiona mientras frunce el ceño, intento soltarme de su agarre pero es demasiado tarde, Jungkook ya está frente a mí.

-Qué raro que no está tu Romeo aquí- suelta una risita burlona, maldito.

-¿Qué quieres ahora?- me pongo serio, Jimin al ver esto se coloca a mi lado, no está entendiendo nada pero me apoyará si la cosa se pone fea.

-¿Ni siquiera un "Hola"? Creo que mereces un castigo- me toma del brazo y me atrae a él para después tomarme de la cintura, comienzo a empujarlo para que me suelte.

-¡Déjame! ¡Suéltame!- grito con desesperación, Jimin toma mi brazo y me jala para que el chico me suelte, pero este parece estarse divirtiendo.

¡Odio ser débil! ¡No siquiera puedo defenderme de tipejos como él!. Algunas lágrimas inundan mis ojos, no de tristeza sino de enfado conmigo mismo y con mi vida, ¿por qué me pasa esto?

-Suéltame- pido con la voz entrecortada, no quiero que me vea llorando pero no puedo hacer nada más.

-Aww, qué tierno te ves suplicando, quisiera verte así en mi cama- suelta una carcajada. Las personas solo pasan a nuestro lado, nos miran pero no hacen nada para poder ayudarme, es por esto que odio tanto a la humanidad.

-Me das asco- digo mientras comienzo a sollozar, el pobre Jimin se ve agotado de tanto jalarme y no poder conseguir nada. Jungkook sin dificultad alguna empuja a Jimin con fuerza haciendo que este caiga al suelo.- ¡Bastardo! ¡A él no le hagas nada!- grito entre sollozos y golpes.

-Entonces, además de YoonGi tu amiguito también te importa, ¿eh? No quieres verlo sufrir, ¿verdad? Ni a él ni a YoonGi, así que quédate conmigo y verás que no les pasará nada- tras escuchar esto estuve a punto de ceder, no quiero hacer las cosas más difíciles.

Cuando mis labios se separaron para aceptar alguien golpeó a Jungkook con fuerza en el rostro provocando que ambos cayéramos al suelo. Rápidamente me alejé de él, me puse de píe y me quedé con Jimin mientras veía como mi amado golpeaba con notable furia a Jungkook.

Mi debilidad y cobardía me detenían para que ni siquiera me atraviera a defender a YoonGi, el cual también estaba recibiendo golpes por parte de Jungkook.

Me armé de valor y me interpuse entre ambos protegiendo a YoonGi con un abrazo, recibí algunos golpes en la espalda pero nada más.

-¡Suéltame, TaeHyung!- grita YoonGi con ganas de terminar lo que había empezado hace unos instantes, me negué a todo mientras varias lágrimas salían, esto es por mi culpa.

Jungkook limpió su ensangrentado rostro y, antes de marcharse, pronunció:

-Esto no se quedará así, TaeHyung, quise hacerlo por las buenas pero quisiste hacer las cosas más difíciles. Cada vez el tiempo va siendo menos, espero que vayas a tomar una buena decisión para el bien de tu amigo y tu novio- no hizo más que dar media vuelta y subir a su lujoso auto.

Cuando ya no había señales de él me separé de YoonGi, lo miré a los ojos aunque los míos estuvieran ardiendo debido a las lágrimas que aún salían.

Me arrodillo ante él y suplico su perdón entre lágrimas y sollozos, los cuales en vez de disminuir, iban en aumento.

Él no hizo más que colocarse a mi altura y abrazarme pronunciando repetidas veces que no era mi culpa, que saldremos de esto, pero honestamente yo tengo miedo.

Beso sus labios rotos y ensangrentados buscando refugio en ellos, el refugio que me han dado en todo este tiempo.

Él corresponde buscando lo mismo que yo, ambos nos necesitamos el uno al otro y nos será imposible estar separados, más si es por un capricho de terceros.

Después de eso subimos al auto, llevamos al pobre Jimin hasta su casa, solo tenía un raspón en la mano y en la pierna, nada grave pero aún así me sentí demasiado culpable porque le haya pasado eso.

Cuando YoonGi y yo nos quedamos totalmente solos no me atrevía a preguntar ni pronunciar algo, pero él necesitaba respuestas así que comenzó:

-Olvidaste tu celular en casa y... Jungkook te llamó- dijo mientras miraba al frente- ¿Para qué alta poco tiempo? ¿Qué sucederá?- y cuestionó la pregunta que más temía.

Con un pesado suspiro empecé: -Él junto con Hye quieren que me separe de ti...- me interrumpe

-Y lo harás, ¿no es así?- cuestiona presionando con fuerza el volante.

-¿Qué? ¡No! ¡Claro que no!- exclamo para después mirarlo, pude ver algunas lágrimas rodando por sus mejillas...